Bienvenidos una vez más a esta nueva edición de Innovation by Default 💡, posiblemente la semana más ocupada que he tenido este año. Espero que la tuya haya sido un poco mejor. El único consuelo que me queda es que estoy en modo "Final Countdown", con el teclado de Europe sonando de fondo y contando los días en el calendario, ansioso por llegar a cero y disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Pero vamos al grano, este episodio es en parte una continuación del anterior, en el que quiero complementar y ampliar el fascinante concepto del humano aumentado y nuestra relación en evolución con los robots. Hace cinco años, escribí un artículo en Think Big (el blog de Telefonica Empresas) sobre "La carrera por desarrollar la API para el cerebro humano ya ha comenzado". Destacaba cómo las tecnologías innovadoras que acercaban a los seres humanos y las máquinas estaban comenzando a hacerse realidad. Desde el anuncio de Neuralink de Elon Musk hasta las investigaciones de Facebook en su laboratorio Building 8 sobre la comunicación telepática, estos avances nos adentraban en un mundo donde los cyborgs y los humanos coexisten, como en las películas de ciencia ficción.
Las fronteras entre las tecnologías de la información y las ciencias tradicionales, como la biología y la química, se han vuelto cada vez más difusas. Los avances en la computación biológica permiten realizar cálculos y almacenar datos utilizando medios biológicos como proteínas y cadenas de ADN. Este nuevo enfoque biológico se alinea con el anuncio del grupo RAD de la Universidad de Stanford, donde han desarrollado un método para analizar la evolución de las células humanas, lo que proporciona diagnósticos más precisos de enfermedades y envejecimiento. El envejecimiento y su relación con la enfermedad y la ley universal también son temas que me gustaría abordar en algún momento en esta newsletter.
Además, los cyborgs ya no son solo producto de la ficción. Atletas como Pistorius, con doble amputación, han competido en los Juegos Olímpicos utilizando prótesis desarrolladas por Nike, alcanzando el mismo nivel que sus competidores. Por otro lado, Neil Harbisson, reconocido como el primer cíborg del mundo en el Reino Unido, nació con acromatopsia y puede "escuchar los colores" a través de una antena implantada en su cabeza. Puede percibir colores invisibles para los demás, como infrarrojos y ultravioletas. La antena se conecta directamente a su cerebro, lo que le permite complementar su visión e incluso recibir imágenes, videos, música y llamadas telefónicas. Aquí te dejo una entrevista en la que él mismo lo cuenta en primera persona.
Los avances recientes en inteligencia artificial y aprendizaje automático nos permiten mantener conversaciones a través de aplicaciones de mensajería instantánea con personas de diferentes partes del mundo, superando las barreras del idioma. Un ejemplo de ello es el sistema Google Neural Machine Translation, que ha creado su propio lenguaje para traducir entre diferentes idiomas sin necesidad de un idioma intermedio como el inglés. Sin embargo, estas afirmaciones son las que realmente me preocupan en términos de la velocidad de evolución de tecnologías como la IA generativa.
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Si bien Zuckerberg y Musk plantean un futuro incierto para la humanidad, la realidad se encuentra en un punto intermedio. La forma en que nos comunicamos entre nosotros y con las máquinas ya ha experimentado un cambio significativo. Los asistentes personales como Alexa y Cortana han transformado nuestro acceso a la información, y empresas como Amazon han facilitado la interacción humana con Internet a través del lenguaje natural mediante productos y servicios activados por voz.
Aunque la comunicación telepática podría plantear desafíos para las empresas de telecomunicaciones, siempre habrá un lugar para las máquinas. A medida que abrazamos el Internet de las Cosas (IoT), exploramos las infinitas posibilidades que nos esperan.
Esta semana, me gustaría ampliar aún más estas reflexiones sobre la fascinante relación entre los seres humanos y las máquinas con un segundo post dedicado a este tema. Exploraremos el libro Human/Machine, escrito por Daniel Newman y Olivier Blanchard, reconocidos expertos en tecnología y directores de investigación en Futurum Research.
En Human/Machine (2019), Newman y Blanchard sostienen que las máquinas no nos robarán el trabajo, sino que nos seguirán potenciando. La automatización en el ámbito laboral y en nuestros hogares liberará tiempo que podremos utilizar para realizar actividades que nos llenen como seres humanos. Sin embargo, también plantean que los gigantes tecnológicos deben asegurarse de que su tecnología beneficie a la sociedad. Si no lo hacen, podríamos enfrentar desequilibrios en la relación entre humanos y máquinas.
