Innovación y caballos voladores
Historias sobre creación, invención y objetos conectados a internet
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Al habla Álex Fuenmayor (@adefuros), esta semana he dejado preparada la edición de la newsletter con el suficiente tiempo como para que tú también la puedas disfrutar, si al igual que yo, has decidido tomar unos días libres en estas fechas tan señaladas, como es la Semana Santa.
En el mundo de la innovación y la tecnología, el camino hacia el éxito no siempre es lineal ni predecible. La historia de Kevin Ashton, quien acuñó el término "Internet de las Cosas" mientras trabajaba para mejorar la cadena de suministro de Procter & Gamble, es un testimonio de cómo las ideas disruptivas pueden surgir de contextos inesperados. Ashton, un "outsider" en el campo de la tecnología avanzada en aquel momento, demostró que la capacidad para innovar trasciende los límites de las disciplinas tradicionales.
Esta narrativa no es única. La historia está llena de individuos que, al igual que Ashton, han irrumpido en industrias como verdaderos forasteros, triunfando contra todo pronóstico y dejando una marca indeleble en sus respectivos campos.
Reed Hastings y Netflix
Reed Hastings, cofundador de Netflix, comenzó su carrera en la industria del software antes de revolucionar la forma en que el mundo consume entretenimiento. Netflix transformó no solo la distribución de contenido, sino también su producción, adelantándose a gigantes establecidos y cambiando la industria para siempre.
Elon Musk y SpaceX
Elon Musk, con formación en física y economía, y una carrera inicial en el sector de la tecnología financiera y software, decidió aventurarse en la industria aeroespacial con SpaceX. A través de la innovación y la determinación, SpaceX ha logrado reducir significativamente los costos de lanzamiento espacial y ha revitalizado el interés en la exploración espacial.
James Dyson y Dyson Ltd.
James Dyson, formado en diseño de muebles e interiores, incursionó en el mundo de los electrodomésticos con la invención de la primera aspiradora sin bolsa. Su enfoque inquebrantable en la innovación y la mejora llevó a la creación de una compañía multimillonaria y transformó el mercado de los electrodomésticos.
Estos ejemplos destacan un principio fundamental: las barreras entre industrias son, en muchas ocasiones, artificiales y permeables. Ser un "outsider" puede ofrecer una perspectiva única, permitiendo cuestionar el statu quo y abordar problemas desde ángulos inexplorados. Estas historias de éxito se basan en el modelo mental de “caminar sobre hombros de gigantes" sobre los cuales se apoyaron: no solo en términos de conocimiento acumulado y tecnologías existentes, sino también en el sentido de inspiración y valentía para perseguir lo inimaginable.
La lección es clara: no importa de dónde vengamos; lo que realmente importa es hacia dónde estamos dispuestos a ir. La innovación y el éxito no son exclusivos de aquellos que ya están dentro, sino que están al alcance de todos los que tienen la visión y la determinación para alcanzar las estrellas, incluso si comienzan desde tierra firme.
Kevin Ashton es más conocido por acuñar el término "Internet de las Cosas" (Internet of Things, IoT) en 1999. Una historia curiosa relacionada con Ashton y su contribución a la tecnología y los negocios gira precisamente en torno a cómo llegó a crear este término.
Mientras trabajaba para Procter & Gamble (P&G) en la década de 1990, Ashton se enfrentaba al desafío de mejorar la eficiencia de la cadena de suministro para uno de los productos más populares de la compañía, el lápiz labial. Observó que a menudo faltaban tonos populares en los estantes, pero el sistema existente no era lo suficientemente rápido o preciso para prever y reaccionar a estos vacíos en tiempo real.
Para abordar este problema, Ashton propuso el uso de la tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia) para rastrear los productos desde la fabricación hasta el estante de la tienda, proporcionando una visión en tiempo real del inventario. Fue durante su presentación a la alta dirección de P&G donde utilizó el término "Internet de las Cosas" para describir un futuro donde los objetos cotidianos estarían conectados a internet y podrían comunicarse entre sí y con otros sistemas para gestionar el inventario de manera más eficiente, prever la demanda, y responder rápidamente a las necesidades del mercado.
