Hoy quisiera a hablar sobre un fenómeno que no solo está cambiando la forma en que interactuamos en internet, sino también nuestra percepción del mundo digital: la evolución de las redes sociales hacia redes virales de contenido.
Hace no mucho, las redes sociales eran un espacio para conectarte con amigos y desconocidos, compartir momentos y, en esencia, construir relaciones digitales inclusive con personas con las que sabias que a lo mejor nunca compartirías ni siquiera un café. Pero algo ha cambiado.
El contenido viral ha reemplazado a las conexiones personales, y plataformas como TikTok, Instagram o el nuevo fenómeno RedNote están marcando este cambio radical.
El resultado: ya no son tus amigos quienes deciden qué aparece en tu pantalla; es el algoritmo. Todo esto ha venido también condicionado por el uso que hacemos de las mismas, antes eramos usuarios interactuando con usuarios, ahora el equilibrio de fuerzas ha disociado los roles, en las redes al igual que pasaba con los mass media, o en la vida real, hemos pasado a un modelo de productores y consumidores. Y esta transición de redes sociales a redes virales tiene implicaciones profundas:
Los creadores de contenido han perdido control, su impacto y difusión ya no depende de la calidad de lo que comparte. Tener millones de seguidores ya no garantiza visibilidad.
Los usuarios consumidores ahora tienen acceso a contenido más entretenido, vacío, generalista e inclusive polémico, la polarización es lo que gusta y viraliza, pero quienes tienen intereses de nicho encuentran cada vez más difícil descubrir contenido relevante.
La pregunta ahora es: ¿qué nos queda de lo social en las redes sociales? Tal vez el último reducto sean los estados de WhatsApp o los streams de Twitch, que aún permiten cierta conexión personal. Seguramente hace unos años, ninguno pensaramos que Whatsapp llegaría a ser una red social.
Además cambios en el rumbo y propiedad, de plataformas como Twitter (ahora X), la llegada del gigante rojo vestido de bailongo reggetonero (TikTok) y el poder de influencia demostrado para influir en acontecimientos tan relevantes como las elecciones presidenciales, han hecho que todo cambie, y seguramente para siempre. La descentralización parecía la solución, migraciones hacia plataformas como BlueSky o Mastodon, auguraban un renacimiento de las redes sociales, pero no fue así. A lo mejor es que ya perdimos hace tiempo nuestros valores, pan y circo que dirían hace tiempo.
Y en medio de este revuelo un nuevo contratiempo, la posible prohibición de TikTok en EE.UU. y con ello el contexto cambia una vez más. Plataformas como RedNote están prosperando, capitalizando nuestros sesgos cognitivos y la atracción hacia lo viral. Pero… ¿qué hay detrás de esta fascinación? ¿Qué nos lleva a gravitar hacia estas nuevas plataformas, incluso cuando sabemos que somos tratados como mercancía?
Si buscas una banda sonora para acompañar este boletín informativo, hoy te traigo uno de los discos más icónicos de la España de los años 80. Para mí, este es el disco más redondo de todos los grabados por Alaska y Dinarama: Deseo Carnal. Una mezcla, de energía desmesurada y templanza sonora, una contradicción en sí misma, genuina y natural, cuya esencia es tan pura que no parece de esa época.
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En cuestión de días, más de 700,000 estadounidenses han descargado RedNote, conocida en China como Xiaohongshu. Con TikTok enfrentando una posible prohibición el 19 de enero de 2025, esta plataforma se ha convertido en el refugio para aquellos que buscan mantener sus comunidades digitales y su conexión con el contenido viral de esta red.
RedNote difiere de las tradicionales redes sociales, la podríamos denominar como una súper app, algo a lo que aspira el Señor Musk con su nueva Twitter (la incógnita). Una experiencia única al combinar redes sociales, comercio electrónico y recomendaciones personalizadas. Su interfaz está diseñada para facilitar la búsqueda de productos, consejos de belleza o destinos de viaje, funcionando más como un motor de búsqueda de estilo de vida que como una red social tradicional. Esto la hace atractiva, sobre todo cuando se compara con opciones percibidas como más “seguras” o menos emocionantes.
Aquí entra en juego el sesgo de contraste: cuando enfrentamos opciones, solemos inclinarnos hacia la que parece más emocionante o novedosa. En este caso, RedNote, con su contenido vibrante y auténtico, se posiciona como una alternativa emocionante frente a plataformas algo ya más “clásicas” como Instagram o Facebook, que muchos consideran “monótonas”.
La Crisis de TikTok: ¿Prohibición Inminente?
