El mundo que nos espera después de la explosión de la inteligencia artificial (I)
Cómo los titanes tecnológicos y sus mentes pensantes podrían cambiar la humanidad
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La edición de esta semana vuelve a estar centrada en el fascinante mundo de la Inteligencia Artificial. Esta semana ha sido más corta de lo habitual debido a la festividad de la Virgen del Pilar, pero, como suele ocurrir, todo se ha concentrado en lugar de posponerse. No importa cuántos días festivos tengamos, las prisas son siempre las mismas. La IA tampoco toma descansos, su evolución es imparable y el alubión de noticias en cuanto a novedades, adquisiciones y acuerdos comerciales es imparable. Así que espero que como yo, no dejes de estar atento a este momento tan interesante de la industria.
Así que ajustémonos los cinturones porque, aunque la semana ha sido breve, está cargada de información, tendencias y novedades que no querrás perderte.
Si has visto "Matrix", "Terminator" o incluso episodios de "Black Mirror", probablemente habrás sido expuesto a algunas visiones un tanto oscuras del futuro que nos espera. Estas producciones de Hollywood a menudo exploran cómo la inteligencia artificial (IA) podría llevar a la caída de la humanidad.
En términos generales, la IA se centra en programas o sistemas informáticos que pueden realizar tareas similares a la inteligencia humana. Piensa en HAL 9000 de "2001: Una odisea del espacio" o incluso en los Autobots de "Transformers". En el mundo real, tenemos ejemplos como el reconocimiento de objetos, la comprensión del lenguaje natural y algoritmos que pueden vencerte en juegos de mesa como el ajedrez.
La IA no es solo ciencia ficción; también es un campo de investigación y desarrollo en auge. Y no son solo personajes de películas como Tony Stark en "Iron Man" quienes están interesados. Las "Big Nine" esas tecnológicas, como Google, Amazon y Apple, están liderando la batalla. ¿Quiénes son estos gigantes tecnológicos? ¿Qué buscan? ¿Por qué lo buscan? Y más importante aún, ¿hacia dónde están dirigiendo el desarrollo de la IA?
Esta semana trataré de responder estas y otras preguntas a lo largo del episodio, alguna vez te has planteado:
Cómo la IA ya ha superado la inteligencia humana en ciertas áreas, similar a cómo Skynet se volvió autónomo en "Terminator".
Las diversas perspectivas que están moldeando el campo de la IA, similar a las utopías y distopías que se muestran en series como "Westworld".
La probabilidad de que algunas de estas visiones cinematográficas del futuro realmente se materialicen.
Pero antes de comenzar, permíteme compartir contigo algunos de los contenidos que he publicado en LinkedIn esta semana: diferentes posts en los que he hablado sobre innovación y tecnología, y sí también IA, mucha IA, que podrían interesarte también:
𝕊𝕒𝕞 𝔸𝕝𝕥𝕞𝕒𝕟: 𝕐 𝕤𝕦 𝕒𝕡𝕦𝕖𝕤𝕥𝕒 𝕖𝕟 𝕝𝕒 𝕓ú𝕤𝕢𝕦𝕖𝕕𝕒 𝕕𝕖 𝕦𝕟 𝕟𝕦𝕖𝕧𝕠 𝕞𝕠𝕕𝕖𝕝𝕠 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕝𝕒 𝕙𝕦𝕞𝕒𝕟𝕚𝕕𝕒𝕕 🚀
¿𝕃𝕒 𝕓𝕦𝕣𝕓𝕦𝕛𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒𝕤 𝕚𝕟𝕗𝕣𝕒𝕖𝕤𝕥𝕣𝕦𝕔𝕥𝕦𝕣𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕀𝔸 𝔾𝕖𝕟𝕖𝕣𝕒𝕥𝕚𝕧𝕒 𝕖𝕤 𝕣𝕖𝕒𝕝?