Lo curioso de esta historia es cómo una necesidad práctica y cotidiana llevó a Ashton a conceptualizar y engendrar una de las revoluciones tecnológicas más significativas del siglo XXI, enseñandonos que la innovación a menudo surge de los desafíos más inesperados.
Así que, sin más preámbulos, sumérgete conmigo en los aprendizajes que esta semana nos ofrece el propio Kevin Ashton a través de su libro Cómo volar un caballo: La Historia Secreta De La Creación, La Invención Y El Descubrimiento.
Y con esta introducción, queda inaugurada una nueva edición de Innovation by Default💡. ¡Comencemos!
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Aprendiendo con Kevin Ashton
Esta semana, nos sumergimos en las reveladoras ideas del libro "How to Fly a Horse o Cómo volar un caballo" de Kevin Ashton, una obra que desmitifica el proceso creativo y revela que la capacidad de crear es mucho más común y accesible de lo que pensamos.
Kevin Ashton, cofundador del centro Auto-ID del MIT y pionero del concepto de "Internet de los objetos", nos guía a través de la historia secreta de la creación, invención y descubrimiento, mostrándonos que la creatividad no es un don exclusivo de genios o talentos natos. Más bien, es el resultado de la perseverancia, el trabajo duro y la determinación de cualquiera dispuesto a embarcarse en el viaje creativo.
¿Alguna vez has admirado a grandes artistas o innovadores tecnológicos, preguntándote cómo podrías desbloquear tu propio potencial creativo? La visión de Ashton desafía la noción de que la creatividad es el privilegio de unos pocos elegidos, ofreciendo en su lugar una perspectiva esperanzadora: todos somos capaces de innovar y crear, apoyándonos en el legado de quienes nos precedieron.
Esta semana, descubriremos por qué todos los creadores se apoyan en los hombros de gigantes, cómo un joven esclavo transformó la industria de la vainilla y el meticuloso proceso detrás del diseño del iPhone por Steve Jobs. Prepárate para desatar tu impulso natural de crear y unirte a la legión de creadores que, paso a paso, dan forma a nuestro mundo.
Sumérgete con nosotros en este viaje creativo y descubre cómo puedes convertirte en un genio creativo en cualquier campo que elijas. La creatividad está al alcance de todos; solo se requiere dar el primer paso. ¿Estás listo para volar?
Problema, razonamiento e innovación
Uno de los objetivos de Kevin durante el libro es el de desmontar el mito de la creatividad, argumentando que no es el fruto de la genialidad sino de procesos de pensamiento ordinarios destinados a resolver problemas. Se desmitifica la idea de que figuras como Mozart o grandes inventores poseían cualidades únicas, demostrando que, en realidad, su éxito se debió más a un pensamiento cuidadoso y metódico que a destellos espontáneos de genialidad.
Un ejemplo destacado es el de Arquímedes, quien, a través de la observación ordinaria y el pensamiento prolongado sobre un problema, descubrió las propiedades de la densidad, no por un momento súbito de inspiración, sino después de un período de reflexión intensa.
Otro punto central es el Experimento de la Caja de Karl Duncker, que ilustra cómo diferentes personas pueden llegar a soluciones creativas siguiendo procesos de pensamiento similares, reforzando la idea de que la creatividad es accesible a todos y está más relacionada con cómo abordamos y pensamos en los problemas que enfrentamos.
Uno de los aprendizaje que podemos sacar del libro es que la creatividad no es un don exclusivo de los genios, sino una capacidad inherente a todos, que se manifiesta a través de la dedicación, el esfuerzo y el proceso ordinario de pensar en soluciones a los problemas. Esto democratiza el concepto de creatividad, haciéndola accesible y posible para cualquiera que esté dispuesto a comprometerse con el proceso de resolver problemas de manera reflexiva.
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Innovadores anónimos
Otra de los aspectos a tener en cuenta, es como el autor desafía la noción de que la creación y la innovación son actos de genialidad solitaria, proponiendo en su lugar que son el resultado de un proceso colectivo que se extiende a través de generaciones. Destaca que ninguna innovación es completamente nueva, sino que todas se construyen sobre las contribuciones de muchas personas, a menudo ordinarias y olvidadas, que han venido antes.