Mientras tanto, TikTok enfrenta su semana más decisiva. El Tribunal Supremo está evaluando si la plataforma representa un riesgo para la seguridad nacional debido a su conexión con ByteDance, su empresa matriz en China.
Si se confirma la prohibición:
TikTok será eliminado de las tiendas de aplicaciones de Google y Apple.
Los usuarios no podrán descargar ni actualizar la app.
Aunque podría seguir funcionando mediante VPNs, su uso será más complicado y limitado.
Con 170 millones de usuarios en Estados Unidos, TikTok no solo es una red social, sino una fuente de ingresos para miles de creadores. Esta incertidumbre ha llevado a muchos a buscar alternativas como RedNote. Sin embargo, filtraciones de funcionarios de la administración americana han advertido recientemente que RedNote podría enfrentar el mismo destino si no se desliga de su matriz china, los motivos aparentemente serían los mismos, vinculados a la privacidad y censura.
Pero, ¿por qué seguimos usando aplicaciones que sabemos que comercian con nuestros datos? Aquí es donde entran en juego tres sesgos cognitivos que moldean nuestra relación con estas plataformas.
El primero es el sesgo de contraste, aquí nuestro cerebro juega entre lo emocionante y nuevo frente a lo más seguro y tradicional. Nos atrae lo que parece diferente, emocionante o incluso un poco prohibido. RedNote capitaliza este sesgo al ofrecer una experiencia que parece más auténtica y vibrante en comparación con las plataformas establecidas.
El sesgo del optimista: “Eso no Me Pasará a Mí”. Aunque somos conscientes de los riesgos asociados con estas plataformas—la recolección masiva de datos, la censura y el control algorítmico—, tendemos a minimizarlos. Pensamos que las consecuencias de la vigilancia digital no nos afectarán a nosotros.
Y por último, el sesgo de impacto, y es que nuestra naturaleza nos hace buscar siempre emociones intensas, más y más dopamina. El diseño de estas plataformas está optimizado para ofrecernos pequeñas dosis de euforia: el video viral, el comentario que nos hace reír o el me gusta que valida nuestro contenido. Obviamos cuánto impacto tendrán estas experiencias en nuestra felicidad, lo que nos mantiene atrapados en un ciclo de consumo constante.
RedNote: Una nueva app, el mismo
Aunque RedNote se presenta como una alternativa innovadora, también enfrenta acusaciones de censura y vigilancia. Según un informe reciente, la aplicación ha eliminado contenido “sensible” en temas como la comunidad LGBTQ, drogas y política, siguiendo directrices de reguladores chinos.
Además, los expertos en privacidad advierten que RedNote comparte datos con redes publicitarias como Google y Facebook, perpetuando el modelo de vigilancia capitalista que tanto criticamos. Llevándonos de nuevos revisitar nuestros instintos y naturaleza, presente en esta sociedad, al igual que pasaba siglos atrás.
“Panem et circenses” (pan y circo) acuñada por el poeta romano Juvenal (Decimus Iunius Iuvenalis) en sus Sátiras, específicamente en la Sátira X. Con esta expresión, Juvenal criticaba cómo los gobernantes romanos mantenían al pueblo distraído y complacido mediante comida gratuita (pan) y espectáculos públicos (circo), en lugar de atender los problemas reales de la sociedad.
La atracción hacia plataformas como RedNote o TikTok no es solo cuestión de gustos o afinidad; es el resultado de cómo funcionan nuestros sesgos cognitivos. Nos dejamos llevar por lo emocionante, minimizamos los riesgos y buscamos emociones intensas, todo mientras aceptamos un modelo que nos trata como mercancía. Y es que mientras allá dopamina de pormedio, el scroll infinito, a lo mejor no es tan odioso, ¿no?
¿Es posible romper este ciclo? Reconocer nuestros sesgos es el primer paso. Al ser conscientes de cómo estas plataformas manipulan nuestras decisiones, podemos empezar a tomar un papel más activo en cómo interactuamos con el mundo digital.
Al final, RedNote y TikTok no son solo aplicaciones; son un espejo de nuestras prioridades, miedos y deseos. La verdadera pregunta es: ¿estamos listos para mirar ese reflejo y cambiarlo?
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Cajón desastre
📺 Un video
Esta semana me subo en el Delorean para rescatar un programa clásico de la TV de los años 80s, La Clave, presentado por . Que nos trae un tema que, aunque puede parecer sencillo, está cargado de significados profundos: los buenos modales.
La Clave, fue un programa que marcó época por su capacidad de profundizar en temas universales con una mirada crítica y enriquecedora.
