Imagino que habrás oído hablar alguna vez del growth hacking.
¿Y si te dijera que Gutenberg fue la primera persona en la faz de la Tierra que usó esta herramienta de marketing, eso sí, sin ser siquiera consciente de qué estaba haciendo?
Podríamos decir que la imprenta fue el primer “growth hack” serio de la historia.
Hoy me gustaría que sacaremos algún aprendizaje sobre cómo las redes de poder hicieron posible esto.
La imprenta no fue un nuevo canal; fue la mutación de un elemento de poder —la información—, y mostró cómo ese poder cayó gracias a la distribución.
De golpe, el factor limitante del acceso a la información —los libros— dejó de depender del trabajo artesanal de un escriba; gracias a una máquina obtuvimos más copias, más baratas y más rápido.
Resultado: ideas de rápida difusión que podían extenderse con mayor velocidad y romper jerarquías.
Si no, que se lo digan a la Iglesia católica, que sufrió sus consecuencias de primera mano.
Lutero no escaló por la jerarquía; escaló por la red. Donde había imprentas, el protestantismo creció; donde no, la vieja fe resistió.
La ecuación es sencilla: Tecnología → red → narrativa → cambio
Acompáñame hoy para descubrir qué aprendizajes de la imprenta podemos aplicar en nuestro día a día, ya sea en una multinacional, en un proyecto personal o trabajando como freelance.
A lo largo de la historia, las redes han sido un motor clave del cambio de poder y, según Niall Ferguson, su importancia no hará más que aumentar.
Por ello, debemos entender su funcionamiento —o al menos identificarlas— para analizar cómo funcionaron en el caso de la imprenta y aplicar lo aprendido a otros contextos.
Vector + Mensaje + Mapa.
No basta con el mensaje (tesis). Necesitas vector de propagación (imprenta, hoy plataformas) y entender cómo se conectan en el mapa cada uno de los nodos (ciudades con imprentas, hoy microcomunidades).
La geografía de la red define el alcance.
Resiliencia en red.
Atacar “nodos clave” funciona en jerarquías tradicionales, no en las redes su principal característica es la resiliencia a través de sus múltiples nodos. Matas a 14 de 20… y la red se reorganiza.
Distribuye la carga entre los distintos miembros de tus equipos si no quieres “puntos únicos de fallo”.
Ilustración operativa.
Los salones de té, las cartas, los filósofos… eran intermediarios que mezclaban tribus.
Estados Unidos tenía cultura asociativa (red densa) y su revolución fue más estable que la francesa (más jerárquica → más sangre).
Por qué sigue siendo importante hoy
Cuál es tu “imprenta”: ¿qué abarata radicalmente tu alcance hoy? Newsletter, vídeo corto, eventos mensuales, repos públicos, demos en vivo. Elige 1–2 y sé consistente.
Cartografía de micro-audiencias: detecta “ciudades con imprenta” (comunidades activas) y priorízalas.
Intermediarios con propósito: diseña “salones” (comunidades, círculos de clientes, advisory) y dales rituales: agenda, intercambio, showcases.
Playbook de difusión repetible
Mensaje núcleo: 1 tesis corta, repetible, contraintuitiva.
Secuencia: post corto → caso → demo → guía → taller.
Red: identifica 12 “salonnières” (intermediarios) y co-crea con ellos.
Métrica de verdad: % de conversaciones offline generadas (lo que se habla fuera de la pantalla).
Señales de salud de tu red
¿Tu mensaje se explica sin ti?
¿Alguien replicó tu guía sin pedir permiso?
¿Emergen nuevos hosts/ejes de conversación?
Buena señal: la red se hace mayor que más grande por si sola que por tus aportaciones. Son los famosos efectos de red.
Que nunca te falten ideas, ni ganas de probarlas.
A.
P.D.1. Un buen contenido no es el que gusta: es el que pone a hablar a la gente fuera de la pantalla.
P.D.2. Puedes aprender más sobre cómo funcionan estas redes ocultas de poder, gracias a Nial Ferguson y su libro La plaza y la torre.