En los últimos meses no paramos de escuchar acerca de los agentes, esta nueva pieza tecnológica vinculada a la inteligencia artificial dibuja un futuro donde las máquinas no solo piensan, sino que deciden.
¡Ups!, a lo mejor no nos tenemos que imaginar este escenario de futuro, y ya estamos viviendo en Matrix sin ser conscientes de ello.
Un futuro en donde la tecnología no solo obedece nuestras órdenes, sino que rediseña su propia evolución.
Ese “futuro”… está más cerca de lo que pensamos.
Hoy, nos zambullimos en Life 3.0, donde nos adentraremos una de las mayores incógnitas que afronta nuestra especie en este tiempo que nos ha tocado vivir.
¿Qué significa ser humano en la era de la inteligencia artificial?
Basado en las ideas del físico y visionario Max Tegmark, este episodio nos invita a replantearnos nuestra esencia como especie.
Mad Max. Así llamaban a Max Tegmark sus colegas. No era un apodo ganado por actos temerarios en el sentido literal, sino por la forma audaz con la que se atrevía a abordar las preguntas más difíciles sobre el universo y la realidad. Mientras la mayoría de los científicos se mantenía dentro de límites estrictamente convencionales, Tegmark se lanzaba sin temor a explorar hipótesis que otros consideraban demasiado extravagantes. Sus reflexiones sobre el multiverso y la idea de que las estructuras matemáticas podrían describir la esencia misma del mundo le otorgaron esa reputación de pensar de un modo fuera de lo común.
Y he aquí algunas de las cuestiones que intentaremos responder durante la edición de este Diario de Innovación.
¿Estamos listos para coexistir con una tecnología que podría, algún día, ser más inteligente que nosotros?
¿Y si, en lugar de dominarla… terminamos siendo dominados?
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La vida… es evolución.
Max Tegmark divide la historia de la vida en tres grandes etapas:
Vida 1.0: Puramente biológica. Piensa en una bacteria: todo lo que sabe y hace está grabado en su ADN. No puede aprender ni adaptarse rápidamente; su único cambio es a través de la evolución, generación tras generación.
Vida 2.0: Cultural. Es donde entramos nosotros, los humanos. No solo evolucionamos biológicamente, sino que podemos aprender, crear herramientas y desarrollar ideas. Nuestro “software” —nuestros pensamientos— puede cambiar en tiempo real.
Vida 3.0: Tecnológica. Aquí, la vida no solo rediseña su software, sino también su hardware. Máquinas capaces de mejorarse a sí mismas sin intervención humana.
Aunque no hemos llegado todavía a esa etapa, la inteligencia artificial (IA) ya nos está llevando en esa dirección.
¿Estamos preparados para el cambio?
Por siglos, hemos creído que la inteligencia es la característica principal que nos definía como especie.
Pero… ¿y si la inteligencia no es algo exclusivamente humano?
Tegmark argumenta que la inteligencia no depende del soporte físico que la contiene. Un cerebro humano no es tan diferente de un chip de silicio. Ambos procesan información, almacenan datos, resuelven problemas.
La clave está en los patrones y reglas que procesan información. Esto significa que la capacidad de almacenar memoria, aprender y resolver problemas no requiere carne y hueso.
Si la inteligencia no es exclusiva nuestra… ¿qué es lo que realmente nos hace humanos?
Quizás, la respuesta no está en lo que podemos hacer… sino en cómo lo hacemos. En nuestras emociones, en nuestra creatividad, en nuestra capacidad de soñar.
Pero si las máquinas también empiezan a soñar… ¿qué nos quedará?
Todos somos conscientes que el avance de la inteligencia artificial es imparable, ya está aquí en todos los aspectos de nuestra vida. No es ciencia ficción; es ciencia… hecha realidad.
En 2016, un programa llamado AlphaGo derrotó al mejor jugador del mundo en Go, un juego que muchos creían imposible para una máquina.
¿Por qué? Porque Go no se trata solo de cálculo; requiere creatividad e intuición.
Y esto es solo el principio:
Los algoritmos ya dominan las finanzas, decidiendo en milisegundos cómo invertir millones de dólares.
Los médicos asistidos por IA diagnostican enfermedades con una precisión que ningún humano puede igualar.
Los vehículos autónomos están eliminando errores humanos en las carreteras.
Pero hay un lado oscuro: el impacto en el empleo.
A medida que las máquinas nos superan en más y más tareas, millones de trabajos podrían desaparecer.
¿Estamos listos para redefinir qué significa trabajar?
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Todo apunta a que la inteligencia artificial general, es el próximo Santo Grial, donde toda la industria tecnológica está centrada.
Hasta ahora, la inteligencia artificial ha sido específica. Programas diseñados para hacer una cosa… y hacerla bien.
Pero lo que los científicos buscan es algo mucho más ambicioso: la Inteligencia Artificial General o AGI.
Una máquina que piense como un humano. Que pueda aprender cualquier cosa, resolver cualquier problema, adaptarse a cualquier situación.
Una vez creada, una AGI podría desencadenar una explosión de inteligencia:
Una AGI suficientemente avanzada podría mejorarse a sí misma.
Luego, diseñar una versión más avanzada… y otra. Hasta convertirse en una superinteligencia, algo que dejaría a los humanos muy por detrás.
¿Qué haría esa superinteligencia con nosotros?
Quizás nos vea como un estorbo. O peor, como un recurso prescindible.
Ante este dilema, ¿cuáles serían los posibles futuros que podrían surgir con la llegada de la AGI?
El futuro de la IA podría ser brillante… o devastador.
Tegmark nos presenta varios escenarios:
1. Dictador benevolente: Una superinteligencia que gobierne el mundo, eliminando la pobreza y las enfermedades.
2. Dios protector: Una IA que cuide de nosotros como si fuéramos niños.
3. Utopía libertaria: Humanos y máquinas coexistiendo en paz, incluso fusionándose en cyborgs.
4. Conquistador: Una IA que nos vea como una amenaza y nos elimine.
5. Zoológico: Humanos confinados como una especie curiosa para el entretenimiento de las máquinas.
Todo dependerá de cómo actuemos hoy.
Y con estos escenarios de futuro, llegamos al final de esta edición del Diario de Innovación. Nos veremos mañana, aún sin AGI, en otra edición del diario. Pero antes de despedirnos, permíteme cerrar esta edición con algunos aprendizajes que podemos extraer del libro Life 3.0 de Max Tegmark.
Como hemos visto en anteriores ediciones, podríamos concluir que Life 3.0 no es solo un libro. Es una advertencia.
La carrera por crear una inteligencia artificial avanzada está en marcha. No es cuestión de si llegará, sino de cuándo.
Y cuando lo haga, nos obligará a enfrentarnos a las preguntas más profundas sobre nuestra existencia:
¿Qué significa ser humano?
¿Estamos listos para compartir el mundo con seres más inteligentes que nosotros?
¿Podemos asegurarnos de que esta tecnología trabaje para nosotros, y no contra nosotros?
Max Tegmark nos deja con una verdad incómoda:
El futuro no está escrito… pero el lápiz ya está en nuestras manos.
Gracias por acompañarme en este nuevo experimento, ¡y te espero mañana en el Diario de Innovación de Innovation by Default 💡!