Hoy en día, los buenos modales enfrentan un desafío generacional. Algunos los consideran obsoletos, mientras que otros los defienden como una herramienta para navegar las complejidades de las relaciones humanas, casi tan necesarios como la hipocresía. Pero ¿por qué parece que en ciertos contextos, como en la política, han desaparecido casi por completo? Sorprendentemente pensarías que esta pregunta hace mención a nuestros día, sin embargo es la misma sensación que flotaba en el ambiente en esos días.
🔧 Una herramienta
Hoy en día, tomar notas para la curación de contenidos es cada vez más y más fácil. El propio iPhone dispone de una funcionalidad muy chula para tomar notas con solo capturar una foto del libro o periódico que quieras tomar.
Desde esa simple captura, puedes seleccionar y copiar el texto que quieres guardar para usar en el mejor momento, inclusive si este no está tomado en la mejor posición. Para muestra un botón: “work participants. They squeeze the balloon in the middle, to the benefit of the network edges.”
📢 Una newsletter
Si te interesa el fascinante mundo del blockchain y los criptoactivos, no puedes perderte Legal by Design, la newsletter de Cris Carrascosa. Cada dos semanas, Cris comparte análisis claros y accesibles sobre los aspectos legales más relevantes de este ecosistema, desde normativas emergentes hasta los desafíos legales más complejos de las nuevas tecnologías.
📜 Un informe
Hace unos días me encontré con esta publicación de Nicholas Thompson, CEO de la publicación The Atlantic.
«La IA cambiará el trabajo de los periodistas más de lo que lo sustituirá». Un inteligente ensayo de John Micklethwait sobre ocho formas en que la IA remodelará nuestra industria. How Journalism Will Adapt in the Age of AI
Y es que la IA no está reemplazando al periodismo, pero sí está reconfigurando sus fundamentos. ¿Recuerdas cómo consumíamos noticias hace una década? Hoy, esa experiencia es muy distinta gracias a herramientas como ChatGPT o Perplexity. La IA está cambiando tanto la forma en que se producen las noticias como la manera en que las consumimos.
Lejos de ser una amenaza, la IA puede ser una aliada. Pero esto requiere algo más que curiosidad: exige nuevas habilidades. Además la verificación de los datos, y el proceso de cotejo de las fuentes es más necesario que nunca. Los periodistas además ya no solo escriben, ahora afinan textos creados por algoritmos.
El miedo a la automatización y la posible pérdida de empleos está latente. En este nuevo panorama, los profesionales pueden dejar atrás tareas rutinarias y concentrarse en áreas donde la IA no puede competir: entrevistas más humanas, coberturas en tiempo real o el desarrollo de las narrativas con sensibilidad emocional.
El horizonte apunta a un modelo donde humanos y máquinas trabajen juntos. ¿Cómo lograrlo? Pues como hasta el momento, con ética y transparencia. La IA puede facilitar la producción, pero serán los periodistas quienes garanticen la calidad y el contexto. Además, como decíamos habrá que ser honestos con las audiencias sobre qué partes del contenido fueron generadas por una máquina.
En resumen: la IA está reconfigurando el periodismo, pero no lo reemplazaran. Los periodistas seguirán siendo esenciales, no solo para dar contexto y profundidad, sino para garantizar que la ética siga siendo el corazón de la industria.
🎙️ Un podcast
Si estás interesado en economía, finanzas personales y cultura económica, Kapital, el podcast creado por Joan Tubau, es una joya que no te puedes perder. Con un enfoque claro y accesible, Tubau —profesor de Economía en la Universidad Pompeu Fabra— logra desmenuzar conceptos económicos complejos para hacerlos comprensibles y útiles en tu día a día. Además, Kapital no se limita a los fundamentos financieros; abarca temas como inversiones, tecnología y macroeconomía.
Uno de los últimos episodios, grabado con Javier G. Recuenco, es especialmente interesante. Recuenco aporta su experiencia única en estrategias complejas, ofreciendo reflexiones que conectan las decisiones financieras con las dinámicas humanas y empresariales. Un episodio imprescindible para quienes buscan entender cómo la economía se entrelaza con los retos del mundo real.
Y hablando de podcast, no pensarías que iba a dejar la oportunidad de recomendarte un nuevo episodio de Código Abierto, el podcast donde charlamos de tecnología cada semana (Mónica, Carlos, Diego, Ignacio y un servidor).
Gracias por acompañarme una semana más, ¡y te espero en la próxima edición Innovation by Default 💡!