Contar o conectar
Diario de Innovación #255
Hace unos días leí un artículo del profesor JD Schramm de Stanford que decía algo muy simple, pero tremendamente poderoso:
“Las historias no son para adornar una idea o mensaje. Son la forma más eficaz de hacer que la gente se preocupe por ello”
Y es curioso.
Vivimos en la era de los dashboards, las métricas y los PowerPoints, entre otros artefactos irrelevantes para cualquier negocio.
Pero seguimos recordando mejor una historia bien contada que un informe redactado de forma impecable.
Cuando hablas con un inversor, con tu equipo o con un cliente, lo que realmente estás haciendo no es presentar datos: estás pidiendo que crean en ti.
Y la fe, en el mundo de los negocios, sigue llegando por una vía muy humana: la emoción.
Schramm enseña a los futuros líderes de Stanford a hacerlo con siete elementos. No son técnicas de teatro. Son principios de comunicación con propósito.
Los tres que más eficaces desde mi punto de vista son:
Empieza en mitad de la acción. Nada de “hoy vengo a contaros algo sobre…”, lanza a la audiencia directamente al conflicto.
Di menos, significa más. La poesía, dice, es como un camión mágico que transporta siete veces más con las mismas palabras.
El silencio también cuenta. Es la respiración entre nota y nota. El momento en que tu audiencia digiere lo que acaba de sentir.
Y, sobre todo, conoce tu AIM: quién es tu Audiencia, cuál es tu Intención y cuál es tu Mensaje.
Sin eso, no hay historia que aguante.
Me hizo pensar en algo: cuando comencé este Diario, no tenía un “pitch”. Solo una intención: compartir lo que me sorprendía cada día sobre la innovación y la tecnología, aunque últimamente solo doy la turra con la dichosa inteligencia artificial.
Y fue precisamente eso, la historia detrás del dato, lo que hizo que empezara a conectar con tanta gente.
Porque los datos informan, pero las historias transforman.
Así que la próxima vez que tengas que explicar un proyecto, un producto o una idea, no empieces por lo que hace.
Empieza por lo que te hace sentir.
⚡️ Pulso Digital
Donde la IA ya no vive en el laboratorio, sino en la macroeconomía.
💓 Latido del día
IA, empleo y macro: del fichaje de cerebros al aviso de los mercados
Las grandes tecnológicas han encontrado su nuevo filón: los laboratorios de neurociencia. Meta, Google y compañía se disputan a los neurocientíficos como si fueran jugadores franquicia. Según Xataka y MIT Technology Review, la próxima frontera competitiva ya no está solo en acumular GPUs, sino en replicar con más fidelidad los principios del cerebro humano para exprimir cada parámetro y cada vatio.
Al mismo tiempo, el espejismo de “crecer a cualquier precio” empieza a difuminarse. MIT Technology Review describe un punto de saturación en el gasto sensato en IA: no todos los proyectos justifican el CAPEX, y la distancia entre pilotos y producción real se hace cada vez más visible. El músculo financiero exige retornos, no solo demos espectaculares.
La macro manda su propio mensaje. Baidu recorta equipos tras un trimestre en pérdidas, y UBS señala que uno de los grandes riesgos para 2026 es que los ingresos de IA no cumplan las expectativas tras tres años de inversiones desbocadas. El relato sigue siendo estructural entorno a los chips, centros de datos, modelos, convergencia con el negocio, pero los mercados empiezan a pedir pruebas, no promesas.
Si quieres seguir el minuto y resultado de los despidos Tech, TechCrunch los ha recogido todos en este artículo.
🌍 El eco del mercado
Big Tech ficha cerebros de laboratorio. Las grandes empresas de IA están fichando neurocientíficos como si fueran delanteros estrella: la ventaja competitiva ya no es solo más cómputo, sino entender mejor el cerebro humano para exprimir cada parámetro. ¿Te acuerdas del Diario de Innovación de ayer?
Burry contra Nvidia, segunda parte. Michael Burry vuelve a cargar contra Nvidia y cuestiona las defensas de la compañía ante las dudas sobre una valoración quizá demasiado perfecta. Señal de que el relato “la IA solo puede subir” empieza a encontrar resistencia también entre los iconos del mercado.
