El sindicato de actores de Hollywood y una profecía sobre la IA
Una visión al futuro de la humanidad a través de la revolución del GenAI (II)
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Al habla Álex Fuenmayor (@adefuros), en una nueva edición. Esta semana tenemos una nueva edición centrada una vez más en la inteligencia artificial, y sigo revisando esa visión a largo plazo de lo que podemos esperar en los próximos años de una tecnología que parece haber llegado para ser parte de nuestra vida, incluso más que los propios teléfonos inteligentes.
La semana pasada comenzamos a repasar algunas de las distopías esbozadas por Kai-Fu Lee y Chen Qiufan en su libro “AI 2041”. Como ya adelantaba, parece que Black Mirror y sus futuros distópicos cada vez parecen menos distópicos y más próximos a nuestra realidad. De hecho, parece que los actores de Hollywood ya llevaban tiempo advirtiendo sobre la emergente IA Generativa, lo que desencadenó malestar e incertidumbre, y finalmente llevó al colapso de las negociaciones entre los sindicatos de actores y guionistas y la patronal del sector cinematográfico.
Este conflicto derivó en la huelga más larga en la historia del sindicato de actores SAG-AFTRA, que duró desde el 14 de julio hasta el 9 de noviembre de 2023, y finalizó con la ratificación de un nuevo contrato. Este conflicto laboral resultó en importantes pérdidas económicas para la industria, estimadas en 6.500 millones de dólares, y la pérdida de alrededor de 45,000 empleos en el sur de California. El acuerdo final incluyó aumentos salariales, bonificaciones por streaming y protecciones sobre el uso de inteligencia artificial en el cine. A pesar de la ratificación del contrato, que fue aprobado por el 78% de los votantes, hubo preocupaciones entre algunos actores sobre la eficacia de las protecciones de IA, temiendo que pudieran conducir a una reducción en la necesidad de actores humanos.
Las revindicaciones de los actores y guionistas de Hollywood con respecto a la inteligencia artificial (IA) durante la huelga de 2023 se centraron principalmente en dos aspectos: Protección de la imagen digital y el impacto económico de la IA en la industria. Los actores expresaron preocupaciones sobre cómo la IA podría ser utilizada para replicar sus imágenes y actuaciones sin compensación alguna, y cómo estas tecnologías podrían afectar las perspectivas laborales y económicas de los actores.
Si yo fuera un actor de Hollywood, estaría más preocupado por fenómenos como el de Aitana, la influencer sintética española, que por la reutilización de mi marca o estilo de actuación. Si yo fuese un productor de Hollywood, preferiría empezar desde cero y hacer todo con gemelos digitales, en lugar de preocuparme por revivir a actores analógicos.
Pero antes de seguir avanzando en el mundo distópico que nos espera, permíteme compartir contigo algunos de los contenidos que he publicado en LinkedIn esta semana: diferentes posts en los que he hablado sobre innovación, tecnología o cómo seguir aprendiendo para ser un mejor profesional:
¿𝔼𝕤 𝕄𝕖𝕥𝕒 𝕖𝕝 "𝕋𝕒𝕡𝕒𝕕𝕠" 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕀𝔸 𝔾𝕖𝕟𝕖𝕣𝕒𝕥𝕚𝕧𝕒 𝕢𝕦𝕖 𝕡𝕠𝕕𝕣í𝕒 𝕕𝕖𝕤𝕒𝕗𝕚𝕒𝕣 𝕒 𝕄𝕚𝕔𝕣𝕠𝕤𝕠𝕗𝕥?
𝟜 𝕙á𝕓𝕚𝕥𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒𝕤 𝕡𝕖𝕣𝕤𝕠𝕟𝕒𝕤 𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕚𝕖𝕞𝕡𝕣𝕖 𝕖𝕤𝕥á𝕟 𝕒𝕡𝕣𝕖𝕟𝕕𝕚𝕖𝕟𝕕𝕠 𝕟𝕦𝕖𝕧𝕒𝕤 𝕙𝕒𝕓𝕚𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤
ℙ𝕖𝕥𝕖𝕣 𝕋𝕙𝕚𝕖𝕝 𝕪 𝕖𝕝 𝔸𝕣𝕥𝕖 𝕕𝕖 𝕝𝕒 ℂ𝕠𝕠𝕣𝕕𝕚𝕟𝕒𝕔𝕚ó𝕟 ℂ𝕠𝕞𝕡𝕝𝕖𝕛𝕒: 𝕌𝕟𝕒 𝕟𝕦𝕖𝕧𝕒 𝕔𝕒𝕥𝕖𝕘𝕠𝕣í𝕒 𝕕𝕖 𝕤𝕥𝕒𝕣𝕥-𝕦𝕡
𝔸𝕡𝕡𝕝𝕖 𝕤𝕖 𝕤𝕦𝕞𝕒 𝕒 𝕝𝕒 𝕔𝕒𝕣𝕣𝕖𝕣𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕀𝕟𝕥𝕖𝕝𝕚𝕘𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒 𝔸𝕣𝕥𝕚𝕗𝕚𝕔𝕚𝕒𝕝 𝔾𝕖𝕟𝕖𝕣𝕒𝕥𝕚𝕧𝕒 🍏
ℝ𝕖𝕖𝕤𝕔𝕣𝕚𝕓𝕚𝕖𝕟𝕕𝕠 𝕖𝕝 𝕔ó𝕕𝕚𝕘𝕠 𝕕𝕖𝕝 𝕗𝕦𝕥𝕦𝕣𝕠: 𝕃𝕒 𝕣𝕖𝕧𝕠𝕝𝕦𝕔𝕚ó𝕟 𝕕𝕖𝕝 𝕤𝕠𝕗𝕥𝕨𝕒𝕣𝕖 𝕪 𝕝𝕒 𝕀𝔸
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Atención sanitaria asitida por IA
La primera de las historias de esta semana tiene que ver con Chen Nan, parte de la llamada generación COVID, que creció dos décadas después de la famosa pandemia. Nadie ha sido capaz de olvidarla, ni siquiera en 2041.