El relato de Edmond, el joven esclavo que descubrió cómo polinizar manualmente la vainilla, ilustra perfectamente este punto. Su descubrimiento no habría sido posible sin los conocimientos previos de su maestro y de los científicos que lo precedieron. Esta historia subraya cómo el conocimiento y la innovación son acumulativos, construidos sobre la base del trabajo de otros.
La evolución de la Coca-Cola de un medicamento a un refresco mundialmente famoso ejemplifica cómo las soluciones a problemas pueden, a su vez, crear nuevos desafíos que requieren más innovación, como el problema de los residuos de aluminio que llevó a la adopción del reciclaje de aluminio. Este ciclo continuo de solución de problemas y creación de nuevos desafíos es una característica inherente al proceso de innovación.
Aunque ya hemos insistido en este punto en anteriores ediciones, la innovación es un proceso colectivo y continuo, no el resultado de momentos aislados de inspiración genial. Cada nueva creación se apoya en el conocimiento existente y, a su vez, abre el camino para futuras innovaciones. Esta perspectiva resalta la importancia de la colaboración y el aprendizaje continuo en el proceso creativo, y reconoce el valor de las contribuciones de incontables individuos en la marcha del progreso.
Paso a paso se hace el camino
La creación y la innovación se logran mediante pasos graduales y no mediante saltos abruptos hacia lo desconocido. Este enfoque incremental es fundamental para el proceso creativo, implicando una serie de pequeñas preguntas, soluciones y la constante generación de nuevas preguntas.
Un ejemplo claro de este proceso es el desarrollo del iPhone por Steve Jobs. Contrario a la creencia popular de un momento de inspiración súbita, Jobs avanzó a través de una serie de interrogantes y soluciones sobre los problemas existentes en los smartphones de la época, como los teclados ineficientes, hasta llegar a la innovación de usar los dedos como puntero. Esta narrativa demuestra que incluso las innovaciones más disruptivas surgen de resolver problemas de manera secuencial y lógica.
Sin embargo, el capítulo también advierte sobre el riesgo de la "ceguera por falta de atención", donde la concentración intensa en una tarea o idea puede hacernos perder de vista otras oportunidades o información crucial. La anécdota del payaso en monociclo ilustra cómo nuestra atención puede ser selectiva al punto de ignorar eventos inusuales o importantes, lo que puede limitar nuestra capacidad de ver todas las posibles soluciones a un problema.
La innovación es un proceso de exploración constante, donde se debe prestar atención no solo a las soluciones obvias sino también a las posibilidades menos evidentes. Este enfoque no solo expande el alcance de la creatividad sino que también subraya la importancia de mantener una mente abierta y alerta a todo lo que nos rodea, para no pasar por alto las oportunidades de innovación. La historia de Steve Jobs y el iPhone sirve como un poderoso recordatorio de que el camino hacia la creación significativa es gradual, reflexivo, y requiere una observación atenta y una exploración incansable de todas las posibilidades.
Prueba y error la base de la innovación
Si hay algo que se pueda extraer de las lectura de How to Fly a Horse es la importancia fundamental del trabajo y la aceptación del fracaso en el proceso creativo. La creación, lejos de ser un acto espontáneo o producto de la inspiración divina, es el resultado de esfuerzo persistente, dedicación y la capacidad para enfrentar y aprender del fracaso.
El libro nos ofrece ejemplos de individuos notables, como Igor Stravinsky, cuya disciplina y rutina diaria de tocar una fuga de Bach antes de sumergirse en largas horas de trabajo subraya la necesidad de un compromiso total y una estrategia deliberada para evitar distracciones. Esta rutina metódica es contrastada con la actitud hacia el fracaso, como la de Stephen King, quien ve el descarte de cientos de páginas como un paso necesario en el proceso de perfeccionar su arte.
La narrativa sobre Franz Reichelt proporciona un ejemplo extremo de lo que sucede cuando uno ignora el feedback y los datos objetivos, resaltando la importancia de la receptividad al consejo y la corrección como parte del proceso de innovación. Este caso subraya la necesidad de equilibrar la confianza en uno mismo con la humildad para aceptar la crítica constructiva y los datos que indican la necesidad de cambio.
