A lo largo de esta semana en los Diarios de Innovación, hemos analizado cómo la música, un elemento presente en la humanidad desde sus inicios, afecta a nuestra conducta, emociones y decisiones.
Nuestra relación con la música es tan antigua como nuestra propia humanidad. Pero si algo define a la música, además de su capacidad para conmovernos, es su constante evolución. Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre cómo ha cambiado la industria musical en las últimas décadas y qué implicaciones tiene esto para nosotros como oyentes y para los creadores.
Para muchos de los que están leyendo o escuchando estas palabras, los cambios en la forma en que consumimos música no son algo lejano. Hemos vivido, en primera persona, cada uno de los pasos de esta transformación: desde los discos de vinilo hasta el streaming. Cada formato tiene su propia historia, no solo sobre la música, sino también sobre el momento cultural y tecnológico en el que vivíamos.
Hoy exploraremos cómo pasamos de lo físico —aquellos discos y cintas que atesorábamos— a lo intangible, donde todo está a un clic de distancia. Y lo haremos reflexionando no solo sobre los avances tecnológicos, sino también sobre lo que hemos ganado... y lo que quizás hemos perdido.
Si quieres una banda sonora para acompañar esta newsletter, hoy te traigo el primer álbum de Foo Fighters, que, en mi opinión, es el más personal y especial debido a las circunstancias que rodearon su creación. Sin pensarlo demasiado, diría que está entre mi top 10 de álbumes de rock de la historia.
Imagina por un momento que retrocedes en el tiempo, a tu adolescencia. No importa si fueron los años 80, los 90 o incluso los primeros años de los 2000. Estás en tu habitación, un espacio que probablemente reflejaba quién eras en ese momento: pósters en las paredes, libros, y quizás una pequeña colección de discos o cassettes.
Estás en tu habitación, rodeado de vinilos. Acabas de comprar el último álbum de tu banda favorita, y colocas cuidadosamente el disco en el tocadiscos. La aguja cae… y suena magia.
Ahora avanza unas décadas. Es el año 2010. La música ya no se compra en tiendas; se descarga en computadoras. Algunos pagan, pero muchos no. La piratería reina, y la industria musical parece estar en su lecho de muerte.
Pero entonces, llega un pequeño rayo de esperanza. No es un disco, no es un iPod… es algo más grande. En mi opinión, la aplicación que ha cambiado para siempre la industria de la música: Spotify.
Hagamos juntos un pequeño viaje en el tiempo para ver cómo la música pasó del vinilo al streaming, cómo un modelo de negocio aparentemente imposible cambió las reglas del juego, y qué podemos aprender de esta revolución sobre el valor de la creatividad y la innovación.
En el año 2001, Apple presentó el iPod. Lo llamaron "mil canciones en tu bolsillo." Parecía una locura, pero fue el comienzo de una revolución.
Ese mismo año, iTunes cambió la forma de consumir música. Por primera vez, podías comprar canciones individuales. Ya no necesitabas gastar en un álbum completo; podías elegir solo las canciones que realmente querías. Suena práctico, ¿no?
Pero había un problema. Napster, LimeWire y otros servicios de piratería ofrecían lo mismo… pero gratis. De repente, la música se convirtió en algo que podías tener sin pagar un centavo.
Las productoras musicales entraron en pánico. Los artistas vieron cómo sus ingresos desaparecían. ¿Quién iba a pagar por algo que podía obtener gratis? La industria musical parecía estar condenada.
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Y entonces, en 2008, llegó Spotify. Una plataforma que no te vendía canciones ni discos. En su lugar, te daba acceso a toda la música que pudieras imaginar… gratis, si no te importaban algunos anuncios. O por un precio razonable, sin interrupciones.
Daniel Ek, el fundador de Spotify, no solo estaba lanzando una empresa. Estaba respondiendo una pregunta esencial: ¿Cómo le devolvemos el valor a la música?
Spotify fue una idea radical. No intentó cambiar al usuario; entendió lo que el usuario ya quería: accesibilidad, variedad y conveniencia. Pero tampoco olvidó a los artistas. Les ofreció algo que la piratería no podía: dinero por cada reproducción.
Sin embargo, no todo fue fácil. Los desafíos fueron gigantescos.
