De la caverna de Platón a la fábrica de ideas brillantes
Descubre las conexiones sorprendentes que hacen de la innovación algo natural
Bienvenido una semana más a la newsletter de Innovation by Default 💡. Otra semana más, Álex Fuenmayor (@adefuros) al mando de la nave.
Esta semana me gustaría explorar más a fondo el proceso creativo, pero en esta ocasión desde la perspectiva de la generación de ideas. Sí, es posible que adopte una postura un tanto filosófica y quizás un poco pedante, pero mi curiosidad sigue llamando insistentemente a la puerta.
De nuevo emprendo otro intento de entender cómo genios como Darwin, Steve Jobs o Tim Berners-Lee lograron percibir algo que los demás pasábamos por alto, como un elefante rosa en medio de la habitación. Algo que, una vez que otros han logrado mostrárnoslo, nos hace preguntarnos cómo pudimos estar tan ciegos como para no notar algo que ha estado ahí todo el tiempo.
Pero antes de comenzar, permíteme compartir contigo algunos de los contenidos que he publicado en LinkedIn esta semana: diferentes posts en los que he hablado sobre innovación y tecnología, que podrían interesarte también:
𝟠 𝕗𝕠𝕣𝕞𝕒𝕤 𝕖𝕟 𝕝𝕒𝕤 𝕢𝕦𝕖 𝕖𝕝 ℂ𝔻𝕆 𝕡𝕦𝕖𝕕𝕖 𝕔𝕣𝕖𝕒𝕣 𝕧𝕒𝕝𝕠𝕣 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕤𝕦 𝕖𝕞𝕡𝕣𝕖𝕤𝕒
𝔼𝕝 𝕚𝕞𝕡𝕒𝕔𝕥𝕠 𝕥𝕣𝕒𝕟𝕤𝕗𝕠𝕣𝕞𝕒𝕕𝕠𝕣 𝕕𝕖 𝕝𝕠𝕤 𝕝í𝕕𝕖𝕣𝕖𝕤 𝕔𝕖𝕟𝕥𝕣𝕒𝕕𝕠𝕤 𝕖𝕟 𝕝𝕒 𝕣𝕖𝕤𝕠𝕝𝕦𝕔𝕚ó𝕟 𝕕𝕖 𝕡𝕣𝕠𝕓𝕝𝕖𝕞𝕒𝕤.
ℂ𝕚𝕟𝕔𝕠 𝕔𝕠𝕟𝕤𝕖𝕛𝕠𝕤 𝕕𝕖𝕝 ℍ𝕒𝕣𝕧𝕒𝕣𝕕 𝔹𝕦𝕤𝕚𝕟𝕖𝕤𝕤 ℝ𝕖𝕧𝕚𝕖𝕨 𝕤𝕠𝕓𝕣𝕖 𝕖𝕝 𝕣𝕖𝕤𝕜𝕚𝕝𝕝𝕚𝕟𝕘 𝕖𝕟 𝕝𝕒 𝕖𝕣𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕚𝕟𝕥𝕖𝕝𝕚𝕘𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒 𝕒𝕣𝕥𝕚𝕗𝕚𝕔𝕚𝕒𝕝
Esta semana, este proceso de reflexión sobre el origen de las ideas (y no, no me refiero a Platón en esta ocasión) está inspirado por las lecciones que se pueden extraer del libro "Where Good Ideas Come From" de Steven Johnson. Este libro, publicado en 2011, establece un paralelismo entre la evolución de la vida en la tierra y la historia de la ciencia. Todo con el objetivo de intentar responder a la pregunta: ¿de dónde provienen las buenas ideas?
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Corazonada a fuego lento
Ya he hablado en ediciones anteriores de la era de los grandes descubrimientos, esos que puedan parecer nacidos de momentos eureka únicos. En realidad son como corazonadas lentas que maduran gradualmente y que requieren tiempo y cultivo para florecer. Ya he dicho más de una vez que la innovación, y por ende la creatividad no deja de ser un proceso aditivo.
Según Darwin, la teoría de la selección natural le vino a la cabeza cuando contemplaba los escritos de Malthus sobre el crecimiento de la población. Pero los cuadernos de Darwin revelan que, mucho antes de esta supuesta epifanía, ya había descrito una teoría casi completa de la selección natural. Esta lenta corazonada fue madurando hasta convertirse en una teoría completa con el paso del tiempo.
Pero cómo se genera este proceso, es algo que no ha cambiado desde hace siglos, y que ya el propio Platón esgrimió como una dualidad entre el mundo de las ideas, y su traslación al mundo real.
Érase una vez en un lugar muy lejano, un sabio llamado Platón que tenía una forma muy especial de ver el mundo.
Imagina que todo lo que ves a tu alrededor, las flores, los árboles, incluso tú mismo, son solo sombras de versiones más perfectas y puras que existen en un mundo mágico de ideas.