La la creación exitosa requiere no solo talento e inspiración sino también un trabajo arduo y constante, así como la resiliencia para superar los fracasos. Este enfoque hacia el trabajo y el fracaso es fundamental para el desarrollo de cualquier proyecto creativo significativo. Se nos recuerda que el camino hacia la realización de nuestras visiones más innovadoras está pavimentado con esfuerzo continuo, adaptabilidad ante el fracaso y una disposición a aprender de nuestros errores. La verdadera creatividad, por lo tanto, es tanto una cuestión de perseverancia y desarrollo de habilidades como de talento innato.
El mindset del aprendiz infinito
Si hay algo diferencial en el procso de la innovación, sin duda alguna es importancia de la colaboración y la comunicación abierta en el proceso creativo, especialmente dentro de equipos pequeños y motivados. La estrategia clave para fomentar la creatividad en equipo es mantener una actitud de "enséñame", que promueve la experimentación y la demostración práctica de ideas.
Se destaca que equipos pequeños o parejas son ideales para la innovación debido a su capacidad para centrarse intensamente en problemas específicos y encontrar soluciones de manera colaborativa. Este enfoque permite una conversación creativa eficaz y la libertad para que los individuos contribuyan con sus fortalezas únicas hacia objetivos comunes, como lo demuestra el proceso de trabajo de Trey Parker y Matt Stone en la creación de episodios de South Park.
Durante el libro se señala un desafío común en muchas organizaciones: la tendencia a sofocar la creatividad en favor de mantener el statu quo. Sin embargo, las organizaciones que valoran y promueven la creatividad pueden superar este obstáculo mediante la adopción de una cultura que anima a mostrar y demostrar ideas, en lugar de simplemente discutirlas.
El relato de Clarence "Kelly" Johnson en Lockheed es un ejemplo poderoso de cómo el desafío de "demuéstramelo" puede llevar a innovaciones significativas, en su caso, la mejora del diseño del P-80 "Shooting Star". Este enfoque no solo valida las ideas nuevas de manera efectiva sino que también proporciona una plataforma para la experimentación y la mejora continua.
Podemos concluir que la colaboración creativa eficaz requiere una cultura de apertura y un compromiso con la demostración práctica de ideas. Adoptar un enfoque de "enséñame" dentro de equipos pequeños y motivados puede desbloquear el potencial creativo, permitiendo tanto la innovación rápida como el desarrollo de soluciones efectivas a problemas complejos. Este enfoque fomenta un ambiente donde las ideas pueden ser presentadas, probadas y perfeccionadas en un ciclo de feedback constructivo, facilitando así el progreso creativo.
Food for thought
En esta semana, hemos navegado juntos a través de las páginas de "How to Fly a Horse", desentrañando los misterios de la creatividad y el proceso de creación. Si algo hemos aprendido es que la creatividad no es una entidad esquiva reservada para los genios; es un proceso tangible y accesible para todos. La genialidad no es más que el coraje de persistir en el problema, trabajar incansablemente y aceptar el fracaso no como un fin, sino como un peldaño hacia la innovación.
La idea de que la creación es el resultado de sumarse a una cadena de esfuerzos continuos nos libera del mito del momento "eureka" aislado y nos invita a reconocer el valor de cada pequeño paso. Esos pasos, aunque puedan parecer insignificantes por sí mismos, son los que en conjunto definen el camino hacia el verdadero descubrimiento.
Asimismo, hemos visto que trabajar en equipo y abrazar un enfoque de "enséñame" fomenta un ambiente donde la creatividad puede florecer, respaldada por la perseverancia y la apertura a aprender de cada intento, éxito o fracaso.
El mensaje clave de nuestro viaje esta semana es claro: no se necesita ser un genio para ser creativo. Con dedicación, trabajo duro, y la disposición a enfrentar y aprender de los fracasos, cada uno de nosotros tiene la capacidad de contribuir algo nuevo y significativo al mundo. Recuerda, las ideas que puedan parecerte descabelladas hoy, podrían ser los pilares de los avances del mañana. Así que la próxima vez que dudes de tus ideas, recuérdalo como un indicio de que podrías estar en el umbral de algo grande.
Mantengamos vivas nuestras aspiraciones más audaces, recordando que en el corazón de cada innovación hay una persona común, decidida a no rendirse. Tu contribución importa, y en la suma de estos esfuerzos, juntos, estamos construyendo el futuro.
Gracias por acompañarme una semana más, ¡te espero en la próxima edición Innovation by Default 💡!