Primero, los tecnológicos. Spotify no se lanzó al mundo de golpe. Daniel Ek entendió que para tener éxito necesitaba conquistar un mercado a la vez. Cada país tenía sus propias leyes, sus propios gustos, y Spotify se adaptó a cada uno de ellos.
Y luego estaban los desafíos culturales. Artistas como Taylor Swift acusaron a la plataforma de pagar demasiado poco. Las tensiones con Apple y su App Store se convirtieron en una batalla pública. ¿Cómo competir con gigantes establecidos y, al mismo tiempo, convencer a todos de que el modelo de negocio era justo?
Spotify entendió algo fundamental: la música no era suficiente.
En los últimos años, ha ampliado su alcance. Podcasts, audiolibros, contenido exclusivo… Spotify ya no es solo una plataforma de música. Es una plataforma de audio.
¿Por qué? Porque los podcasts y los audiolibros ofrecen algo que la música no puede: márgenes más altos y menos intermediarios. Esto no solo diversifica el negocio, sino que asegura su relevancia en un mundo donde el entretenimiento evoluciona constantemente.
Spotify no solo salvó a la industria musical; reescribió sus reglas. Transformó las tensiones entre productoras, artistas y usuarios en un modelo que, aunque imperfecto, es más sostenible que cualquier cosa que existía antes.
Pero aquí está la verdadera lección: no se trataba solo de tecnología. Se trataba de entender lo que la gente valoraba y encontrar una manera de entregarlo.
Hoy, el valor de la música no está en cuánto cuesta, sino en cómo llega a nosotros, cómo nos conecta con recuerdos, emociones y momentos.
La música nunca ha sido gratuita. Siempre ha tenido un precio. Pero quiero creer que gracias a Spotify, se volvió accesible.
Ahora, la pregunta es: ¿qué otras industrias replicaran este modelo? Porque si algo nos ha enseñado la música, es que la innovación no solo transforma negocios. Transforma vidas (o al menos las hace mejores).
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Cajón desastre
📺 Un video
Hoy te traigo el documental Los poderes de Lolo que es más que un homenaje; es un viaje al corazón de una figura que transformó la televisión y rompió moldes en una España que todavía despertaba al cambio. Esta producción, que conmemora el 40º aniversario del mítico programa La bola de cristal, nos invita a redescubrir a Lolo Rico, una mujer adelantada a su tiempo, visionaria, y, sobre todo, valiente.
El documental nos abre las puertas a la vida personal y profesional de Lolo Rico, mostrando cómo desafió los roles tradicionales asignados a las mujeres de su época. Desde su enfoque innovador en la televisión infantil hasta su lucha por ser escuchada en una sociedad conservadora, Lolo se revela como una figura transformadora. A través de los testimonios de sus hijos, amigos y colaboradores —como Javier Gurruchaga, Kiko Veneno, Loquillo y Anabel Alonso—, descubrimos no solo a la creadora, sino a la mujer que supo convertir sus convicciones en legado cultural.
El contexto histórico es clave para entender el impacto de La bola de cristal. En los años 80, España vivía una revolución cultural tras décadas de dictadura. Este programa, con su enfoque transgresor y experimental, capturó el espíritu de la época: libertad, creatividad y cuestionamiento de las normas. Pero su impacto no se quedó en la televisión. Desde sus mensajes dirigidos a la reflexión crítica hasta su selección musical cuidadosamente curada, La bola de cristal fue un motor de cambio cultural.
El programa abrió las puertas a artistas como Alaska y Radio Futura, dando visibilidad a la Movida Madrileña, un movimiento que marcó un antes y un después en la música y la cultura del país. A través de sus canciones, personajes icónicos y mensajes provocadores, Lolo Rico y su equipo no solo entretuvieron, sino que inspiraron a toda una generación de creadores. Lo que comenzó como un experimento televisivo se convirtió en un pilar del despertar cultural de los 80, influyendo en músicos, cineastas y artistas que moldearon el panorama cultural español de las décadas siguientes.
🔧 Una herramienta
Recientemente descubrí Public Prompts, una web que ofrece prompts gratuitos para generar arte con inteligencia artificial, específicamente enfocados en el estilo de cómic retro. Es un recurso fantástico para quienes quieran explorar herramientas creativas de IA en este género artístico tan particular.