En este mundo especial, cada cosa existe en su forma más bella y perfecta, una versión que nunca cambia. Platón nos invitó a todos a ser como detectives de ideas, usando nuestra razón y nuestro corazón para buscar y entender estas formas perfectas, para así, poder hacer de nuestro mundo, un lugar más cercano a ese mundo mágico de ideas perfectas.
Así que, cada vez que tengas una idea brillante o descubras algo nuevo, recuerda que estás dando un paso más cerca de ese maravilloso mundo que Platón soñó hace muchos, muchos años.
Lo mismo que Darwin, el padre de internet hizo ese mismo viaje de innovación. Desde su infancia, Tim Berners-Lee se sintió atraído por los "portales de información" que descubrió en un libro de la época victoriana. Años más tarde, mientras trabajaba en el CERN, comenzó a desarrollar un proyecto que permitía vincular fragmentos de información a través de una red, inspirándose en parte en aquel libro. Con el tiempo y el apoyo oficial del CERN, este proyecto evolucionó hasta convertirse en la World Wide Web, el resto de la historia la has vivido en primera persona.
Otro aspecto a tener en cuenta en la innovación, es el ecosistema donde nos movemos y las plataformas que lo hacen posible. Las plataformas actúan como catalizadores clave para la innovación, similar a cómo ciertas "especies clave" en la naturales tienen un impacto significativo en sus ecosistemas. Estas "especies clave" crean hábitats que benefician a otros organismos, como los castores que transforman bosques en humedales.
En el ámbito de la innovación, las plataformas funcionan como trampolines que impulsan nuevas posibilidades y desarrollos, como el GPS, que inicialmente tenía propósitos militares pero ahora es la base de una amplia gama de servicios basados en la localización. Estas plataformas pueden construirse unas sobre otras, generando una cascada de innovaciones, similar a cómo los pájaros carpinteros crean oportunidades de anidación para otras aves.
Al igual que Darwin destacó la colaboración inter-especies en "El origen de las especies", la colaboración en la innovación puede ser tan productiva como la competencia, sugiriendo que una combinación de mercados libres y colaboración abierta podría ser la clave para maximizar la innovación.
Pero toda plataforma necesita de conexión y ramificaciones para desarrollarse. La innovación, como la evolución de las especies, suecede en extensas redes, similares a cómo el carbono, esencial para la vida, facilita la formación de complejas moléculas al conectarse con otros átomos.
De manera similar, las conexiones humanas, especialmente en grandes asentamientos, promueven la difusión y combinación de nuevas ideas, siendo las ciudades grandes núcleos de creatividad desproporcionada en comparación con áreas más pequeñas. Esto se evidenció en estudios de laboratorios de biología molecular en los años 90, donde se encontró que las discusiones informales durante las reuniones eran el caldo de cultivo de las ideas más significativas, más que el trabajo individual. En la era moderna, internet se ha convertido en la red creativa más grande, superando a cualquier ciudad en términos de generación y difusión eficaz de ideas. Por no hablar del salto cuántico que hemos vivido en el último año gracias a los modelos de Transformes, aceleradores de la IA generativa.
Pero más allá de las redes y las tecnologías, están las personas. La colaboración ha demostrado ser un catalizador crucial de la innovación, a menudo superando la eficacia de la competencia en este ámbito. Aunque los mercados recompensan a los inventores, también pueden crear barreras, como patentes, que limitan la difusión y evolución de las ideas.
A lo largo de los últimos 600 años, los avances significativos han tendido a surgir de redes colaborativas más que de individuos aislados. Además, muchos inventos trascendentales no han generado ganancias significativas para sus creadores. Steven Johnson comenta en su libro que la innovación impulsada por el mercado ha superado a los modelos centralizados, como fue el caso de la Unión Soviética, aún puede no ser el método óptimo para fomentar la innovación. Aunque aquí queda la pregunta, la innovación centralizada no funciono en la URSS, ¿pero qué podríamos pensar del modelo chino?
Si te gusta lo que estas leyendo, no olvides que también tienes disponible esta edición en formato audio en el podcast de Innovation by Default 💡.
La innovación florece en la intersección de conexiones afortunadas, espacios comunes y la reinvención continua
Las conexiones afortunadas entre ideas, similares a las interacciones aleatorias pero estables entre átomos en una sopa primigenia, son cruciales para impulsar la innovación. Esta dinámica, que oscila entre el caos y el orden, facilita la formación de nuevas conexiones y descubrimientos fortuitos, un fenómeno que se refleja tanto en los procesos creativos como en la actividad neuronal del cerebro.
Los sueños pueden actuar como un caldo de cultivo para la innovación, permitiendo conexiones aleatorias de ideas que pueden llevar a soluciones creativas a problemas, como se evidencia en el descubrimiento de la estructura del benceno por Kekulé. A nivel neurológico, la alternancia entre estados de caos y organización en la actividad neuronal puede estar vinculada a la creatividad y la inteligencia, con períodos más largos de caos correlacionados con niveles más altos de inteligencia.