Los despidos globales llegan a China, Baidu recorta su apuesta en IA. Baidu anuncia recortes y reorganización de sus equipos de inteligencia artificial tras un trimestre en pérdidas. Buena prueba de que incluso en China, donde la IA es prioridad estratégica, los balances siguen mandando.
Mitigar VMware con nube: LessOps como pragmatismo. Las migraciones de VMware a la nube, presentadas como vía rápida para modernizar con pocos recursos, consolidan el papel de unos pocos proveedores y estrechan aún más el embudo de dependencia tecnológica.
Soberanía en cuestión: el caso OVH vs Canadá. La orden judicial que obliga a OVHcloud a entregar datos europeos a la justicia canadiense abre un agujero en la narrativa de la “nube soberana”: la jurisdicción se convierte en producto, no solo en letra pequeña.
Ransomware que viaja en fusiones y adquisiciones. TechRadar identifica un patrón inquietante: hackers que infectan pymes justo antes de ser compradas para usar la operación como caballo de Troya hacia redes mayores. La ciberseguridad entra de lleno en la due diligence.
Y otra noticia más sobre los malos, Escocia sigue pagando la factura del ransomware. Un consejo local escocés continúa reconstruyendo sistemas dos años después de un ataque de ransomware. Más que una anécdota: es el recordatorio de que la resiliencia pública es lenta y cara, y de que “volver al papel” no es una opción.
La IA también tiene techo en el Excel. MIT Technology Review subraya que se empieza a ver el límite del gasto sensato en IA: no todos los proyectos generan valor y muchas compañías buscan ahora eficiencia, no solo “más modelos”. El hype se topa con la disciplina financiera.
UBS avisa: 2026 puede ser el año del desencanto. UBS enumera como riesgo clave para 2026 que los ingresos de IA no cumplan las expectativas tras tres años de inversión acelerada. Si la promesa no cuadra con los resultados, la corrección puede ser rápida… y brusca.
SuperPACs para frenar a la IA en EEUU. The New York Times cuenta cómo en Estados Unidos se empiezan a organizar SuperPACs no para impulsar la IA, sino para limitar su poder político. Cuando la propia industria teme su influencia, la batalla ya no es solo regulatoria, sino cultural.
🌱 Latido incipiente
China ha conectado el primer generador comercial que usa CO₂ en lugar de vapor para convertir calor en electricidad. Equipos más compactos, más eficientes y capaces de aprovechar calor residual donde antes no salía rentable. Hoy es un piloto industrial; mañana puede redefinir la termosolar, la siderurgia o el diseño de reactores modulares. Una de esas innovaciones discretas que, si funcionan, cambiarán de raíz la ecuación energética.
💭 Pulso Final
Tal vez el pulso real de la IA ya no se mida sólo en parámetros o tokens, sino en una ecuación más incómoda: cuánto talento, cuánta energía y cuánta paciencia macroeconómica necesitamos para que esta revolución no se convierta en otra promesa que corre más que su propio retorno. ¿Y si el límite no es técnico, sino humano y financiero?
Déjame recordarte que si te gusta la tecnología, el podcast de Código Abierto también puede ser una buena opción.
Si algo de lo que has leído te ha removido, dímelo.
Ya sabes que estoy al otro lado si quieres comentar, discrepar o simplemente saludar.Que nunca te falten ideas, ni ganas de probarlas.
A.
PD1: Si te interesa profundizar en esto, te recomiendo el libro Ideas que Pegan de Chip y Dan Heath, sobre cómo hacer que las ideas perduren.
PD2: Y si quieres un ejemplo magistral de storytelling en acción, mira la charla TED de Mark Bezos: A life lesson from a volunteer firefighter.
PD3: Sé que me repito más que el ajo, así que ya sabes, compralo para que se acabe cuanto antes la primera edición de De la EGB a la AI del thin tank, Mundos Posibles. Una reflexión accesible y culturalmente cercana sobre cómo entender el salto generacional entre las tecnologías simples de nuestra infancia y la complejidad de la IA moderna.