ℂ𝕦𝕒𝕟𝕕𝕠 𝕝𝕒 𝕥𝕖𝕔𝕟𝕠𝕝𝕠𝕘í𝕒 𝕔𝕒𝕞𝕓𝕚ó 𝕖𝕝 𝕕𝕖𝕡𝕠𝕣𝕥𝕖: 𝕦𝕟 𝕟𝕦𝕖𝕧𝕠 𝕥𝕖𝕣𝕣𝕖𝕟𝕠 𝕕𝕖 𝕛𝕦𝕖𝕘𝕠
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Para profundizar en este tema, tomare como referencia el libro de Amy Webb, The Big Nine (2019). En el se ofrece una mirada aleccionadora al pasado, presente y futuro de la inteligencia artificial, como campo y como forma de tecnología. Tras relatar algunos de los avances más recientes y sorprendentes, Amy se centra en los factores clave y las personas que actualmente le dan forma, las direcciones en las que parece dirigirse y los preocupantes impactos que podría tener en el futuro de la humanidad. También nos sugiere algunas formas interesantes de evitarlas.
No te pierdas este interesante capítulo donce ahondaremos en algunas de las reflexiones más importantes de este momento tan especial que estamos viviendo en la industría TIC,…👇
Redes neuronales profundas, la revolución de la IA
Desde principios del siglo XXI, la IA ha progresado notablemente. La clave de este progreso ha sido el desarrollo de las redes neuronales profundas o DNN.
La mecánica exacta de su funcionamiento es bastante complicada, pero la idea básica que las sustenta es bastante sencilla. Similar al cerebro humano, una DNN está formada por miles de neuronas simuladas conectadas entre sí y organizadas en cientos de capas complejas. Al enviar y recibir señales entre sí, estas capas de neuronas son capaces de realizar lo que se denomina aprendizaje profundo. Esto significa que pueden aprender por sí solas a hacer cosas con poca o ninguna supervisión humana; no tienen que ser enseñadas por sus creadores humanos, como los programas informáticos de antaño.
Aprovechando la capacidad de aprendizaje profundo de las DNN, la IA fue capaz de derrotar a uno de sus adversarios más antiguos: el antiguo juego de mesa chino Go. Este juego de estrategia, que se juega con piedras blancas y negras en una cuadrícula abierta, es incluso más complejo que el ajedrez, a pesar de su apariencia sencilla. Por ejemplo, mientras que el ajedrez sólo tiene 20 movimientos de apertura posibles, el Go tiene 361. Y sólo en la segunda ronda de juego, el Go se convierte en un juego de estrategia. Y en la segunda ronda de juego, las posibilidades aumentan hasta 128.960.
Dada la complejidad del juego, un programa de Go de IA debe ser capaz de desarrollar un pensamiento estratégico muy creativo, reactivo y sobre la marcha para ganar una partida contra un oponente humano experto. Durante décadas, una victoria así fue uno de los principales puntos de referencia para medir el poder de la IA. Y desde la década de 1970 hasta principios de la de 2000, la IA no lo consiguió, perdiendo incluso contra principiantes y niños. El juego era demasiado complejo para ella.
Pero entonces llegó una start-up llamada DeepMind especializada en aprendizaje profundo y adquirida por Google en 2014. Ese mismo año, el equipo de DeepMind desplegó un programa basado en DNN llamado AlphaGo contra un jugador profesional de Go, Fan Hui. Le ganó cinco partidas a cero. A continuación participó en torneos en los que derrotó a todos los oponentes humanos con los que se topó, ¡incluido el actual campeón del mundo!
Pero, la victoria de AlphaGo no era más que un anticipo de lo que estaba por venir.
La IA y la inteligencia sobrehumana
Por notable que fuera en su momento, el éxito de AlphaGo en 2014 ya ha sido eclipsado por su sucesor, AlphaGo Zero, que debutó en 2017. Para entender la diferencia clave entre los dos programas, es necesario comprender un poco más las DNN que los impulsan.
Aunque una DNN es capaz de enseñarse a sí misma a hacer algo como jugar al Go sin instrucciones específicas de los humanos, sigue necesitando material de aprendizaje con el que trabajar. Para el AlphaGo original, eso significaba un conjunto de datos inicial de 100.000 partidas de Go jugadas previamente. A través de esta biblioteca, AlphaGo fue capaz de desarrollar un sentido del juicio sobre cómo jugar.
