Siempre me ha fascinado la ciencia, aunque, si soy sincero, no todas las ramas me conquistaron de la misma manera. Las matemáticas y la física, con su precisión y lógica casi implacables, encajaban perfectamente con mi forma de pensar. Pero también había quienes se sentían más atraídos por el dinamismo de la biología o el misterio de la química. Y luego estaban aquellos que veían la ciencia desde una perspectiva más abstracta, quizá a través del lenguaje o la filosofía, en busca de respuestas igualmente esenciales.
Al final, todas estas disciplinas, sean más o menos complejas o abstractas, comparten algo fundamental: son nuestra aproximación humana para entender mejor el mundo que nos rodea.
Las ciencias en general, son herramientas que hemos desarrollado para observar, interpretar y construir un consenso sobre la realidad que compartimos. Cada enfoque, cada mirada científica o humanista, es una pieza más en el rompecabezas del conocimiento humano.
Hoy quiero hablar de una de esas herramientas. Una que, cuando la conocí en mi adolescencia, no me parecía más que un cuadro aburrido lleno de símbolos y números. Sin embargo, con el paso del tiempo, he aprendido a verla bajo una luz completamente diferente: como una obra de arte científica en constante evolución.
Hoy me gustaría profundizar en tabla periódica. Esa estructura que, aunque parezca estática, está viva, creciendo y adaptándose a nuestra comprensión del mundo. Hoy, nuestra visión del universo y de los elementos que lo componen es muy diferente a la que tenían los científicos hace un siglo… o incluso hace unas pocas décadas.
Pero aquí está lo más fascinante: la tabla periódica no es solo un compendio de elementos químicos. Es un espejo de nuestra historia, nuestra cultura y nuestra humanidad. Desde el oro, que simbolizó la riqueza y el poder de imperios, hasta el uranio, que transformó para siempre la geopolítica global, los elementos son mucho más que átomos organizados.
En este episodio, quiero invitarte a un viaje único. Hoy vamos a entender los hitos científicos que dieron forma a la tabla periódica, sino también las historias, los símbolos y los significados que cada elemento ha representado a lo largo del tiempo. Entraremos en el fascinante universo donde la química se cruza con la cultura, para ello tomaré prestadas alguna de las ideas recogidas en el libro “Periodic Tales” de Hugh Aldersey-Williams.
Prepárate, porque detrás de esa tabla que un día memorizaste para un examen en la EGB o en la ESO, hay un mundo de descubrimientos, rivalidades, simbolismos y belleza. Un mundo que está esperando a ser contado.
Si buscas una banda sonora para acompañar esta newsletter, hoy te traigo a uno de las revelaciones que me trajo el año 1995, Smashing Pumpkins, una súper recomendación si te gusta el rock alternativo de los años 90.
Si tienes tiempo, te sugiero escuchar el álbum completo de principio a fin para apreciar plenamente su alcance y visión artística. Sin embargo, si prefieres una introducción más breve, podrías comenzar con el primer disco “Dawn to Dusk” y luego explorar las canciones más populares del segundo disco.
Suscríbete para leer esta y otras muchas historias sobre innovación, tecnología y negocios.
Todo comenzó en 1789, cuando Antoine Lavoisier clasificó los elementos conocidos en gases, metales, no metales y tierras. Aunque rudimentaria, esta lista marcó el primer intento serio de dar orden al caos químico.
Décadas después, Johann Wolfgang Döbereiner observó un patrón intrigante: ciertos grupos de tres elementos, como cloro, bromo e yodo, compartían propiedades químicas similares. Estas “tríadas” fueron un pequeño paso, pero sentaron las bases para identificar patrones ocultos en la naturaleza.
Sigamos avanzando en la historia. Años más tarde, en 1862, el geólogo francés A.E. Beguyer de Chancourtois llevó estos patrones a una representación visual. Creó una espiral, conocida como la hélice telúrica, donde los elementos ordenados por peso atómico revelaban periodicidad en sus propiedades.
Aunque su modelo fue ignorado en su momento, estableció las bases para algo mayor, y es que: los elementos están interconectados y forman un sistema mayor.
Y así llegamos al momento culmen de esta historia, en 1869, el químico ruso Dmitri Mendeléyev revolucionó la química al organizar los 63 elementos conocidos en una tabla. Lo extraordinario de su trabajo no fue solo el orden, sino su capacidad de predecir la existencia y propiedades de elementos aún no descubiertos.
Mendeléyev dejó espacios vacíos en su tabla, confiando en que la naturaleza los llenaría. Por ejemplo, describió con precisión el “eka-silicio”, que décadas después se identificaría como germanio. Su trabajo demostró que la tabla no era solo un registro, sino una herramienta predictiva y dinámica.
Aunque brillante, la tabla de Mendeléyev tenía inconsistencias. Fue Henry Moseley, en 1913, quien resolvió el misterio al proponer que los elementos debían organizarse según su número atómico, no por su peso. Este ajuste no sólo corrigió errores, sino que cimentó la base de la tabla moderna.
