Hoy vamos a contar una historia. Pero no cualquier historia… esta es una historia sobre la rebelión, sobre la ambición. Una historia de cómo un hombre cambió el curso del mundo moderno con una serie de insólitas decisiones.
Esta es la historia de Thomas J. Watson Jr., el hombre que transformó a IBM y, en el proceso, ayudó a construir el mundo digital en el que vivimos hoy.
Es la historia… del capitalista más grande de la historia, tal y como recogieron de Marc Wortman y Ralph W McElvenny en su libro: The Greatest Capitalist Who Ever Lived.
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Para entender a Thomas J. Watson Jr., primero debemos remontarnos a su padre, Thomas J. Watson Sr., un hombre que transformó IBM en un gigante mundial. Nacido en 1874, Watson Sr. comenzó su carrera en la National Cash Register Company (NCR), donde destacó como un líder visionario, pero también enfrentó controversias por prácticas comerciales agresivas. Fue en 1914 cuando tomó las riendas de Computing-Tabulating-Recording Company (CTR), rebautizándola como International Business Machines (IBM) en 1924.
Bajo su liderazgo, IBM perfeccionó las máquinas de tarjetas perforadas, esenciales para el procesamiento de datos en gobiernos y empresas. Su lema “THINK” promovió una cultura de innovación y optimismo que permitió a IBM prosperar incluso durante la Gran Depresión.
Mientras tanto, su hijo, Thomas Jr., vivía bajo la sombra imponente de este gigante. Creció rebelde, etiquetado como “Terrible Tommy”, un joven inquieto que detestaba la autoridad y a menudo chocaba con su padre. Aunque parecía destinado al fracaso, las semillas de su grandeza se sembraron en este período de conflicto y autodescubrimiento.
El cambio en la vida de Watson Jr. llegó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando sirvió como piloto en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Lejos de la sombra de su padre, encontró disciplina y confianza en sí mismo. Tras la guerra, fue convencido por un mentor militar para regresar a IBM. Aunque inicialmente despreciaba la empresa, comenzó a ver el potencial de liderar una transformación tecnológica.
Cuando Watson Sr. falleció en 1956, Thomas Jr. asumió el control de IBM. Enfrentó desafíos enormes: la empresa seguía aferrada a las tarjetas perforadas mientras la computación electrónica emergía como el futuro. Además, tuvo que desmantelar la rígida cultura jerárquica establecida por su padre y redefinir la estructura organizativa de la empresa. Para lograrlo, introdujo un organigrama formal, eliminó las fotografías de su padre de las oficinas y promovió una mentalidad más colaborativa e innovadora.
En 1964, lideró el desarrollo del IBM System/360, una apuesta monumental que costó 5 mil millones de dólares. Este sistema revolucionó la industria al ser la primera familia de computadoras completamente compatibles entre sí. Cambió para siempre la manera en que las empresas y los individuos interactúan con la tecnología.
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El año 1969 marcó un punto crucial para IBM y el legado de Watson Jr. Cuatro eventos importantes definieron este período:
1. Antimonopolio: En 1969, el gobierno de los Estados Unidos inició una demanda antimonopolio contra IBM, que se convertiría en una batalla de 13 años. Aunque finalmente fue desestimada en 1982, la demanda marcó un cambio en el panorama competitivo. Durante este tiempo, IBM vio cómo su participación en el mercado de mainframes pasó de un dominante 70 % a un 62 %, destacando los desafíos de mantenerse en la cima de una industria en constante evolución.
2. Separación y Desagregación: Ese mismo año, IBM introdujo una nueva política de marketing al cobrar por separado las actividades de ingeniería de sistemas, los programas de ordenador y los cursos de educación al cliente. Esta “desagregación” no solo cambió el modelo de negocio de IBM, sino que también dio lugar a la creación de una industria de software y servicios que generaría miles de millones de dólares.
3. Tarjetas con Banda Magnética: En 1969, el American National Standards Institute adoptó como estándar nacional la tecnología de banda magnética desarrollada por IBM. Dos años después, la Organización Internacional de Estandarización la convirtió en un estándar mundial. Esto impulsó la industria de tarjetas de crédito, revolucionando la manera en que el mundo realizaba transacciones financieras.
4. En el Primer Aterrizaje Lunar: IBM desempeñó un papel clave en el programa espacial de la NASA, contribuyendo con personal y computadoras que hicieron posible el primer aterrizaje del hombre en la Luna. Este logro no solo demostró el alcance de la tecnología de IBM, sino que también simbolizó el poder de la innovación en resolver los desafíos más grandes de la humanidad.
Una vida más allá de IBM, en 1971, tras sufrir un ataque al corazón, Watson Jr. dejó IBM. Su legado en la compañía, sin embargo, era innegable. Transformó a IBM de un gigante de tarjetas perforadas a un líder en la era de la computación moderna. En los años siguientes, continuó viviendo con espíritu aventurero, sirviendo como embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética y explorando el mundo como piloto y navegante.
Los Watson dejaron una huella indeleble en IBM y en el mundo. El primero, con su enfoque en la cultura corporativa y la resiliencia en tiempos de crisis, y el segundo, con su valentía para liderar una revolución tecnológica que cambió el curso de la historia. Juntos, representan cómo la innovación, la visión y la voluntad de asumir riesgos pueden transformar no solo empresas, sino el mundo entero.
La historia de Thomas Jr. nos enseña que incluso aquellos marcados por la adversidad pueden convertirse en agentes de cambio. Desde “Terrible Tommy” hasta el arquitecto del mundo digital, su vida es un testimonio de que los riesgos más grandes son los que nos acercan a los sueños más audaces.
El año 1969 encapsuló el espíritu de IBM bajo el liderazgo de Watson Jr.: enfrentar desafíos regulatorios, fomentar nuevas industrias, establecer estándares globales y contribuir a logros históricos como el aterrizaje lunar. Su historia nos inspira a asumir riesgos audaces y liderar con visión. Porque, al final, el progreso pertenece a quienes se atreven a soñar y actuar.
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