En cambio, AlphaGo Zero empezó desde cero, sin una biblioteca de partidas jugadas anteriormente. En su lugar, el programa empezó a jugar al Go contra sí mismo, sin conocer siquiera las reglas para colocar las piezas. Viendo lo que funcionaba y lo que no en cada partida, fue capaz de desarrollar su propio sentido del juicio, que pronto superó al de su predecesor. Tan solo 40 días después de su nacimiento electrónico, AlphaGo Zero fue capaz de vencer a la última versión del AlphaGo original en el 90% de sus partidas.
Pero lo que es aún más asombroso es que, en esos 40 días, AlphaGo Zero no sólo descubrió todas las estrategias que los maestros humanos del Go habían aprendido durante miles de años. También descubrió estrategias totalmente nuevas que nunca antes se habían visto. Liberada de la dependencia de la IA de un conjunto de datos generados por humanos, AlphaGo Zero fue capaz de sobrepasar los límites del conocimiento humano y pensar de formas novedosas y no humanas sobre el juego.
En cierto sentido, se puede decir que AlphaGo Zero ha alcanzado una inteligencia sobrehumana; ha desarrollado un tipo de pensamiento diferente y mejor que el nuestro. ¿Cuánto mejor? Bueno, el nivel de habilidad de un jugador de Go se puede medir con un número llamado clasificación Elo, que mide la probabilidad de que el jugador gane basándose en su rendimiento en el pasado. Los campeones del mundo suelen tener puntuaciones en torno a los 3.500 puntos. AlphaGo Zero dejó esa cifra por los suelos, ¡con una puntuación de más de 5.000!
Puede parecer impresionante, pero a menos que seas un jugador profesional de Go, probablemente no te preocupe demasiado. Aunque con la llegada del modelo Transformer, eso podría cambiar significativamente en los próximos años.
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La potencia de la IA aumentará exponencialmente
Vencer a campeones mundiales de Go puede ser una hazaña impresionante, pero también bastante limitada. Al fin y al cabo, esos mismos campeones no solo saben jugar al Go; también pueden atarse los zapatos, escribir cartas de amor, formular opiniones políticas y hacer innumerables cosas más que los humanos pueden hacer. En cambio, un programa como AlphaGo Zero hace una cosa muy, muy bien, pero solo una cosa: en este caso, jugar al Go.
Dada la estrechez del dominio en el que es inteligente, un programa de este tipo se denomina inteligencia artificial estrecha o ANI, por sus siglas en inglés. Las aplicaciones de la ANI ya nos rodean en la sociedad moderna: filtros de spam, transcriptores de voz, coches autoconducidos y asistentes virtuales como Siri de Apple y Alexa de Amazon, ambos basados en DNN.
Las empresas tecnológicas están produciendo sistemas y programas ANI tan rápido como pueden, aplicándolos a cada vez más ámbitos de la vida humana. Ya funcionan en nuestros teléfonos móviles, hospitales, laboratorios de investigación genética, procesadores de solicitudes de préstamos e incluso en las interfaces estéreo de muchos coches nuevos. Si esta tendencia continúa, acabarán integrándose en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
En cada uno de sus muchos ámbitos, los sistemas ANI se aproximan, igualan o incluso superan la inteligencia humana, pero sólo dentro de sus ámbitos. Sin embargo, los mismos principios básicos en los que se basan los programas ANI basados en DNN también pueden utilizarse para crear sistemas más generalizados que puedan abordar un abanico más amplio de tareas, como llevar a cabo investigaciones médicas o participar activamente en reuniones organizativas con una voz similar a la humana. Cuando se alcance este hito, la ANI será superada por la inteligencia artificial general o AGI. En este punto, la IA empezará a acercarse a la paridad con los humanos en términos de inteligencia general.
A partir de ahí, el cielo será el límite. Al igual que los programas ANI actuales, los sistemas AGI podrán mejorar continuamente a un ritmo vertiginoso. Esto les permitirá superar a la mente humana, no sólo por poco, sino por billones de veces su nivel de inteligencia. En ese momento, la IA habrá alcanzado la superinteligencia artificial o ASI.
Según Amy Webb, la AGI se desarrollará en algún momento de la década de 2040, mientras que la ASI llegará en 2070. Aunque, debido a los últimos avances que hemos visto, parece que estas fechas podrían estar más cerca de lo que, a priori, cabría esperar.
