Los cuatro jinetes del apocalipsis, un side project y el interés compuesto
El ADN detrás de los negocios digitales, el ingrediente secreto de Amazon, Apple, Facebook y Google
Esta semana en el podcast os traigo un invitado especial,
de Multiversial. Carlos lleva ya casi tres años trabajando en Multiversial (su side project ya hablamos de ellos en el episodio 9 del podcast), y durante este tiempo ha logrado crear un producto digital más allá de la newsletter diaria donde nos traslada los principales aprendiajes detrás de los negocios digitales.Para complementar los conocimientos y la conversación con Carlos, esta semana repasaremos simultáneamente la evolución de los cuatro gigantes de los negocios digitales, conocidos como GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple). Si echas un vistazo a la newsletter de Carlos, verás que él incluye a un quinto protagonista, Microsoft, para formar el grupo de los "Gigantes Digitales GAFAM".
Para profundizar aún más en este selecto grupo, haremos un repaso de “The Four” de Scott Galloway, donde intenta responder a algunas preguntas difíciles:
¿Cómo han cambiado estas empresas el mundo en el que vivimos y cuál es su fórmula para el éxito?
¿Cómo pueden otras empresas alcanzar niveles de poder similares?
¿Y qué se necesita para prosperar en un mundo moldeado por estos cuatro gigantes?
En esta conversación con Carlos, hablamos sobre cómo ha cambiado Multiversial, su evolución y las expectativas a corto y medio plazo. Si necesitas un incentivo para escuchar la entrevista con Carlos, a continuación te resumo algunos de los puntos que tratamos durante la misma:
La importancia de los proyectos paralelos (side projects).
Los giros estratégicos realizados en Multiversial (pivots).
Diferentes vías de monetización.
El estado actual del proyecto.
Los planes a medio y largo plazo.
La experiencia de emprender solo o acompañado.
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El lado oscuro de las gigantes tecnológicas: Amazon, Apple, Facebook y Google
Los cuatro gigantes del mundo digital -Google, Facebook, Apple y Amazon- han transformado el mundo satisfaciendo nuestras necesidades. Google se ha convertido en un oráculo, Facebook en el hogar de nuestras conexiones personales, Apple en un símbolo de estatus y Amazon en el templo del consumo. Sin embargo, a pesar de su aparente benevolencia, estas empresas también han sido objeto de críticas. Solo tenemos que recordar el famoso eslogan de Google: "Don't be evil" (No seas malvado). Como se suele decir, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Acumular datos y formar parte del día a día de las personas implica una gran responsabilidad, sin duda.
No cabe duda de que los Cuatro Jinetes han transformado nuestro mundo, aunque las opiniones difieren sobre si ha sido para mejor o no. Sin embargo, compararlos con la Comunidad del Anillo sería incorrecto. En realidad, su codicia y voracidad empresarial los asemeja más a los Nazgûl, aquellos que, impulsados por la avaricia y el poder de los anillos, quedaron condenados a vagar detrás del Anillo Único que controla a todos.
La narrativa empresarial nos diriá que este cuarteto de empresas ha hecho mucho bien, creando miles de puestos de trabajo, facilitando el acceso a una miríada de productos y prestando servicios que mejoran nuestra vida cotidiana. En otras palabras, están haciendo del mundo un lugar mejor. Y además, muchas veces de forma gratuita, que no altruista.
Pero sólo hay que hacer un poco de zoom y revisar por un momento en la letra pequeña de cada una de ellas:
Amazon, además de negarse a pagar impuestos sobre las ventas, es famosa por maltratar a sus empleados.
Apple se negó a cumplir órdenes judiciales y a facilitar información que podría haber sido valiosa para los agentes federales.
Facebook se apropia de nuestra información más personal y la vende como publicidad a terceros.
Google ejerce una presión agresiva y litiga contra la regulación de sus prácticas contra la libre competencia.
Amazon, el jinete del consumismo
En 2016, el crecimiento de Amazon supuso aproximadamente la mitad del crecimiento de todas las empresas online de Estados Unidos. Y el número de suscripciones a Amazon Prime va en aumento desde su lanzamiento en 2015. En 2017, el 52% de los hogares estadounidenses tenían una. Entonces, ¿cuál es la causa del éxito salvaje de este jinete?
Amazon apela a nuestros instintos, en particular a nuestro antiguo impulso de acumular cosas.
Durante gran parte de la historia humana, nuestra capacidad para encontrar y almacenar alimentos y objetos útiles nos proporcionaba ventajas en términos de supervivencia y atractivo para posibles parejas. En la sociedad capitalista, la compra y acumulación de bienes se ha convertido en una actividad muy valorada.