Si te gusta lo que estas leyendo, no olvides que también tienes disponible el podcast de Innovation by Default 💡. Suscríbete aquí 👇
Pero la tabla periódica va más allá de la química, los elementos que forman parte de la misma se han establecido como símbolos de nuestra cultura.
Y es que cada elemento tiene una historia más allá de su fórmula.
Comencemos con el oro: símbolo eterno de riqueza y poder. Desde los faraones hasta los conquistadores, el oro ha sido venerado por su rareza y resistencia a la corrosión. Fue considerado un regalo de los dioses en Egipto y el motor de las conquistas españolas en América. A día de hoy, su valor permanece intacto, no solo en joyería, sino también como materia prima de tecnología avanzada.
El plomo pasó de ser un herramienta práctica a símbolo oscuro durante muchas civilizaciones. Utilizado en tuberías romanas y pinturas, el plomo simbolizaba durabilidad. Sin embargo, su toxicidad lo convirtió en un emblema de decadencia y peligro. Inclusive, se cree que su uso desmedido tuvo muchas consecuencias en los ciudadanos de Roma, hay teorías que inclusive sustentan un efecto negativo en el desarrollo cognitivo durante el imperio romano.
Inclusive algunos elementos, como uranio o polonio, llevan asociadas historias de orgullo nacional. Uranio refleja la fascinación ilustrada por el cosmos, mientras que polonio es un tributo de Marie Curie a su Polonia natal.
A lo largo de la historia los elementos de la tabla periódica han sido símbolo de poder y progreso. Y es que estos elementos no solo han moldeado la química, sino también la historia.
Durante la revolución industrial, el hierro y el acero fueron los pilares del progreso, permitiendo la construcción de ferrocarriles, puentes y maquinaria. El carbono, en forma de carbón, alimentó fábricas y transformó economías agrícolas en potencias industriales.
Décadas más tardes en la era nuclear, el uranio y plutonio se convirtieron en fuerzas duales de energía y destrucción, moldeando la política global del siglo XX. Su descubrimiento llevó al desarrollo de la energía nuclear y las armas atómicas.
En ese mismo periodo, descubrimos como otro elemento como es el silicio, transformaría nuestras vidas gracias a la invención del transistor. Y hoy en día, elementos como el neodimio y el litio son esenciales para los smartphones o las baterías de los coches eléctricos, recordándonos que la tabla periódica sigue evolucionando con nosotros.
Food for thought
La tabla periódica no es solo una herramienta científica. Es una representación de nuestra curiosidad, creatividad y persistencia. Cada elemento cuenta una historia: de descubrimientos accidentales, rivalidades científicas y conexiones culturales.
Desde el oro que impulsa economías hasta los elementos sintéticos que existen por milisegundos, la tabla periódica nos recuerda que la química no está aislada. Es un reflejo de quienes somos y de lo que soñamos.
Y lo más emocionante es que esta historia sigue escribiéndose. Con cada nuevo elemento descubierto, con cada aplicación revolucionaria, nos acercamos un poco más a comprender un poco mejor los misterios del universo.
Cajón desastre
📺 Un video
El video de hoy nos invita a explorar un tema fascinante y, al mismo tiempo, inquietante. ¿Qué sucede cuando desarrollamos tecnologías tan avanzadas que empezamos a perder el control sobre sus límites? ¿Qué “monstruos” podrían esconderse en los modelos de lenguaje que usamos todos los días?
En una charla titulada “There Are Monsters in Your LLM”, Murray Shanahan, profesor de Robótica Cognitiva en el Imperial College London e investigador en DeepMind, nos invita a reflexionar sobre el impacto de los modelos de lenguaje de gran escala, o LLMs, en nuestras vidas.
Shanahan nos alerta sobre los riesgos éticos, sociales y técnicos que enfrentamos al usar estas herramientas. A continuación te dejo alguno de los puntos más interesantes:
Limitaciones actuales de los LLMs: Aunque los modelos como GPT o similares parecen increíblemente inteligentes, no comprenden realmente el mundo que describen. Funcionan basándose en correlaciones estadísticas, por lo que carecen de comprensión real: no tienen conciencia ni intención detrás de lo que dicen.
Los “monstruos” en los modelos de lenguaje, esta metáfora sobre los riesgos, sesgos y errores inesperados que pueden surgir al usar estas tecnologías.
La importancia de comprender cómo funcionan los LLMs: Si no sabemos cómo procesan información o generan resultados, ¿cómo podemos confiar en ellos?
Por último, la tecnología no es suficiente. El avance tecnológico debe ir de la mano con una reflexión ética profunda. Garantizando que la tecnología se usa para el beneficio común, evitando daños sociales o culturales. Animando a la comunidad científica a colaborar para establecer límites claros y crear directrices que aseguren el uso seguro y justo de los LLMs.
🔧 Una herramienta
En los últimos años, no hay un mantra empresarial más repetido que este: La IA generativa va a cambiar el mundo que conocemos.