El futuro de la IA en manos de EE.UU. y China
A medida que evolucione, la IA acabará desarrollando una mente propia: la capacidad de pensar sobre el mundo de forma independiente de la intervención humana y con un funcionamiento claramente no humano. No podemos predecir con exactitud en qué se convertirá esa mente, pero sí sabemos a partir de qué evolucionará: los sistemas de IA que se están construyendo en la actualidad.
Eso significa que estamos viviendo un periodo crucial de la historia. Desde ahora hasta algún momento de las próximas dos décadas, nuestra investigación y desarrollo actuales de la IA darán forma a los contornos del paisaje sobre el que se construirá el futuro de la humanidad.
El autor estima que en la década de 2040 ya existirán sistemas de inteligencia artificial. A medida que empiecen a evolucionar hasta convertirse en ASI, alcanzarán un punto de no retorno: se desarrollarán fuera de nuestro control, demasiado poderosos para que podamos detenerlos o cambiarlos. Y como descubrirá más adelante, los resultados podrían ser devastadores para nuestra especie. Por tanto, ahora es el momento de actuar y, si no lo hacemos con cuidado, podríamos acabar cayendo por un precipicio.
¿Quién está al volante? Un grupo de gigantes corporativos y un par de gobiernos que se están convirtiendo en superpotencias rivales.
Esas corporaciones son las "nueve grandes" empresas tecnológicas, junto con sus diversos socios, inversores y filiales. Seis de ellas tienen su sede en Estados Unidos: Google, Microsoft, Amazon, Facebook, IBM y Apple. Tres de ellas tienen su sede en China: Baidu, Alibaba y Tencent. Los gobiernos en cuestión son los de estos dos países, junto con sus respectivos aliados.
Para simplificar, hablaremos de estas empresas y gobiernos que dirigen la IA en términos de que son estadounidenses o chinos, aunque a menudo operan en otros países aliados o proceden de ellos. La idea es que pertenecen a uno de los dos bandos internacionales dominados por Estados Unidos y China.
Como probablemente ya habrá oído en innumerables ocasiones, Estados Unidos es la única superpotencia mundial que queda del siglo XX, mientras que China es la superpotencia emergente del siglo XXI. Los dos países están económicamente entrelazados en muchos aspectos, con un considerable flujo de comercio e inversiones entre ellos, pero también son rivales políticos. Mientras Estados Unidos intenta mantener su dominio sobre el mundo, China intenta afirmar el suyo.
Al competir por el poder, estos dos países también están impulsando visiones muy diferentes de cómo debe gestionarse la sociedad.
En la próxima edición, veremos cuáles son estas visiones y cómo están guiando la investigación y el desarrollo de la IA.
Food for thought
La inteligencia artificial ha avanzado notablemente en los últimos años y está llamada a progresar aún más en un futuro próximo.
El desarrollo de redes neuronales profundas (DNN) ha impulsado significativamente la IA, permitiéndole aprender sin supervisión humana y resolver problemas complejos como el juego de Go, un hito históricamente difícil que fue superado por DeepMind de Google.
Hemos visto también que AlphaGo Zero, sucesor de AlphaGo, aprendió a jugar al Go desde cero y sin datos previos, superando a su predecesor y a también como no, a los humanos. Desarrolló estrategias inéditas y alcanzó una inteligencia sobrehumana, marcando un hito que podría transformar la IA con la llegada de modelos Transformer.
La IA actualmente se centra en dominios específicos (ANI), pero en el futuro, con el desarrollo de la inteligencia artificial general (AGI), se espera que su inteligencia se equipare a la humana en múltiples aspectos. Según previsiones, la AGI podría llegar incluso antes de lo estimado, allanando el camino hacia una superinteligencia artificial (ASI) que supere ampliamente la inteligencia humana.
En las próximas dos décadas, la IA evolucionará hacia una superinteligencia autónoma y potencialmente incontrolable. Esta crucial etapa de desarrollo está liderada por las grandes corporaciones tecnológicas y los gobiernos de EE. UU. y China, que son superpotencias rivales con visiones divergentes sobre los derechos y deberes de sus ciudadanos.