Las empresas han sabido aprovechar nuestros instintos consumistas, y ninguna lo ha hecho mejor que Amazon. Actualmente, podemos adquirir casi cualquier cosa, y recibirlas en nuestra puerta en un día, sin necesidad de levantarnos del sofá.
Pero el éxito real de Amazon radica en su enorme escala. Internet le dio la posibilidad de llegar a millones de clientes y expandirse en prácticamente cualquier país y sector minorista. Sin embargo, la factura de este éxito lo están pagando otras empresas.
Debido a su tamaño, Amazon puede vender a precios más bajos que la mayoría de su competencia. Esto lleva a la exclusión de otras empresas y resulta en la pérdida de miles de puestos de trabajo en el proceso. Por no hablar de la poca ética en el marketplace, las búsquedas dentro del mismo, así como la competencia desleal de las nuevas líneas propias de producto lanzadas en los últimos años.
Y Amazon tampoco es un gran creador de empleo. ¿Te has fijado alguna vez en las pocas fotos que hay del interior de los almacenes de Amazon? Bueno, hay una razón para ello: están inquietantemente desprovistos de seres humanos. De hecho, la mano de obra humana de Amazon está siendo sustituida cada vez más por robots y mecanización.
Aunque gracias al confinamiento y a la crisis sanitaria mundial del año 2020, esta tendencia descrita por Scott en su libro cambio sustancialmente, pasando a ser Amazon uno de los mayores empleadores del mundo.
Apple y el mesías de la tecnología
El 2 de diciembre de 2015, un inspector de sanidad de 28 años llamado Syed Rizwan Farook, junto con su esposa, Tashfeen Malik, dispararon y mataron a 14 compañeros de trabajo de Farook en un evento departamental.
El tiroteo se consideró un atentado terrorista y, cuando el FBI se hizo con el iPhone bloqueado de Farook, se emitió una orden judicial exigiendo a Apple que lo desbloqueara. Pero Apple se negó a cooperar, y su decisión de desafiar la ley obtuvo incluso el apoyo del público. ¿Cómo lo consiguió?
Imagina que el teléfono de Farook no hubiera sido un iPhone. ¿Cree que BlackBerry o cualquier otra empresa de telefonía móvil se habría salido con la suya con un acto similar de desafío obstinado? Con toda probabilidad, BlackBerry habría sido denunciada y esto habría tenido consecuencias en su valoración en bolsa, así como su actividad comercial.
Pero Apple impone sus propias reglas. Steve Jobs se ha convertido en un icono de la tecnología y sus creaciones se consideran objetos sagrados. El MacBook y el iPhone simbolizan la innovación y la frescura, cualidades que de algún modo sitúan a Apple por encima de la ley.
Apple tiene un fundador icónico, Steve Jobs. Quién expresa su artesanía a través de la sencillez de su diseño.
Pero la capacidad de burlar la ley no es lo único que diferencia a Apple de sus competidores; sus beneficios y valor como empresa también la distinguen.
Solo en 2015, Apple registró un beneficio neto de 53.400 millones de dólares, un nivel de éxito nunca antes alcanzado por una sola empresa. En 2016, sus ganancias supusieron el 79% de todos los beneficios del mercado de smartphones, aunque solo controlaba el 14,5% de ese mercado.
¿Cómo lo ha logrado Apple? Bueno, todos anhelamos sentirnos especiales, y los productos de Apple son tan elegantes y estilosos que deseamos que formen parte de nuestras vidas. De hecho, podríamos decir que Apple tiene más en común con otras marcas de lujo, como Porsche y Prada, que con sus compañías tecnológicas.
Si te gusta lo que estas leyendo, recuerda que esta semana en el podcast, tienes un 2x1 y podrás escuchar la entrevista a Carlos Molina de Multiversial.
Facebook, el jinete de la soledad
El catolicismo tiene 2.000 años y unos 1.300 millones de fieles. Facebook tiene 14 años y 1.200 millones de usuarios diarios. ¿Cómo ha llegado una start-up fundada hace poco más de una década a tener tantos devotos como una de las principales religiones del mundo? Es muy sencillo.
Facebook aprovecha otro profundo deseo humano: la necesidad de relaciones sociales.
Facebook es considerada la empresa más exitosa de todos los tiempos, ya que influye en nuestras amistades, nos ayuda a conocer gente nueva y nos permite volver a conectar con antiguos amigos y compañeros del colegio. Esto tiene un impacto directo en nuestra felicidad, ya que nos proporciona nuestra dosis necesaria de socialización.
