Mira, liderar en tiempos de máquinas es difícil para los humanos.
Durante mucho tiempo, liderar significaba dar instrucciones claras, controlar el tiempo, gestionar tareas. Lo esencial era la eficiencia.
Pero algo cambió. O mejor dicho, muchas cosas lo hicieron a la vez. Ya sabes: una pandemia, la gran renuncia, incertidumbre geopolítica,…
La pandemia disolvió la oficina como espacio físico.
La IA entró por la puerta grande a gestionar correos, redactar informes, traducir, programar. La generación más joven empezó a preguntarse por qué habría que pasar ocho horas delante de un portátil sin propósito ni voz. Y los equipos se desperdigaron por ciudades, países, husos horarios.
Entonces, ¿qué significa liderar ahora?
Según Essential, de Christie Smith y Kelly Monahan, la respuesta es sencilla de escribir pero difícil de practicar: liderar hoy es volver a lo humano.
Y no como gesto decorativo, sino como estrategia.
Un buen líder ya no es el que lo sabe todo, sino el que conecta mejor. El que no compite con la inteligencia artificial, sino que crea el contexto donde la humana brilla más. El que no vigila el trabajo, sino que cultiva la confianza. Porque liderar hoy ya no va de dirigir una fábrica invisible, sino de generar una comunidad distribuida.
En el libro hay una historia reveladora: una IA médica en Boston era capaz de detectar tumores con más precisión que cualquier radiólogo… pero no detectaba fracturas antiguas que explicaban los síntomas. Le faltaba contexto, intuición, historia.
Esa es la diferencia clave: la IA puede leer datos, pero no biografías. Puede calcular, pero no cuidar.
Un ejemplo radical de lo que significa liderar con propósito es Patagonia.
En pleno Black Friday de 2011, mientras todas las marcas gritaban “COMPRA”, ellos publicaron un anuncio a toda página que decía: “NO COMPRES ESTA CHAQUETA”.
Invitaron a sus clientes a reflexionar sobre el impacto ambiental de sus decisiones.
¿El resultado? Aumentaron sus ventas un 30% al año siguiente. Pero lo importante no fue la estrategia: fue la coherencia. En 2022, su fundador Yvon Chouinard donó la empresa —valorada en más de 3.000 millones de dólares— a un fondo dedicado a combatir el cambio climático.
Esa clase de liderazgo no se entrena con KPI ni dashboards. Se construye desde la convicción.
Y es ahí donde los líderes tienen que posicionarse. Porque lo esencial hoy no es la planificación perfecta, sino la presencia real. No es la estrategia brillante, sino la escucha activa. No es tener todas las respuestas, sino construir espacios donde otros quieran hacer preguntas.
Como líderes (formales o no), nuestro mayor impacto no está en la eficiencia del sistema, sino en el bienestar del grupo. En la claridad con la que comunicamos propósito. En la humildad con la que reconocemos límites. En la inteligencia con la que usamos la tecnología como palanca, no como sustituto.
Y sí, puede que la IA sea más rápida, más barata, más productiva.
Pero todavía no sabe mirar a los ojos.
Que nunca te falten ideas, ni ganas de probarlas.
A.
PD 1 – Essential es una lectura para líderes que quieren hacerlo bien sin dejar de ser humanos. Aquí puedes conseguir el libro si quieres profundizar.
PD 2 – Si tu equipo trabaja en remoto, este set de tarjetas para iniciar conversaciones profundas puede ayudarte a reconstruir la conexión más allá de las pantallas: “We’re Not Really Strangers.
PD 3 – ¿Cuál ha sido el mejor ejemplo de liderazgo que has vivido? ¿Qué hizo diferente esa persona? Respóndeme a este mail, quiero leerte.
Gracias por acompañarme en un nuevo Diario de Innovación, ¡y te espero mañana en Innovation by Default 💡!