Los autores, conocidos por su experiencia en investigación de empresas eficientes, también han escrito otros libros destacados como "Building Dragons" (2016) y "Futureproof" (2017), donde exploran cómo las empresas deben adaptarse a la innovación tecnológica.
En este contexto, es crucial comprender el futuro probable de las relaciones entre los humanos y las máquinas. Nos encontramos con robots dotados de habilidades sobrehumanas y hologramas que podrían sustituir a los seres humanos en ciertos roles. Si bien hay temores y expectativas asociados con la inteligencia artificial y otras innovaciones tecnológicas, es esencial entender cómo podemos aprovechar esta asociación hombre-máquina en nuestro beneficio.
Las reglas del juego actual cambiarán poco para el humano aumentado,…
A lo largo de la historia, las herramientas y las máquinas han mejorado nuestras vidas al aumentar nuestra eficacia y permitirnos desarrollarnos como especie. Desde las primeras herramientas de los habitantes de las cavernas hasta la tecnología actual, las máquinas nos han ayudado a ser más eficientes en la consecución de nuestros objetivos. Con el avance de la inteligencia artificial y otras tecnologías, nuestras herramientas se han vuelto aún más poderosas, permitiéndonos abordar desafíos en áreas como la medicina.
Además, estas herramientas nos brindan la oportunidad de expresarnos y ser creativos, nos ayudan a inventar y desarrollar nuestras ideas. Por naturaleza, somos una especie creativa que no para de desarrollar nuevos inventos y expresar nuestros sentimientos a través de diferentes representaciones artisticas. Las herramientas son nuestras compañeras naturales, ya sea un pincel o un ordenador, nos permiten crear y expresarnos. Mientras sigamos siendo humanos, es probable que las máquinas continúen siendo nuestras aliadas en el futuro, ayudándonos a hacer realidad nuestras ideas y proyectos.
Como ya he señalado en anteriores ediciones, la automatización de las actividades profesionales que realizamos es imparable, un fenómeno que comenzó desde la fabricación en serie. Pero como ya he apostillado en otras ocasiones, esto no necesariamente implicará una perdida neta negativa de puestos de trabajo. Aunque algunas tareas repetitivas pueden ser automatizadas, es menos probable que trabajos que requieren habilidades emocionales y humanas sean reemplazados por completo. La consideración humana y la inteligencia emocional siguen siendo valiosas en diversos campos, como la asistencia y la educación. Los algoritmos y las máquinas pueden mejorar la eficiencia, pero las habilidades humanas, como el pensamiento crítico y la creatividad, siguen siendo indispensables en el entorno laboral.
Una vez más, podemos volver a aprender del pasado. En el siglo XIX, la Revolución Industrial automatizó muchos puestos de trabajo. Un estudio realizado por la consultora McKinsey demostró que el número de estadounidenses empleados en el sector agrícola cayó del 60% al 5% entre 1850 y 1970. Esto parece bastante probable se repetirá con los trabajos de oficina, sobre todo si miramos más de cerca las cifras que lo respaldan. Y el Foro Económico Mundial estima que la automatización creará alrededor de 133 millones de nuevos puestos de trabajo entre 2019 y 2022. Sin embargo la capacidad de adaptación mostrada por la humanidad durante siglos, nos ha permitido desarrollar la resiliencia necesaria, para librar esta batalla.
Lo que está claro es que cuanto más amplio sea tu conjunto de competencias, mejor será tu posición en el mercado laboral del futuro.
Hay determinadas habilidades o conocimientos que parece serán relevantes aún más si cabe en la sociedad que podemos vislumbrar actualmente, aquellos profesionales con conocimientos en ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM) tendrán una buena demanda laboral en el futuro. Para los demás, es importante ser flexibles y tratar de comprender las tendencias futuras. Nunca estará demás desarrollar habilidades blandas, las famosas soft-skills, e inclusive considerar la posibilidad de complementar estos conocimientos con cursos de programación para entender cómo ·piensan· las máquinas. Sin duda, será esencial tener una comprensión básica de los algoritmos y ser capaces de resolver cuestiones éticas relacionadas con ellos. El panorama laboral está cambiando, y la preparación incluye ser multifacéticos y tener habilidades humanas destacadas. Para aquellos con afinidad por tematicas STEM, el futuro parece prometedor, aunque las perspectivas pueden ser más inciertas para los líderes empresariales.
Si te gusta lo que estas leyendo, no olvides que también tienes la versión audio en mi podcast.
