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Cómo se benefician las empresas resolviendo problemas globales... donde los gobiernos y las ONGs no pueden
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Al habla Álex Fuenmayor (@adefuros), en una nueva edición. Esta semana toca cambio de tercio. Vamos a dejar de lado un poco la parte más tocóloga y relativa al boom que estamos viviendo de la inteligencia artificial, para ver de qué otra forma las empresas pueden ayudar a resolver problemas importantes para los ciudadanos y cómo, en muchas ocasiones, son inclusive capaces de sustituir o mejorar las funciones de gobiernos y ONGs.
Si hay una ventaja importante de las empresas a la hora de afrontar este tipo de retos es el largo plazo, y que su estructura, maquinaria y financiación están precisamente pensadas para lidiar con los problemas en ese espacio temporal, el medio y largo plazo. Aunque cabe resaltar que en el actual panorama empresarial, desgraciadamente, las empresas se empiezan a parecer cada vez más a organismos públicos y oficiales, donde lo único que importa es el corto plazo, el resultado del trimestre y el precio de la acción, sin preocuparse por la siguiente gran cosa en su mercado o sector.
Cuando uno imagina organizaciones capaces de resolver los problemas más espinosos y complejos del mundo, probablemente piensa en las ONG. Pero las ONG tienen graves inconvenientes. Para empezar, suelen carecer de recursos suficientes. Tienen poco dinero y carecen de personal con los conocimientos necesarios en finanzas, redes sociales o búsqueda de financiación. También suelen depender de voluntarios que pueden estar motivados, pero no necesariamente cualificados.
Los gobiernos tampoco suelen resolver problemas graves porque tienen conflictos de intereses. Basta pensar en las numerosas conferencias internacionales que han fracasado a la hora de producir acuerdos serios que cambien las reglas del juego. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20 de 2012, por ejemplo, solo dio lugar a un acuerdo no vinculante.
Cuando las naciones se reúnen de este modo, suele haber tensiones, ya que los gobiernos tienen que sopesar los intereses de su propio país frente a los del resto del grupo.
¿Por qué debería China aceptar la aplicación de normas medioambientales más estrictas cuando su economía depende de la industria y la fabricación?
Y para adentrarnos en el lado más solidario de las empresas privadas, tomaré alguno de los ejemplos que Alice Korngold recoge en su libro A Better World, Inc.
Pero antes de comenzar, permíteme compartir contigo algunos de los contenidos que he publicado en LinkedIn esta semana: diferentes posts en los que he hablado sobre innovación, tecnología o como seguir aprendiendo para ser un mejor profesional:
𝔼𝕝 𝕚𝕞𝕡𝕒𝕔𝕥𝕠 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕀𝔸 𝔾𝕖𝕟𝕖𝕣𝕒𝕥𝕚𝕧𝕒 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕡𝕒𝕟𝕠𝕣𝕒𝕞𝕒 𝕖𝕞𝕡𝕣𝕖𝕤𝕒𝕣𝕚𝕒𝕝 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝟚𝟘𝟚𝟞
𝕃𝕒 𝕔𝕒𝕣𝕒 𝕠𝕔𝕦𝕝𝕥𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕀𝕟𝕥𝕖𝕝𝕚𝕘𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒 𝔸𝕣𝕥𝕚𝕗𝕚𝕔𝕚𝕒𝕝: 𝕌𝕟 𝕔𝕠𝕤𝕥𝕖 𝕒𝕞𝕓𝕚𝕖𝕟𝕥𝕒𝕝 𝕢𝕦𝕖 𝕟𝕠 𝕡𝕠𝕕𝕖𝕞𝕠𝕤 𝕚𝕘𝕟𝕠𝕣𝕒𝕣 🌍
"𝕋𝕙𝕖 𝔾𝕖𝕖𝕜 𝕎𝕒𝕪": 𝕌𝕟𝕒 𝕟𝕦𝕖𝕧𝕒 𝕔𝕦𝕝𝕥𝕦𝕣𝕒 𝕕𝕖 𝕟𝕖𝕘𝕠𝕔𝕚𝕠𝕤 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕣𝕖𝕤𝕦𝕝𝕥𝕒𝕕𝕠𝕤 𝕖𝕩𝕥𝕣𝕒𝕠𝕣𝕕𝕚𝕟𝕒𝕣𝕚𝕠𝕤 📘
𝕆𝕡𝕖𝕟𝔸𝕀, 𝕖𝕤𝕥𝕒 𝕔𝕒𝕤𝕒 𝕖𝕤 𝕦𝕟𝕒 𝕣𝕦𝕚𝕟𝕒. 𝕆 𝕒𝕝 𝕞𝕖𝕟𝕠𝕤 𝕖𝕤𝕠 𝕕𝕖𝕓𝕖 𝕡𝕖𝕟𝕤𝕒𝕣 𝕤𝕦 𝕡𝕣𝕚𝕟𝕔𝕚𝕡𝕒𝕝
𝕃𝕒 𝕙𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒 𝕚𝕟𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕓𝕝𝕖 𝕖𝕟 𝕆𝕡𝕖𝕟𝔸𝕀: 𝔻𝕖𝕤𝕒𝕗í𝕠𝕤, 𝕣𝕦𝕞𝕠𝕣𝕚𝕝𝕠𝕘í𝕒 𝕪 𝕣𝕖𝕧𝕖𝕝𝕒𝕔𝕚𝕠𝕟𝕖𝕤 𝕣𝕖𝕔𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖𝕤
