Mira.
Durante meses hemos hablado de copilotos. Herramientas que nos asisten, completan frases, preparan resúmenes o responden preguntas.
Pero esa idea ya se está quedando atrás.
Hoy el futuro empresarial no gira solo en torno a herramientas que nos ayudan, sino a agentes que deciden. Bienvenidos a la era del autopiloto, donde la IA no solo sugiere qué hacer: lo ejecuta.
El MIT ha publicado recientemente un modelo de madurez de las empresas entorno al uso de la IA. Es un mapa de cuatro etapas, desde quienes apenas experimentan hasta las que ya operan con IA propietaria, vendiendo sus capacidades como servicio.
¿La clave? No es la tecnología. Es la cultura, la organización, la visión estratégica.
Y es ahí donde entra en juego lo que el mercado a dado en denominar como “Agentic AI”: agentes que no necesitan supervisión, que recuerdan, aprenden, planean y actúan. Algunos, incluso, colaboran entre sí.
¿Dónde está tu empresa en este camino?
Etapa 1: Experimentación. Un 28% de las compañías aún está aquí. Ensayando. Hablando de ética. Buscando casos de uso. Sembrando sin modelo claro.
Etapa 2: Pilotos y capacidades. Aquí están un 34% de las organizaciones. Prueban casos reales. Forman al equipo. Aprenden a moverse del mando y control al comunicar y entrenar.
Etapa 3: Industrialización. Un 31% ha cruzado la frontera. Automatizan procesos, entrenan modelos propios, construyen arquitecturas escalables.
Etapa 4: Futuro listo. Solo un 7%. Han interiorizado la IA. No como accesorio, sino como núcleo operativo. Venden lo que antes solo usaban.
Pero una advertencia: más autonomía no es menos responsabilidad.
Según el Financial Times, hoy los agentes (de IA, claro está) se usan sobre todo para tareas internas: atención al cliente, operaciones, marketing. En muchas funciones ya ahorran entre un 30 y un 90% del tiempo.
Y aún así, la mayoría de estas implementaciones están supervisadas por humanos. Porque —como recuerda Cassie Kozyrkov, ex chief decision scientist de Google— “la IA comete errores”. Cuanto más tareas la delegamos, más riesgos asumimos si no diseñamos con cabeza.
No se trata de sustituir humanos. Se trata de repensar procesos.
El cambio no lo liderarán los mejores programadores. Lo liderarán las empresas que entiendan cómo rediseñar sus operaciones con la IA en el centro, no en los márgenes.
Empresas que apuesten por herramientas nativas en IA. Que entiendan cuándo hace falta un agente de nivel 1 que registre reuniones, y cuándo uno de nivel 3 que sugiera una estrategia completa.
La IA agentica no viene a por un departamento. Viene a por todos. Y si no la usas tú, lo hará tu competencia.
¿El riesgo? Quedarte en la fase de copiloto.
¿La oportunidad? Diseñar desde ya procesos que se ejecuten solos.
Y que además aprendan en el camino.
Que nunca te falten ideas, ni ganas de probarlas.
A.
PD 1 – Puedes leer el informe completo del MIT sobre el modelo de madurez en IA aquí.
PD 2 – El artículo del Financial Times es una joya para entender los matices de esta nueva era de agentes autónomos. Si tienes acceso, léelo aquí. (Hace unos días era gratis).
PD 3 – Si estás pensando en experimentar tú mismo con un asistente IA para tareas del día a día, esta tableta con stylus y reconocimiento de escritura puede ser el complemento perfecto para combinar notas a mano con resúmenes automáticos.
Gracias por acompañarme en un nuevo Diario de Innovación, ¡y te espero mañana en Innovation by Default 💡!