…pero quienes más ventaja sacaran de este nuevo contexto serán las empresas
La habilidades técnicas que nos permitan concer e interpretar como trabajan las máquinas, daran una ventaja competitiva a quienes busquen trabajo en unos años. Pero recuerda, la adaptabilidad es casi mas importante, ya que las industrias pueden cambiar rápidamente. Estar atento a como evoluciona el mercado y conocer las tendencias, falicitara llevar las riendas de tu carrera profesional. Sin olvidar desarrollar habilidades como el pensamiento crítico y la comprensión ética, ya que muchos algoritmos se enfrentaran a dilemas éticos y nosotros les deberemos ayudar a resolverlos.
En lugar de tratar de ser más inteligente que las máquinas, es mejor desarrollar las habilidades que nos hagan más humanos. Es posible que los puestos de trabajo cambien, por lo que es realmente importante es la capacidad de adaptación. El futuro se ve prometedor para aquellos con conocimientos en STEM, a menos que seas un líder empresarial, en cuyo caso puede haber más incertidumbre.
La disrupción tecnológica es una gran oportunidad de negocio para todo tipo de empresas, pero eso sí, solo si estás preparado para ella. Como director de una empresa, es comprensible que tengas muchas responsabilidades y preocupaciones, pero no puedes pasar por alto las nuevas tecnologías. Adaptarte a ellas temprano es crucial para el crecimiento y la competitividad de tu negocio, aunque no hemos de seguir al pie de la letra este mantra, y el entorno empresarial está lleno de ejemplos. Como fue el caso de Google, que en 1998 cuando se lanzo era un buscador más entre la decenas de los que había disponibles. Solo tardo 15 años en alcanzar el liderato definitivo que todavia hoy en dia ostenta.
Invertir en nuevas tecnologías lo antes posible es la clave. Disney es un buen ejemplo de empresa tradicional que supo aprovechar las tecnologías. Utilizaron sensores para mejorar la experiencia de los visitantes y adoptaron la realidad virtual y los vídeos en 3D, lo que resultó en ahorro de costos y mayor satisfacción del cliente. Sin dejar de lado, una serie de exitosas adquisiciones com Lucas Film, Marvel o Pixar.
Sin embargo, muchas empresas no se adaptan a tiempo. Los directores generales a menudo consideran que los departamentos de innovación y TI son costosos y recortan sus presupuestos. Este enfoque puede ser peligroso, como se evidencia el archicnococido caso de Kodak. Aunque inventaron la cámara digital, ignoraron el cambio hacia la fotografía sin película y se mantuvieron en la producción de películas. Finalmente, se declararon en quiebra.
La lección aquí es que las pequeñas y medianas empresas tienen una ventaja sobre las grandes. Pueden tomar decisiones más rápidas y adaptarse al cambio del mercado.
Para tener éxito, el comité de dirección debe abrazar la incertidumbre, juntar a las áreas de negocio, con los departamentos de TI e innovación. Para desarrollar e implantar las tecnologías que impulsarán a sus empresas en el futuro. Los directores generales deben permitir y fomentar esta innovación, incluso si implica un cambio cultural en la empresa. El objetivo debe ser crear una cultura corporativa saludable.
Toda organiza necesita de un marco de trabajo para evaluar las innovaciones tecnológicas, desde la sustitución de asistentes hasta la construcción de robots. La mayoría de las empresas utilizan el cálculo de coste-beneficio para tomar decisiones. Sin embargo, según argumentan en su libro, Newman y Blanchard, este enfoque no considera los posibles costes sociales de la tecnología, lo cual es peligroso e irresponsable. Debes tener en cuenta estos costes al tomar decisiones y promover una cultura corporativa sana.
Un ejemplo es la asistencia sanitaria a las personas mayores. Aunque la IA puede parecer una solución más barata y eficaz, también puede generar costes sociales. Ya hablamos sobre este tema en la edición anterior. Los robots en la asistencia sanitaria pueden disminuir las interacciones sociales de los ancianos y provocar depresión a largo plazo. Es importante tomar medidas para mitigar estas consecuencias, como desarrollar robots que promuevan la comunidad en lugar de aislar a las personas mayores.
En el mundo actual gobernado por algoritmos, avidos de aprender de una cantidad ingente de datos, surge la preocupación de que estemos acercándonos a un escenario similar al de la novela distópica 1984 de George Orwell. Los datos que generamos pueden convertirse en armas poderosas. A continuación te dejo uno de mis podcast favoritos donde se desarrolla y trata en profundidad este tipo de problematicas.
