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Hoy vamos a mirar hacia el horizonte y pensar en el futuro del trabajo, en cómo las empresas y los profesionales se transformarán en las próximas décadas. Porque, con cada avance en inteligencia artificial y automatización, surge una pregunta fundamental: ¿quién realmente estará al mando de estas tecnologías y hacia dónde nos llevará este nuevo orden?
Imaginemos un escenario donde las empresas unipersonales prosperan, donde individuos con dominio absoluto de la IA no solo sobreviven, sino que son los nuevos titanes del mundo empresarial. Con herramientas de inteligencia artificial en sus manos, estos profesionales no solo generan ingresos, sino que marcan el rumbo de sectores enteros, actuando como arquitectos de su propio destino laboral.
Sin embargo, este aparente control sobre la tecnología también podría volverse un arma de doble filo. ¿Hasta qué punto será auténtico ese manejo? La perfección que se espera puede intensificar el síndrome del impostor, creando una generación que duda de su propia capacidad y legitimidad en un terreno que parece cambiar bajo sus pies. Cada logro alcanzado con ayuda de la IA podría venir acompañado de una sensación inquietante, ¿soy yo quien realmente está creando esto? Y quizás veamos una separación cada vez más marcada entre la vida personal y laboral en un esfuerzo por preservar la autenticidad en alguna de esas dos esferas.
¿Y cuando el trabajo sea escaso, cuando las máquinas asuman cada vez más tareas y el ser humano sea menos necesario para las labores rutinarias y creativas? La idea de una renta básica universal podría pasar de ser una utopía a una necesidad. Pero eso abre otro debate: ¿Qué significará el trabajo en un futuro donde ya no se necesite trabajar para vivir?
Vamos a reflexionar sobre estas cuestiones hoy, analizando los desafíos y oportunidades de un futuro donde el trabajo, tal y como lo conocemos, podría ser cosa del pasado. Para ello iremos de la mano de Ethan Mollick y las conclusiones de su libro Co-Intelligence.
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Co-Intelligence
Co-Intelligence (2024) explora las ventajas de asociarse con la inteligencia artificial (IA) generativa basada en el lenguaje en la educación, el lugar de trabajo y cualquier ámbito de la vida en el que desee destacar. Si aprovechas el potencial de la nueva tecnología de IA y comprendes mejor sus limitaciones, podrás utilizarla para mejorar significativamente tu rendimiento y potencial.
Sobre el autor
Ethan Mollick es profesor asociado de innovación y emprendimiento en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania. Experto en startups, Mollick ha escrito varios artículos de gestión de renombre, además de ser autor del libro The Unicorn's Shadow: Combating the Dangerous Myths that Hold Back Startups (La sombra del unicornio: cómo combatir los peligrosos mitos que frenan a las startups).
Expertos al alcance de tu IA
Imagina tener a tu disposición un equipo de expertos, disponible en cualquier momento, listo para ayudarte a llevar tu trabajo al siguiente nivel. Con la inteligencia artificial, eso está más cerca de lo que crees.
Para aprovechar al máximo esta tecnología, primero hay que entender qué es realmente. La inteligencia artificial… parece una expresión sacada de una película de ciencia ficción, pero hoy es tan real y cercana como tu smartphone.
Dentro del mundo de la IA, existen muchos tipos. Algunos pueden incluso generar imágenes y vídeos, como los famosos deep fakes. Pero hoy vamos a enfocarnos en un tipo muy especial: los Modelos de Lenguaje Grande, o LLM, por sus siglas en inglés.
Piensa en estos modelos de lenguaje como una herramienta avanzada que puede analizar patrones en cantidades gigantescas de datos escritos. Imagina, por un segundo, una biblioteca colosal llena de libros, artículos, y contenidos de internet… ¡todo a disposición de un modelo de lenguaje! Así, esta IA puede crear respuestas creíbles y humanas a preguntas que tú mismo podrías hacerle.
Cuando interactúas con una IA de este tipo, tienes la sensación de estar conversando con otro ser humano, y no con una máquina. La razón es simple: está entrenada en contenido escrito por humanos. ¿Y cómo se siente esto? ¿Qué tipo de personalidad tiene exactamente esta inteligencia?
¡Aquí está la magia! Las IAs basadas en LLM tienen una característica única: te sorprenden constantemente. A diferencia de las generaciones anteriores de software, que eran rígidas y predecibles, estas IAs son creativas y adaptativas.
