Diario de Innovación #20
La sorprendente ciencia detrás de las creencias, la opinión y la persuasión
¿Qué hace que alguien cambie de opinión?
¿Qué puede llevar a una persona a abandonar una teoría de la conspiración que ha defendido a capa y espada?
¿O a cuestionar las creencias que han definido su identidad durante años?
Cambiar de opinión puede parecer imposible. ¿Cuántas veces has intentado convencer a alguien con hechos, solo para encontrarte que una y otra vez te chocabas con la misma pared ? Pero… ¿y si te dijera que existe un patrón detrás de cómo y cuándo las personas cambian su forma de pensar?
Hoy, exploraremos las claves del cambio de mentalidad. Desde el comportamiento del cerebro bajo presión, hasta las técnicas más efectivas para transformar creencias profundamente arraigadas.
Para ello nos apoyaremos en How Minds Change (2022) una inmersión profunda en por qué creemos, por qué seguimos creyendo y por qué, a veces, dejamos de creer. Aunque más que eso, podríamos definirlo como una guía para reprogramar nuestra mente, no mediante la manipulación o la coacción, sino a través de la empatía y la apertura mental.
Su autor, David McRaney es periodista científico y creador del blog, libro y podcast No eres tan listo. También es autor de You Are Now Less Dumb (Ahora eres menos tonto) y también se gana la vida dando conferencias por todo el mundo sobre razonamiento, creencias y toma de decisiones.
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Nuestra primera historia comienza en 2011.
Un programa de la BBC llamado "Conspiracy Road Trip" reunió a cinco defensores de teorías conspirativas sobre el 11-S. Los llevaron a Estados Unidos para enfrentarse a expertos, pruebas y testimonios reales. Entre ellos estaba Charlie Veitch, un destacado líder de la comunidad "truther".
Charlie era conocido por sus videos virales en YouTube, donde desafiaba la versión oficial de los atentados del 11-S. Sus ideas tenían millones de seguidores. Sin embargo, durante el programa, algo cambió.
Charlie habló con ingenieros, pilotos y familiares de las víctimas. Y fue esta última conversación, profundamente emocional, la que derribó sus creencias.
Charlie lo describió como una explosión de claridad. Renunció a las teorías conspirativas, desafiando a su comunidad y enfrentando la crítica de quienes antes lo admiraban.
Pero aquí viene la gran pregunta:
¿Por qué Charlie cambió de opinión cuando los otros cuatro participantes no lo hicieron?
Para responder, debemos mirar dentro del cerebro humano.
En 2016, un equipo de neurocientíficos, liderado por Jonas Kaplan y Sam Harris, realizó un estudio fascinante. Descubrieron que cuando alguien enfrenta contraargumentos a sus creencias más arraigadas, el cerebro reacciona como si estuviera bajo ataque físico.
Sí, físico.
El cuerpo libera adrenalina. Los músculos se tensan. El flujo sanguíneo cambia, como si estuviéramos frente a un oso en el bosque.
¿Por qué?
Porque nuestras creencias no son solo pensamientos. Muchas de ellas están profundamente ligadas a nuestra identidad y a los grupos sociales que elegimos.
Como dice la socióloga Brooke Harrington:
"La muerte social es más aterradora que la muerte física."
Por eso, cuestionar nuestras creencias más profundas no solo nos hace sentir inseguros. También nos hace temer perder nuestra pertenencia al grupo que valoramos.
Aquí es donde entra el factor clave del cambio: los grupos sociales.
Cuando Charlie cambió de opinión, no fue solo por las pruebas que vio en el programa. Fue porque ya había comenzado a conectarse con una nueva comunidad.
Un grupo llamado Truth Juice le ofreció un espacio seguro para explorar ideas diferentes. Y cuando finalmente enfrentó los hechos en "Conspiracy Road Trip", estaba listo para aceptar la verdad.
Esto nos enseña algo poderoso: las personas no cambian de opinión solo porque reciben nueva información. Cambian cuando encuentran un lugar donde se sienten seguros para hacerlo.
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Entonces, si los hechos no bastan, ¿qué funciona?
Una respuesta está en una técnica llamada sondeo profundo.
Desarrollada por organizaciones como The Leadership Lab, esta técnica ha demostrado cambiar la opinión de una persona en menos de 20 minutos. ¿Cómo lo logran? Escucha esto:
Escuchar sin juicio.
En lugar de rebatir, muestran interés genuino por lo que la otra persona cree y por qué lo cree.Modelar vulnerabilidad.
Los voluntarios comparten experiencias personales, como errores pasados, para invitar a la otra persona a reflexionar sobre los suyos.Evitar la confrontación directa.
En lugar de bombardear con hechos, hacen preguntas. Preguntas como:
“¿Qué tipo de evidencia te haría reconsiderar tu posición?”
El impacto de estas conversaciones es notable. En un estudio reciente, una sola charla de sondeo profundo logró que 1 de cada 10 personas cambiara de opinión sobre derechos transgénero.
Quizá pienses: "Un 10% no es mucho".
Pero, en política, ese cambio puede decidir elecciones enteras.
Otra técnica fascinante es la epistemología de la calle, creada por Anthony Magna Bosco.
En este método, la clave es cuestionar cómo las personas saben lo que creen.
Por ejemplo, si alguien dice que "la Tierra es plana", Magna Bosco podría preguntar:
"¿Qué nivel de confianza tienes en esa creencia, del 0 al 100?"
"¿Y qué tipo de evidencia podría hacerte bajar ese nivel de confianza?"
No se trata de convencer. Se trata de sembrar la duda, de invitar a reflexionar.
Todos sabemos que cambiar de opinión no es fácil. Pero tampoco es imposible.
Ya sea que hablemos de teorías conspirativas, ideas políticas o prejuicios personales, el cambio ocurre cuando escuchamos, entendemos y conectamos.
Antes de intentar persuadir a alguien, pregúntate:
¿Por qué quiero que esta persona cambie de opinión?
Comparte tu intención con ella. Busca un terreno común.
Porque, al final, las mentes no cambian en debates, sino en conversaciones.
Y tú, ¿qué creencias estarías dispuesto a cuestionar?
Gracias por escuchar. Nos vemos en el próximo episodio.
Gracias por acompañarme en este nuevo experimento, ¡y te espero mañana en el Diario de Innovación de Innovation by Default 💡!