Cómo dos minutos pueden cambiar tu día
Diario de Innovación #260
Hay ideas que parecen demasiado simples para ser verdad… hasta que las pruebas.
La de Amy Cuddy es una de ellas: dos minutos de postura pueden modificar cómo te sientes, cómo actúas y cómo te presentas al mundo.
No hablamos de magia. Hablamos de biología, psicología y de algo que hacemos a diario sin pensar: mover el cuerpo.
Porque la postura no es solo un mensaje hacia fuera. También es un mensaje hacia dentro.
Tu cuerpo te habla (y tú le respondes)
Si ahora mismo te miraras desde fuera, ¿qué verías?
¿Una versión de ti encogida, cruzando brazos, protegiéndose?
¿O una versión abierta, presente, ocupando su espacio?
Esa diferencia tan sutil dispara, literalmente, cambios hormonales. Más testosterona (confianza). Menos cortisol (estrés). Más capacidad para asumir riesgos. Más sensación de control.
Dos minutos. Solo eso.
El experimento que lo demostró
Cuddy y Dana Carney hicieron la prueba:
Grupo A: posturas expansivas, abiertas, de “aquí estoy yo”.
Grupo B: posturas contraídas, protectoras.
Resultado: El grupo A se sentía más poderoso, más dispuesto a actuar y con una química interna alineada con esa sensación. El grupo B, justo lo contrario.
El cuerpo manda señales, y la mente obedece.
Para qué sirve realmente
Una entrevista.
Una reunión difícil.
Una conversación incómoda.
Una presentación.
Antes de entrar, tienes dos minutos.
Úsalos.
No para repasar tu discurso.
No para convencerte de que “no pasa nada”.
Sino para decirle a tu cuerpo que estás preparado.
Esa es la parte práctica.
La parte profunda llega cuando haces esto cada día, incluso cuando no te lo crees.
Porque, como dice Cuddy, no se trata de “finge hasta que lo consigas”, sino de finge hasta que te conviertas.
Food for thought
¿Qué postura adoptas de forma automática cuando algo te intimida?
¿Qué ocurriría si decidieras cambiarla antes de que tu mente entre en modo “no soy suficiente”?
¿Y si dos minutos de tu día fueran el interruptor entre sentirte pequeño o sentirte capaz?
¿A quién podrías regalarle hoy esta herramienta tan sencilla?
La transformación empieza en un gesto que no necesita permiso, ni talento, ni dinero. Solo decisión.
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Déjame recordarte que si te gusta la tecnología, el podcast de Código Abierto también puede ser una buena opción.
Si algo de lo que has leído te ha removido, dímelo.
Ya sabes que estoy al otro lado si quieres comentar, discrepar o simplemente saludar.
Que nunca te falten ideas, ni ganas de probarlas.
A.