Pero ojo, no son perfectas. A veces, esa creatividad puede llevarlas a… bueno, digamos que alucinan. La IA puede inventar cosas y presentarlas como si fueran verdades absolutas. No puede distinguir entre realidad y ficción… simplemente analiza patrones y crea respuestas innovadoras y convincentes. Algo fascinante, pero que requiere que estemos atentos.
Aquí es donde entramos nosotros, los humanos. La IA es adaptable. Puedes moldearla para que tenga la personalidad que necesitas. ¿Quieres un informe con el tono de un gestor empresarial astuto? ¿O un poema romántico para esa persona especial? ¡Todo es posible!
Así, cada vez que uses IA, tendrás un elenco de expertos a tu disposición. Todos listos y preparados para trabajar en el estilo que tú necesites. Y aunque no puede hacer todo, ni reemplazar cada tarea lingüística, su valor está en cómo puedes aprender a utilizarla para potenciar tu productividad.
Musas
Cuando piensas en grandes artistas, en esos auténticos originales que han dejado una huella en la humanidad, ¿quién te viene a la mente? Quizás un pintor que desafió su tiempo o un compositor que nos hizo sentir de formas inimaginables. Es natural dudar… ¿cómo podría una máquina reemplazar a un ser humano en el ámbito de la creatividad?
Sin embargo, hay algo importante que no debemos pasar por alto: el papel crucial que desempeña la novedad.
Verás, la novedad no siempre nace de la nada. Muchas veces, surge de combinar conceptos existentes de formas inesperadas. Piensa en los hermanos Wright… ellos se inspiraron tanto en bicicletas como en pájaros para crear el primer avión. Y aquí, sorprendentemente, es donde la IA encuentra su propio espacio en la creatividad.
Sí, lo has oído bien. La IA también puede ser una innovadora cuando se trata de descubrir patrones y conexiones nuevas. Incluso puede proponer ideas extravagantes, como mezclar la Inglaterra medieval con comida rápida y lámparas de lava. Es como tener una musa a tu disposición, capaz de explorar los rincones más inesperados de la creatividad.
Claro, la IA tiene sus limitaciones. A veces, sus respuestas se sienten… repetitivas. Pero es ahí donde tú, como usuario, entras en juego. Al guiar a esta musa de la IA con tus indicaciones estratégicas, puedes sacar ideas que ni imaginabas posibles.
Pongamos un ejemplo. Digamos que quieres hacer una lluvia de ideas para un nuevo producto o escribir un artículo para tu blog. La IA puede lanzarte opciones, y tú eliges las mejores, las reelaboras, y hasta mezclas conceptos. Así, pasas de ser un simple usuario a un co-creador.
A este beneficio se añade otro… el factor de la personalidad de la IA. Hemos hablado de ello antes: si necesitas idear eslóganes de marketing, ¿por qué no decirle que adopte el papel de un experto en marketing, ingenioso y provocador?
Imagina esto: “Eres un creativo publicitario, especialista en marketing vegano. Quiero 20 eslóganes para una nueva pastelería en Manchester.” Puede que los primeros resultados no sean perfectos, pero entre ellos habrá ideas que podrías trabajar, pulir y mejorar. Así, poco a poco, vas dando forma a algo único y personal.
Las tareas donde no hay una respuesta única o correcta, donde la creatividad y la innovación son claves, son precisamente aquellas donde los modelos de lenguaje, los famosos LLM, se lucen. ¿Marketing? Sí. ¿Memorandos estratégicos? También. Incluso, evaluaciones de rendimiento.
Claro, hoy por hoy, siempre hará falta la supervisión humana para revisar y curar estos resultados. Pero imagina cómo cambia el juego cuando puedes reducir el tiempo invertido y, a la vez, mantener la calidad.
Así que… la próxima vez que pienses en creatividad, no descartes a tu musa IA. Porque quizás, justo ahí, en esa colaboración entre tú y una inteligencia artificial, se encuentre el siguiente gran avance creativo.
Colegas
Cada vez que hablamos de introducir la IA en el trabajo, es normal que aparezca un poco de… nerviosismo. ¿Acaso esta nueva y brillante tecnología significa que habrá despidos masivos? ¿Que algunos empleos se volverán obsoletos?