Sin embargo, detrás de su apariencia de defensor de la amistad y la conexión humana, Facebook tiene otras intenciones. Su verdadero objetivo es conocer cosas sobre nosotros de las cuales nosotros ni si quiera somos conscientes, de las cuales luego obtendrá beneficios. Cada vez que interactuamos en la plataforma, ya sea dando "Me gusta", compartiendo contenido o publicando algo, Facebook recopila esta información y la vincula con otros datos personales como nuestra edad o nivel educativo.
Pero, ¿por qué le interesa a Facebook esta información?
Digamos que tienes la costumbre de publicar artículos sobre Bernie Sanders y que en algún lugar de tu biografía has escrito la palabra "Berkeley". Ahora Facebook sabe que probablemente no eres fan de Breitbart News. Y este es justo el tipo de información valiosa que permite a los anunciantes dirigirse a grupos específicos de personas (como aquellos a los que no les gusta Breitbart News) con anuncios personalizados.
Además, Facebook ha sido capaz de crear mucho contenido a costes muy bajos, de echo, a costes negativos. Si, como otros proveedores de noticias, tuviera que contratar editores de contenidos, sus gastos aumentarían considerablemente y además si ese contenido sirve para conocerte mejor y venderte al mejor postor, el negocio podríamos considerar que es redondo.
Pero además, Facebook se considera una plataforma y no un medio de comunicación, puede desautorizar todos los contenidos que difunde, que no son en absoluto neutrales ni imparciales. Sin el peso de la ley, que tendría cualquier periódico o web de noticias.
Facebook sabe más sobre nuestras opiniones políticas que ninguna otra empresa, y su algoritmo adapta nuestras noticias en consecuencia, de modo que un usuario de izquierdas verá más artículos de, por ejemplo, el New York Times.
Pero esto tiene un problema: al reforzar las opiniones de la gente, la selección algorítmica de Facebook polariza a la sociedad. Si quieres pasar miedo de verdad, te recomiendo el documental de Netflix, sobre el escandalo de Facebook y Cambridge Analytica, el gran hackeo.
Google, la deidad digital moderna
Desde tiempos inmemoriales, la gente ha depositado su fe en algún poder superior. Antes dirigíamos nuestras plegarias a Dios con la esperanza de que nos ayudara a penetrar en los muchos misterios de la vida y, aunque siempre escuchaba, rara vez respondía.
Hoy existe una deidad más receptiva: Google, un dios digital que siempre tiene una respuesta. Atrás quedaron los días en que mirábamos al cielo con esperanza; ahora miramos devotamente hacia la pantalla.
Google, omnisciente, fiable y extremadamente poderoso, es realmente como un nuevo dios digital.
El mundo de nuestros antepasados paganos era un lugar misterioso, con más preguntas que respuestas. El nuestro es un mundo de hechos, con más información de la que podemos asimilar, y Google está eternamente a nuestro alcance, esperando para responder a todas nuestras preguntas.
No hay nada que no le preguntemos a Google y, por tanto, nada que no sepa sobre nosotros, porque cada pregunta es una especie de confesión. Al buscar en Google el nombre de una ex pareja, le revelamos que esa persona sigue en nuestra mente. Al preguntar a Google por una serie de síntomas, revelamos información sobre nuestra salud. Con nuestras consultas, esbozamos nuestras identidades.
De hecho, confiamos a Google nuestros secretos más celosamente guardados, información que ocultaríamos a médicos y abogados, rabinos y sacerdotes, amigos y familiares. Esto convierte a Google en un dios muy poderoso.
Cada día, Google recibe aproximadamente 3.500 millones de consultas de búsqueda, que, en combinación con todos los demás datos que proporcionamos, como fotos y correos electrónicos, acercan a Google mucho más a una comprensión total de quiénes somos y qué queremos.
Esto convierte a Google, al igual que hemos comentado anteriormente con Facebook, en un dios de la publicidad. De echo, es su principal fuente de ingresos con un 80% en su distribución de ingresos anuales en lo que llevamos de siglo.
Luces y sobras de los cuatro jinetes, y la llegada del advenedizo
Los Cuatro Jinetes utilizarón métodos un tanto turbios para alcanzar su posición actual. Apple se apropió de la idea de una interfaz gráfica de usuario con ratón de Xerox para crear su revolucionario ordenador.
Google recopila datos y ofrece servicios de búsqueda utilizando la información que ha obtenido. Facebook permite a los usuarios crear contenido y vende los datos revelados a anunciantes. Amazon atrae a vendedores a su plataforma y luego compite con ellos al ofrecer productos similares a precios más bajos.