La molécula de benceno es un anillo de seis átomos de carbono, de cada uno de los cuales cuelga un hidrógeno. El químico August Kekulé, que desentrañó esta estructura, afirmó que la idea surgió de un sueño en el que vio serpientes que se mordían la cola.
Los espacios compartidos, ya sean físicos o intelectuales, pueden fomentar descubrimientos fortuitos al facilitar colisiones creativas donde las ideas pueden mezclarse y evolucionar. Este fenómeno fue evidente en la era modernista de los años veinte, donde la convergencia de artistas y escritores en cafés parisinos alimentó innovaciones culturales. A nivel individual, la multitarea creativa, donde se trabajan múltiples proyectos simultáneamente, puede facilitar conexiones serendípicas entre ideas de diferentes campos, una estrategia adoptada por figuras históricas como Benjamin Franklin y Charles Darwin. Desde una perspectiva organizativa, es vital tener una red que permita que las ideas maduren y se combinen libremente, un papel que actualmente desempeña la red de redes, facilitando conexiones interdisciplinarias a una escala sin precedentes.
Las grandes innovaciones a menudo emergen de entornos donde el error juega un papel significativo, actuando como un catalizador para el desarrollo y la evolución.
En la naturaleza, las mutaciones genéticas aleatorias, aunque en su mayoría resultan en fracasos, han llevado a la evolución de rasgos nuevos y únicos en diferentes especies. De manera similar, en el campo de la ciencia, errores aparentemente menores o anomalías en los datos pueden desencadenar descubrimientos revolucionarios, como fue el caso del descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming. Los errores pueden desafiar las suposiciones existentes y fomentar la adopción de enfoques novedosos y creativos, como se demostró en un experimento donde la introducción de errores en la percepción del color fomentó una mayor creatividad en las asociaciones de palabras realizadas por los participantes. En resumen, los errores no sólo son inevitables sino que pueden ser cruciales para fomentar la innovación y el progreso.
La innovación a menudo surge de la reutilización y reinvención de elementos antiguos, un proceso conocido en biología como exaptación. Este fenómeno puede observarse en la evolución de las plumas de las aves, que originalmente surgieron para regular la temperatura pero ahora facilitan el vuelo. De manera similar, ideas y tecnologías antiguas pueden encontrar nuevos usos, como la transformación de la World Wide Web de una herramienta académica a una plataforma multifacética, o la adaptación de la prensa de tornillo de vino por Gutenberg para crear la primera imprenta. Esta tendencia también se refleja en la reutilización creativa de objetos desechados y en la revitalización de espacios abandonados, que pueden convertirse en incubadoras de la cultura indie y fuentes de nuevas ideas. En resumen, la innovación se nutre significativamente de la capacidad de transformar y reutilizar lo antiguo en nuevos contextos y aplicaciones.
Food for thought
En el episodio de esta semana hemos hablado una vez más sobre ese viaje de la innovación continua, un viaje que se hace despacio, como ese proceso aditivo que creo es la innovación. Hemos hablado de la creatividad y la naturaleza como inspiración, de Darwin y Platón o del padre de internet, Tim Bernes-Lee y sus momentos eureka.
También hemos hablado sobre como esa visión de los grandes innovadores, requiere de plataformas y ecosistemas que actuen de catalizadores de la innovación, algo que sería imposible sin las conexiones humanas gracias a las cuales las ideas pueden difundirse y combinarse de formas novedosas.
Para cerrar este episodio hemos hablado de la belleza del error, y como gracias a ellos miles de personas tuvieron una mida mejor, como es el caso del descubrimiento de Fleming.
Os dejos algunas reflexiones importantes que me llevo de esta edición:
Maduración gradual de ideas: La innovación es un proceso aditivo que requiere tiempo y cultivo.
Colaboración sobre competencia: La colaboración puede ser un motor más potente para la innovación que la competencia.
El papel del error: Los errores no son sólo inevitables, sino que pueden ser cruciales para fomentar la innovación.
Reutilización creativa: La innovación a menudo surge de la reutilización y reinvención de lo antiguo, dando lugar a soluciones novedosas y creativas.
Y por último pero no menos importante, os dejo deberes.
¿Cómo podemos cultivar "corazonadas a fuego lento" en nuestra vida diaria?
¿De qué manera podemos fomentar espacios que promuevan la colisión creativa de ideas?
¿Cómo podemos aprender a ver los errores no como fracasos, sino como oportunidades para la innovación?
¿De qué formas podemos reutilizar y reinventar lo antiguo para crear soluciones innovadoras para los desafíos modernos?
Espero que la edición de esta semana os haya gustado, si es así compártela con tus amigos y conocidos.
Nos vemos la semana que viene, que tengas un fin de semana genial❤️. Yo lo pasaré entre bocatas de panceta, cacharritos de feria y la verbena de mi pueblo.