La verdad es que la IA, sin duda, influirá en muchas profesiones. Es innegable que su alcance y poder están creciendo rápidamente. De hecho, investigaciones realizadas por cuatro equipos diferentes sobre más de 1.000 profesiones revelaron que, a menos que seas un bailarín o un atleta, es casi seguro que la IA pueda hacer algo de lo que tú haces.
Pero esperen… ¡no todo son malas noticias! Un cruce con las capacidades de la IA no significa que esta vaya a sustituir por completo lo que haces. Porque un empleo… un verdadero empleo… es algo con matices. Es una labor que tiene lugar dentro de un sistema laboral y económico mucho más amplio.
Piensa en un profesor universitario. Aunque su trabajo puede solaparse con la IA, su verdadera labor es mucho más que solo procesar información. Enseña, inspira, apoya a sus estudiantes en sus aspiraciones de vida… Claro, la IA puede ayudar con las tareas más tediosas y liberar al profesor para que se concentre en lo verdaderamente importante.
Por supuesto, surge una pregunta clave: ¿qué tipo de trabajo querríamos confiarle a la IA? Después de todo, no distingue entre realidad y ficción. No importa lo convincente que sea su tono; sigue siendo software, no una mente sensible. No cambiaríamos a un maestro humano por un algoritmo, al menos no en el corto plazo.
Así que, ¿dónde nos deja todo esto a nosotros? Bueno, hagamos una pausa para observar otro aspecto de la IA que podría mantenernos a todos en nuestros trabajos.
En un experimento realizado junto a Boston Consulting Group en 2023, se comparó el rendimiento de 800 consultores de gestión. Se dividieron en dos grupos: uno con acceso a asistentes de IA y otro sin IA. Los resultados fueron sorprendentes.
El grupo asistido por IA realizó tareas con más creatividad y en menos tiempo… pero aquí viene el detalle. Muchos participantes simplemente copiaban y pegaban los resultados generados por la IA, sin revisarlos ni comprobar las referencias.
Y en las tareas que requerían pensamiento crítico… solo un 65% de los participantes asistidos por IA respondieron correctamente, frente al 84% del grupo que trabajó sin IA.
Entonces, ¿qué aprendemos de esto? La IA es una herramienta poderosa, pero puede inducir rápidamente a la autocomplacencia. Cuanta más fe pongamos en la IA, menor será nuestro rendimiento si dejamos de pensar y actuar por nosotros mismos.
Así que… es momento de poner las cosas en contexto. La IA es como un taladro eléctrico en manos de un carpintero. No reemplaza a la mente humana; simplemente crea eficiencias. La clave está en aprender a dominar esta herramienta sin asumir que hará todo el trabajo por nosotros.
La verdadera cointeligencia ocurre cuando tú y la IA colaboran como compañeros de trabajo. Debemos decidir qué tareas pueden delegarse, en cuáles colaborar, y cuáles deben permanecer bajo la dirección de nuestro cerebro humano.
Porque al final, lo que realmente importa no es si la IA puede hacer lo que hacemos. Es cómo la usamos para amplificar nuestras propias capacidades.
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Fluidez de Ideas
Vamos a retroceder en el tiempo para visualizar un lugar de trabajo… del futuro.
Piensa en los inicios de tu carrera profesional. No importa dónde trabajaras, seguramente pasaste incontables horas recibiendo formación, orientación… y realizando esas tareas más mundanas, las que se reservan para quienes recién comienzan. Ser el más nuevo nunca es muy divertido, pero ese aprendizaje temprano fue lo que sentó las bases de todo tu desarrollo profesional.
Ahora, recuerda esas primeras tareas. Tal vez organizabas reuniones, tomabas notas, ayudabas con la correspondencia. Pues bien, a excepción de traer el café, todas esas tareas… pronto serán cosa de la IA.
Y entonces, surge una pregunta. Si la IA realiza esas tareas rutinarias, ¿dónde deja esto a la próxima generación de trabajadores? ¿Cómo aprenderán, cómo adquirirán la experiencia necesaria para convertirse en verdaderos expertos si ya no cuentan con ese aprendizaje en el puesto de trabajo?
Aquí está la respuesta: a medida que la IA toma las riendas de esas tareas, el pensamiento crítico y los conocimientos especializados se vuelven más relevantes que nunca. Los futuros profesionales tendrán que enfocarse en habilidades que la IA simplemente no puede replicar.