Además, recomiendo complementar esta web con el libro Guía de Inteligencias Artificiales Generativas de Javier López, una referencia imprescindible para entender el potencial y las aplicaciones de estas tecnologías tanto Dall-e como Midjourney.
📢 Una newsletter
Si te interesa cómo se combinan el liderazgo, la transformación digital y el impacto de la tecnología en los negocios, 'Liderando en Digital' es una newsletter clave que no te puedes perder. Creada por Vicente de los Ríos, un referente con más de 25 años de experiencia liderando procesos de cambio en empresas como Telefónica, esta iniciativa destaca por ofrecer:
Resúmenes clave de artículos actuales sobre liderazgo y tecnología.
Contenido práctico y estratégico, perfecto para profesionales que buscan estar a la vanguardia en la era digital.
Una visión integral que combina ideas de negocio, innovación y transformación personal.
Vicente no solo comparte conocimiento; también aporta la experiencia de haber dirigido grandes procesos de transformación digital. Su enfoque práctico, respaldado por su trabajo académico, asegura un contenido relevante.
Y si deseas profundizar en cómo Vicente ha puesto en práctica estos conocimientos, puedes leer su libro El Misterio de Reinventarse, en el que aborda cómo afrontar el cambio profesional tras haber trabajado muchos años en una gran empresa.
📜 Un informe
Creo que ya he hablado sobre mi fascinación por el CERN, un ejemplo de lo que podemos lograr cuando colaboramos con un propósito común como sociedad. Y hoy traigo un reportaje de National Geographic donde nos detalla su historia.
Fundado en 1954, el CERN es un destacado modelo de éxito europeo en ciencia básica, demostrando que la inversión en este ámbito genera un retorno significativo, aunque a menudo a largo plazo. Surgió tras la Segunda Guerra Mundial como un esfuerzo conjunto de 12 países europeos para reconstruir la cooperación científica y evitar el atraso frente a Estados Unidos y la Unión Soviética.
Desde entonces, el CERN ha liderado avances clave en la física de partículas, incluyendo la construcción de aceleradores como el Sincrotrón de Protones y el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), que permitió el descubrimiento del bosón de Higgs en 2012. Además, ha revolucionado la tecnología de detección de partículas y desarrollado innovaciones con aplicaciones más allá de la física, como en medicina y seguridad.
En 1990, el CERN fue el lugar donde nació la World Wide Web, diseñada para gestionar e intercambiar información científica. También ha contribuido de forma significativa a la comprensión de fenómenos como la antimateria y el Modelo Estándar, y sigue explorando misterios como la materia y energía oscuras.
Abierto al público, el CERN no solo es un referente en investigación, sino también un centro de divulgación científica que inspira a nuevas generaciones. Así, demuestra que la ciencia es una inversión estratégica para el progreso.
🎙️ Un podcast
Si valoras la transparencia en los negocios y en la vida, el podcast "Open" de
es una joya que no puedes dejar pasar. Patrocinado por Minimalism Brand (su marca de ropa), se ha consolidado como una referencia para emprendedores y curiosos que buscan inspiración y aprendizaje.¿Por qué escucharlo?
En cada episodio Pepe entrevista a personas fascinantes: emprendedores, creativos, diseñadores, inversores e influencers, quienes comparten sin filtros sus aprendizajes, errores y experiencias.
Los temas van desde productividad y tecnología hasta estrategias para expandir negocios, todo con un enfoque práctico y auténtico.
Sigo Pepe desde hace años y lo que más admiro son los valores que transmite en todo lo que hace. Además, su trabajo en otras plataformas como YouTube y sus libros (te recomiendo su más reciente publicación, aunque aún no lo he leído), complementan perfectamente lo que "Open" ofrece: un espacio auténtico y enriquecedor.
Y hablando de podcast, no pensarías que iba a dejar la oportunidad de recomendarte un nuevo episodio de Código Abierto, el podcast donde charlamos de tecnología cada semana (Mónica, Carlos, Diego, Ignacio y un servidor).
Gracias por acompañarme una semana más, ¡y te espero en la próxima edición Innovation by Default 💡!