La COVID regresa cada año como una gripe estacional, y todo el mundo tiene que usar una membrana biosensor en sus muñecas que transmite sus datos fisiológicos en tiempo real. En el caso de Chen Nan, hay un recuerdo traumático de sus abuelos muriendo en el primer brote, y ella ha cronificado su miedo a infectarse, por lo que ya nunca sale de su apartamento.
Todo lo que necesita Chen Nan es desinfectado y llevado a su puerta por bots de entrega. Los bots domésticos le ayudan a mantener las cosas limpias y trabaja en línea. Así que no hay razón para que ella se vaya, excepto que está completamente aislada. ¿Cómo puede formar relaciones, o enamorarse, mientras está atrapada en su interior?
La historia de Chen Nan es una mirada especulativa a lo que podrían haber sido los efectos a largo plazo de la COVID en la vida de las personas. Pero una cosa está clara: los desarrollos en IA serán fundamentales tanto en el tratamiento del virus como en permitir que las personas adapten su comportamiento para evitar contraerlo.
Dejando a un lado la ficción, la realidad nos enseñó que la tecnología no es la solución para todo. ¿Cuántos se acuerdan de radar COVID y su polémica utilidad, por no hablar del coste y la herramienta política que se convirtió en España?
Pero quién sabe, quizás en el futuro esta categoría de aplicaciones será más prevalente. El auge del cuidado personal es una realidad en 2023, pero seguro que ahora y en el futuro habrá que seguir lidiando con esas amargas peleas por la privacidad frente a la seguridad.
El COVID y su famoso pasaporte nos trajeron fórmulas para demostrar nuestro estado de vacunación a través de un código QR en una aplicación. En el futuro, tal vez necesiten usar membranas de biosensor, como las mencionadas en el libro, que transmiten datos fisiológicos, miden nuestro nivel de anticuerpos en tiempo real y son capaces de mostrar hasta cuándo podemos estar sin volvernos a vacunar.
Creo que la digitalización del sector salud es imparable. A medida que los registros de salud se digitalizan, los médicos confiarán cada vez más en ellos al diagnosticar y tratar enfermedades. La IA nos ha mostrado cómo, junto con tecnologías como CRISPR, el desarrollo de vacunas y nuevos medicamentos podría trasladarse al terreno de la informática mediante comandos Ctrl+C y Ctrl+V, al más puro estilo de edición de un código de programación informática.
La realidad irreal
¿Cuándo entraremos en Matrix? ¿Llegaremos a ser conscientes de estar allí, o realmente ya estamos pero no somos conscientes? Esta misma pregunta se la ha estado haciendo la humanidad durante siglos, desde las primeras corrientes filosóficas hasta nuestros días.
El punto en estos momentos es que tecnológicamente estamos empezando a abrazar ese momento donde la realidad mixta, híbrida y aumentada borrará la línea entre el mundo real y el virtual. Esta es una de las alternativas que se pueden presentar para nuestra civilización en los próximos años, así que continuemos ahondando en ella, a través de la mirada de Kai-Fu Lee y Chen Qiufan.
La sesión tuvo lugar en una habitación oscura con velas parpadeantes y pétalos de rosa sobre la mesa. Aiko se sintió emocionada y asustada. Una anciana, la médium, comenzó la ceremonia. De repente, la mesa empezó a temblar violentamente, y la voz de la mujer se transformó en la de un joven. Aiko sabía que era Hiroshi - su ídolo estrella de rock que había muerto en circunstancias misteriosas.
Aiko estaba participando en un juego de XR o "realidad extendida", que le permitió sentir que realmente estaba hablando con el hombre que tanto admiraba. De hecho, sus gafas XR le permitieron ver su fantasma, que parecía una aparición cuando menos lo esperaba. Y la línea de la trama estaba perfectamente adaptada a sus intereses, deseos y temores. El extenso cuestionario que había llenado en su teléfono inteligente se aseguró de eso.