En conjunto, los Cuatro Jinetes apelan a diferentes aspectos de nuestras vidas. Google y Amazon apuntan al cerebro, ayudándonos a tomar decisiones basadas en costos y beneficios. Facebook nos brinda conexión emocional y amistad. Apple nos seduce con la promesa de ser atractivos comprando sus productos.
Los cuatro jinetes dominan el mundo actual. Pero, ¿podría surgir un quinto jinete y desplazar o competir con los actuales?
Según Scott Galloway, hay ocho atributos que un quinto jinete debería poseer para convertirse en la primera empresa de un billón de dólares. Como "billón" es la palabra clave, llama a estos atributos combinados el Algoritmo T.
Los elementos clave para desafiar a los Cuatro Jinetes son:
Diferenciación de producto: Ofrecer un producto superior en comparación con los Cuatro Jinetes.
Capital visionario: Presentar una visión convincente del futuro que atraiga a los inversores.
Alcance mundial: Tener un producto que pueda llegar a cualquier persona en cualquier lugar, preferiblemente en formato digital.
Simpatía: Mantener una imagen positiva para evitar la intervención reguladora.
Integración vertical: Controlar diferentes etapas de producción y distribución del producto.
Inteligencia artificial: Utilizar datos y algoritmos inteligentes para optimizar el rendimiento.
Acelerador: Ser percibido como una empresa que puede impulsar la carrera de las personas.
Geografía: Establecer una buena relación con universidades prestigiosas y atraer talento de alto nivel.
En busca del quinto jinete entre las empresas líderes, según comenta Galloway hay algunos candidatos prometedores:
Alibaba: El gigante chino del comercio electrónico, con una amplia base de usuarios activos en China, pero que aún enfrenta desafíos en cuanto a reconocimiento mundial y la necesidad de distanciarse del gobierno chino.
Uber: La plataforma de viajes compartidos, con una presencia global, millones de conductores y respaldo de inversores, aunque su imagen ha sido afectada por controversias y problemas de privacidad.
Microsoft: Con una gran cuota de mercado en el sistema operativo Windows y el activo de LinkedIn, la plataforma de redes profesionales, que podría desempeñar un papel clave si atrae a tantos usuarios como Facebook.
Walmart: Aunque Amazon está en su competencia, Walmart aún tiene una amplia experiencia y una vasta red de tiendas físicas, pero enfrenta críticas por su impacto en las pequeñas empresas y el trato a sus empleados.
Todos estos candidatos tienen fortalezas y debilidades que podrían determinar quién podría convertirse en el quinto jinete. Aunque el mercado y los analistas ya han incluido al quinto jinete en la ecuación del apocalipsis digital, seguramente hayas oído hablar de los GAFAM, donde la "M" del acrónimo corresponde a Microsoft. Microsoft está luchando para ganar cuota de mercado en el lucrativo sector de la publicidad digital, que es el principal ingreso de este selecto club y así poder quitar ingresos a sus adversarios en el lucrativo negocio de la publicidad on-line.
Food for thought
El mundo actual, y no solo me refiero al puramente vinculado a los negocios digitales, está marcado y dominado por el selcto club de los GAFAM.
Entonces, ¿qué puedes hacer nosotros como profesionales para salir adelante en un mundo así?
Para empezar, intentemos seguir las recomendaciones de Scott Galloway, según él deberíamos fomentar tres cualidades personales:
La primera y más importante es la madurez emocional. A medida que avanza la era digital, se espera que los trabajadores manejen un abanico cada vez más amplio de responsabilidades. Por tanto, se favorecerá a las personas con un carácter fiable y la capacidad de mantener la calma en momentos de estrés.
Después está la curiosidad. La única constante en la era digital es el cambio, aunque yo lo. Por lo tanto, es inteligente mantener la curiosidad, aprender constantemente sobre nuevas herramientas y nuevas tecnologías, y adquirir nuevas habilidades y técnicas.
El tercer atributo es el “extrem ownership” que dirián los ameracianos, lo que significa que debes estar totalmente dedicado a tu tarea personal, proyecto o negocio. ¡Hágalo suyo!
Además de trabajar en estas cualidades personales, debes tratar de ampliar tu formación. Y, por último, tienes que promocionar tu carrera.
En otras palabras, busca un medio y anuncia al mundo tu genialidad. Para eso están precisamente las redes sociales; crea un perfil en LinkedIn y luego comparte tus habilidades y conocimientos allí y en otras plataformas como Instagram, Twitter y YouTube.
Recuerda: el selecto club de los GAFAM han dado forma al mundo en que vivimos.
Ahora que entiendes cómo funciona ese mundo, tienes que hacer que funcione para ti.