El caso de Google vendiendo su tecnología de reconocimiento de imágenes al ejército despertó inquietudes sobre el mal uso de la tecnología y provocó una reacción negativa tanto en términos de impacto en la imagen como en la protesta de los empleados. Es importante que las empresas tecnológicas consideren cuidadosamente cómo se utiliza su tecnología y estén dispuestas a desactivarla cuando sea necesario.
La evolución de productos como el reconocimiento facial plantea dilemas éticos. Aunque inicialmente se utilizó para mejorar la seguridad y facilitar la vida cotidiana, también puede tener consecuencias intrusivas y permitir el seguimiento y control de los ciudadanos. Esto plantea preocupaciones similares a las descritas en 1984.
Las grandes empresas tecnológicas tienen la responsabilidad de evaluar el impacto social de sus invenciones y considerar si resuelven problemas reales en beneficio de la sociedad. Estas cuestiones son complejas y deben ser debatidas cuidadosamente.
A medida que nos rodeamos de más máquinas en nuestro entorno laboral y personal, es fundamental encontrar un equilibrio entre la automatización y la creatividad para aumentar nuestra productividad y felicidad a largo plazo. Sin embargo, para que estas asociaciones entre humanos y máquinas sean efectivas, es esencial tener confianza tanto en las máquinas como en quienes las desarrollan.
Por ejemplo, los coches autónomos pueden ofrecer beneficios en eficiencia y seguridad, pero su adopción depende de la confianza que tengamos en ellos. De manera similar, la confianza en tecnologías como los asistentes de voz, juega un papel crucial en nuestra disposición para confiar en ellas para mejorar nuestras vidas.
Si los gigantes tecnológicos desarrollan productos que simplifican y enriquecen nuestras vidas y trabajos, seguirán siendo parte de la solución para nuestros desafíos cotidianos.
Además, los gigantes tecnológicos también necesitan confiar en sus propias creaciones, como los ultimos avances en IA. La confianza en estas tecnologías se basa en la certeza de que se utilizaron los mejores datos y conocimientos en su desarrollo.
Para cerrar esta edición de la newsletter, déjame hacer una última reflexión, las soluciones tecnológicas efectivas se centran en los usuarios y permiten que nos acerquemos más a al resto de la sociedad.
Food for thought
A priori, y con el contexto actual que tenemos parece que el futuro parece estar cada vez más enfocado en nuestra asociación con las máquinas, y parace que el humano aumentado queda todavía un poco lejos. A medida que la tecnología avanza, es importante encontrar un equilibrio entre la automatización y la creatividad, permitiendo que las máquinas nos ayuden a ser más productivos y felices. Sin embargo, esta asociación exitosa requiere confianza tanto en las máquinas como en quienes las desarrollan.
Es crucial considerar los impactos sociales y éticos de las tecnologías que creamos y utilizamos. Por ello debemos abordar las dudas sobre la privacidad, el mal uso de los datos y el potencial de las máquinas para superar a sus creadores. Además, es esencial que los gigantes tecnológicos se comprometan a desarrollar soluciones que beneficien a los usuarios y mejoren nuestras vidas de manera significativa, sin tener unicamente la metrica del coste beneficio en su visión empresarial.
A medida que avanzamos hacia el futuro, debemos continuar reflexionando y debatiendo sobre nuestra relación con la tecnología. Al mantener un enfoque en la confianza, la ética y el bienestar humano, podemos aprovechar al máximo las oportunidades que nos brindan las máquinas y crear un futuro en el que su asociación con nosotros sea fructífera y beneficiosa para todos.
Por otro lado, la automatización amenaza los puestos de trabajo a una velocidad cada vez mayor y las nuevas tecnologías podrían dejar obsoletas industrias enteras. Pero no hay razón para desesperarse. Aunque la tecnología pronto será mejor que nosotros en algunas tareas, debemos concentrarnos en desarrollar las habilidades de las que carece, como la empatía.
Y para terminar esta pequeña reflexión sobre nuestra relación con las máquinas, robots, ciborgs o cualquier otra representación de la tecnología con la que interactuamos, deberíamos estar dispuestos a adaptar nuestra propia forma de entender nuestros trabajos. Si aceptamos que la tecnología puede mejorar nuestros trabajos y nuestras vidas, podremos evitar el Armagedón laboral. Pero el impacto de la tecnología va más allá del espacio de trabajo. Para garantizar que seguimos prosperando como especie, sólo deben desarrollarse tecnologías que beneficien a la sociedad a largo plazo.