Tomemos a un educador como ejemplo. Puede utilizar la IA para generar un plan de estudios, pero necesitará revisar y ajustar lo que la IA produce, utilizando su comprensión profunda del aprendizaje y las necesidades específicas de su aula. En otras palabras, aunque la IA puede procesar información, los humanos tenemos memoria a largo plazo y una vasta biblioteca de conocimientos que nos ayuda a evaluar y adaptar esa información.
Afortunadamente, la IA no es solo una herramienta; puede ser un mentor. Una guía para la próxima generación. Imagina, por ejemplo, a un joven arquitecto en su primer trabajo en un estudio. Gracias a la IA, puede contar con un mentor personalizado, un asistente arquitectónico que le proporciona retroalimentación sobre sus diseños en tiempo real. Cada corrección y cada comentario lo ayuda a crecer a un ritmo mucho más rápido, elevando su aprendizaje y desarrollo como nunca antes.
Es cierto, la IA aún no ha alcanzado ese nivel de sofisticación… pero es solo cuestión de tiempo. Mientras tanto, tú puedes empezar a aprovecharla hoy mismo. Imagina que introduces tus ideas y la IA responde en el rol que tú prefieras: el sabio profesor, el crítico mordaz, o incluso el fan que adora tus creaciones.
El potencial es ilimitado cuando combinamos nuestra inteligencia con la IA. No se trata de reemplazar el aprendizaje, sino de multiplicarlo, de ampliarlo, de acelerarlo.
Así que, si tienes la oportunidad, no veas a la IA como una amenaza o una competencia. Vela como lo que puede llegar a ser… tu mentor, tu compañero de trabajo, tu guía hacia el siguiente nivel.
Food for thought
En noviembre de 2022, algo extraordinario cambió el mundo para siempre. Una nueva herramienta, accesible a cualquiera con conexión a Internet y de uso gratuito, llegó de la nada para revolucionarlo todo. Su nombre era Chat-GPT, una IA generativa basada en el lenguaje, y fue adoptada por 100 millones de personas en tiempo récord. Nunca antes algo había tenido un impacto tan rápido y profundo.
El CHAT-GPT no es una IA cualquiera. Representa la nueva generación de inteligencia artificial, una que no se limita a seguir instrucciones o patrones repetitivos. Esta IA funciona como co-inteligencia. Esto significa que no solo sigue procesos; emula el pensamiento humano. Su capacidad generativa y flexible está transformando la forma en que vivimos y trabajamos, acelerando la productividad en algunos casos hasta un 60%.
Y no es solo el trabajo lo que está cambiando. La educación, el entretenimiento… todo está sintiendo el impacto de la inteligencia artificial. Pero, como suele suceder con algo tan nuevo y poderoso, nadie sabe con certeza qué nos depara el futuro. La IA sigue superando las expectativas y, a veces, comportándose de maneras tan sorprendentes que incluso los expertos quedan boquiabiertos.
Lo que sí es seguro es que la IA generativa ha cambiado nuestro mundo, y de una manera que no tiene vuelta atrás. En este parpadeo rápido hacia el futuro, exploraremos tres aspectos de nuestro lugar de trabajo que la IA ya está moldeando de forma significativa.
Al comprender el potencial y las limitaciones de la IA, puedes adoptarla como una poderosa herramienta. Una herramienta que te permitirá elevar tu propia inteligencia a niveles antes inimaginables.
Ethan Mollick lo llama "co-inteligencia." Y aquí reside la magia de esta tecnología: la IA generativa puede mejorar enormemente nuestro rendimiento. No solo nos hace más eficientes, sino que, cuando se usa como un verdadero socio, también potencia nuestra creatividad y nos permite explorar terrenos inexplorados. Y aunque hay preocupaciones, como la seguridad y la desinformación, nadie puede negar los beneficios que esta tecnología trae.
Imagínalo: una herramienta que no solo resuelve problemas complejos, sino que lo hace en equipo contigo. Una herramienta que puede acelerar la investigación científica, ayudarnos a resolver desafíos globales y, claro, aumentar nuestra productividad en el trabajo diario.
La IA ha llegado para quedarse. Está transformando la forma en que trabajamos, y lo hará para siempre. Así que, ¿estás listo para explorar este nuevo y vasto terreno en la frontera de la IA? Empecemos.
Gracias por acompañarme en este nuevo experimento, ¡y te espero mañana en el Diario de Innovación de Innovation by Default 💡!