El juego que Aiko jugó fue tan inmersivo porque no solo contenía elementos de realidad virtual, sino que Hiroshi también se le apareció en ambientes familiares. Esta es la realidad mixta, el más reciente desarrollo de XR. Todavía se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, pero será mucho más prominente en los próximos veinte años, borrando la línea entre la ficción y la realidad.
La miniaturización de los dispositivos nos hace pensar que tecnologías como las lentes de contacto de realidad aumentada o los auriculares invisibles incorporados harán que su uso se sienta mucho más natural y sin fisuras. Además, los guantes y los trajes hápticos permitirán a los jugadores sentir sensaciones de calor o frío e incluso simular el tacto.
Todo eso, a menos que Elon Musk y su apuesta con Neuralink nos conviertan a todos en Morfeo y Neo, a través de un cable USB. La realidad aumentada tiene el potencial de contribuir mucho a la forma en que jugamos, aprendemos y trabajamos, pero también puede ser un arma de doble filo.
Llevar estos dispositivos todo el día también hará que un tercero pueda acceder a todos nuestros datos y recopilar detalles íntimos sobre nuestras vidas personales, incluyendo las de aquellos que nos rodean aunque no hagan uso de los mismos. No quiero ni plantearme la batalla por la gestión y regulación de la privacidad allá por 2041.
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La conducción autónoma aún está por llegar
Hace ya casi diez años que Tesla anunciaba la llegada inminente de la conducción autónoma. Debe ser difícil de conseguir, ya que muchos de los que pagaron por ese paquete de software siguen resignados esperando por esa promesa. Lo cierto es que los coches autónomos podrían revolucionar nuestros sistemas de transporte, pero conseguir la tecnología adecuada no está siendo nada fácil.
Parece que los avances en Inteligencia Artificial de los últimos años, como el modelo de Transformers, podrían ayudar a Dojo, el superordenador diseñado por Tesla, a entrenar su IA especializada en la conducción autónoma. Esto se basaría en todas las grabaciones de los Teslas que ya hay en el mercado. Aprender de situaciones reales hará que el juego de datos con el que entrenar al modelo mejore de forma significativa.
La cantidad de casos donde la conducción autónoma sea un factor diferencial, o incluso pueda llegar a salvar vidas, es probablemente muy larga. Esto incluye desde conducir por carreteras donde no haya luz, hasta evitar que alguien se estrelle con su vehículo después de sufrir un infarto, a evitar más de un millón de fallecidos al año en accidentes de tráfico.
El sueño de crear autos completamente autónomos ha obsesionado a los ingenieros durante décadas. Conducir es una operación extremadamente compleja. Imagina que estás subiendo a tu coche, preparándote para ir a alguna parte. Los humanos estamos acostumbrados a usar la perfecta máquina de ingeniería que es nuestro cuerpo, el cerebro y la conexión con todos sus sentidos; llevamos años de aprendizaje y enlaces, transferidos en nuestro código genético. Trasladar todo ese conocimiento a una máquina nos resulta más complicado.
Estas habilidades son increíblemente difíciles de emular incluso para el ordenador más sofisticado. Hay muchas variables cuando estás conduciendo: tal vez el clima es malo, o hay obras de carreteras, o un perro corre a la calle. El reto de ingeniería en estos momentos es: ¿cómo equipar a un robot para hacer frente a todas estas eventualidades?
A diferencia de otros experimentos de IA, este tiene demasiado en juego, como diría Taleb. Si Facebook se equivoca en su algoritmo, es posible que veas un anuncio inapropiado, pero si un coche autónomo tiene un bug en su software, alguien podría morir.
Food for thought
Como hemos visto en esta edición, al igual que en la anterior, los avances en inteligencia artificial (IA) y su estado del arte actual no han permitido resolver todos los retos de ingeniería a los que nos enfrentamos como civilización.
Sin embargo, lo que sí hemos presenciado en los últimos años es cómo esta tecnología nos está ayudando a romper barreras e hitos nunca antes imaginados, ni siquiera al principio de este siglo. Ejemplos notables incluyen el desarrollo acelerado de la vacuna contra el COVID-19, la creación y sintetización de imágenes y texto gracias al modelo Transformer, y la evolución supersónica que está sucediendo en este campo. Estos son logros que no podíamos imaginar ni en nuestras mejores predicciones.
Por lo tanto, espero que, como yo, seas capaz de ver el lado positivo de todos estos avances. Pero también es importante entender que velocidad y veracidad no siempre van de la mano. Así que te invito a leer y reflexionar dos veces antes de creer que lo que tienes frente a tus ojos es real, para evitar el riesgo de que te den gato por liebre. Si eres de Madrid y tus abuelos vivieron la Guerra Civil, seguramente entiendas a qué me refiero con esto.