Ahora, imagina tener acceso a superpoderes tecnológicos que te permitan crear proyectos complejos desde cero, con mínima intervención manual y máxima eficiencia. Ya hablé en esta misma sección de otra herramientas como Magnific.ai, que ejemplifican este cambio revolucionario.
Hoy, quiero presentarte una herramienta que lleva este concepto un paso más allá: Cursor AI. Pero, ¿qué hace especial a Cursor AI?
Creo que herramientas como esta, basadas en IA generativa, están transformando la manera en que trabajamos. Para muestra un botón, hoy te traigo un ejemplo real: la web de buenas noticias de Kiko Llaneras.
Usando la potencia de Cursor AI, Kiko logró construir una web completa sin escribir una sola línea de código. Todo comenzó con un artículo y un par de instrucciones. Lo demás lo hizo la inteligencia artificial.
Aquí tienes lo que compartió Kiko en su publicación de LinkedIn:
“La web de buenas noticias 2025, programada 100% por una inteligencia artificial. No he escrito ni una línea. El agente de Cursor AI ha creado la web desde CERO a partir de mi artículo, mis instrucciones y feedback. Diseña, depura, instala, elige tecnologías, etc. ¡Y funciona!”
Y tú, ¿te animas a probarlo? Y es que creo que el futuro de la programación no se trata de aprender a codificar, sino de saber cómo colaborar con la inteligencia artificial para hacer realidad tus proyectos. 🚀
📢 Una newsletter
¿Alguna vez te has sentido abrumado por la cantidad de noticias que recibes cada día? Es como si todas las mañanas nos pasase por encima un tsunami de información difícil de procesar, ¿verdad? Por eso hoy quiero recomendarte un oasis de paz en medio de este caos informativo: Kloshletter, la newsletter diaria de Charo Marcos.
Fundada en 2017, esta fue la primera newsletter independiente de información
¿Qué hace a Kloshletter tan especial? Primero, su contenido: un resumen claro y conciso de las noticias más relevantes del día. Desde temas nacionales hasta internacionales, pasando por curiosidades y reflexiones que realmente aportan valor. Todo llega a tu bandeja de entrada de lunes a viernes a las 7:00 AM, perfecto para empezar el día informado, sin abrumarte.
Pero aquí viene la magia: no hay algoritmos detrás de Kloshletter. Charo se sienta cada día y revisa más de 30 medios de comunicación para seleccionar cuidadosamente lo que realmente importa. Es un trabajo artesanal en el mejor sentido de la palabra.
Así que si quieres un detox de noticias para este comienzo de año, suscríbete a Kloshletter.com y experimenta por ti mismo esta forma diferente de consumir noticias.
📜 Un informe
Esta semana traigo un artículo publicado en el MIT Technology Review, titulado: “Why Does AI Hallucinate?”
En el se explica por qué los modelos de lenguaje como ChatGPT generan respuestas incorrectas, conocidas como “alucinaciones”.
Y es que los modelos de lenguaje están diseñados para predecir palabras en base a patrones estadísticos encontrados en grandes cantidades de texto. No tienen una base de datos fija, sino que generan texto “desde cero” a través de cálculos probabilísticos.
Aunque no se puede eliminar completamente las alucinaciones, hay enfoques para reducirlas, cómo entrenar estos modelos con más datos, inclusive datos privados o particulares. O utilizar técnicas como el “chain-of-thought prompting” para que analicen sus respuestas paso a paso.
Al ser herramientas probabilísticas, siempre habrá margen de error. Incluso tasas de error muy bajas pueden ser problemáticas debido al alto uso diario de estas tecnologías.
Como usuarios, deberíamos buscar entender mejor cómo funcionan las herramientas que utilizamos. Y es que puede que la solución más realista no pase en eliminar las alucinaciones, sino ajustar nuestras expectativas y entender que estas herramientas no son bases de datos infalibles, sino asistentes con limitaciones inherentes.
🎙️ Un podcast
Si en este comienzo de año estás buscando inspiración para llevar adelante tus objetivos anuales, el podcast Radio Fitness Revolucionario, conducido por el divulgador y autor Marcos Vázquez, es una herramienta imprescindible para transformar tu salud y bienestar en 2025.
Marcos es conocido por su capacidad para convertir conceptos complejos en soluciones prácticas. Además de ser el creador del podcast, es autor de libros como “Vivir Más” y “Invicto”, donde combina principios evolutivos, psicología y ciencia para ofrecer estrategias que realmente funcionan. Su enfoque va más allá del fitness físico, abarcando también la salud mental y emocional, con el objetivo de ayudarte a construir una vida plena y resiliente.
Y hablando de podcast, no pensarías que iba a dejar la oportunidad de recomendarte un nuevo episodio de Código Abierto, el podcast donde charlamos de tecnología cada semana (Mónica, Carlos, Diego, Ignacio y un servidor). Esta semana entrevistamos a Santiago Valdarrama, y te puedo garantizar que fue una conversación de lo más interesante.
Gracias por acompañarme una semana más, ¡y te espero en la próxima edición Innovation by Default 💡!