ℂ𝕖𝕟𝕥𝕒𝕦𝕣𝕠𝕤, 𝕔í𝕓𝕠𝕣𝕘𝕤 𝕪 𝕝𝕒 𝕝𝕚𝕞𝕚𝕟𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕝𝕒𝕓𝕠𝕣𝕒𝕝: ℂó𝕞𝕠 𝕝𝕒 𝕀𝔸 𝕡𝕠𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒 𝕖𝕝 𝕣𝕖𝕟𝕕𝕚𝕞𝕚𝕖𝕟𝕥𝕠 𝕝𝕒𝕓𝕠𝕣𝕒𝕝
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Las empresas necesitan estabilidad y bienestar para prosperar
Podemos pensar que la acción social de las empresas, la responsabilidad social corporativa o lo que actualmente se conoce como ESG (Environmental, Social, and Governance), es totalmente egoísta. ¿Qué interés tendría una empresa en que un país determinado sea más libre, equitativo, igualitario o estable desde un punto de vista social? Pues el interés radica en lo único que necesita para cumplir su misión, que suele ser vender productos y servicios: que los ciudadanos estén seguros, sanos y que tengan un buen empleo para poder comprar sus productos y servicios.
Hoy en día el impacto que podemos tener como personas, o inclusive agrupándonos en estructuras sociales como pueden ser las ONGs, puede ser muy poco comparado con el impacto que puede llegar a tener una empresa de las que mueven el mundo. Eso sin tener en cuenta los grupos de presión que influyen en las decisiones políticas, alimentados y financiados en la gran mayoría de ocasiones por el tejido empresarial de la región donde operan.
La empresa Ecolab, por ejemplo, tiene 40.000 empleados en 171 países, y su lavavajillas patentado utiliza sólo la mitad de agua que los modelos convencionales. Esta aproximación empresarial, bajo ese prisma del win-win, hace ver que a las grandes empresas también les interesa resolver problemas económicos y medioambientales.
Kimberly-Clark, por ejemplo, fue calificada de "imperio del mal" por Greenpeace debido a su uso de fibra procedente del bosque boreal canadiense. Greenpeace retiró esta afirmación en 2009, después de que Kimberly-Clark cambiara su misión y decidiera utilizar en su lugar fibras con certificación de gestión forestal (FSC). Esto las hizo mucho más populares entre sus clientes, e incluso facilitó su contratación. Tom Falk, el consejero delegado, afirmó que los cambios ahorraron a la empresa decenas de millones de dólares.
Una economía estable requiere una población sana y un sistema sanitario eficaz. De hecho, un estudio de la Organización Mundial de la Salud descubrió que en los países de renta baja, sólo el 17% de la población vive más de 70 años, mientras que en los países de renta alta el valor es del 71%. Los países con menor esperanza de vida tienen ingresos medios más bajos y economías más inestables.
Esto es importante para las empresas, porque la gente no puede trabajar si no está sana. Las empresas necesitan empleados y consumidores sanos, por lo que tienen un incentivo para ayudar a fortalecer las economías locales y los sistemas sanitarios. Y en el fondo esto implica gente que vivirá más tiempo, ganará más dinero, que podrá dedicar a seguir comprando bienes y servicios.
La empresa de tecnología de la información y la comunicación Ericsson, por ejemplo, está estableciendo redes de alto rendimiento en Myanmar. Menos del 5% de la población de Myanmar tiene teléfono móvil, pero la construcción de redes de comunicaciones móviles por parte de Ericsson creará unos 70.000 puestos de trabajo, y algunos estudios predicen que podría aumentar el PIB de Myanmar ¡hasta un 7,4%!
En última instancia, las empresas se mueven por sus propios intereses. Por eso se centran en maximizar los beneficios. Pero, ¿y si hubiera una forma de aumentar los beneficios y proteger el medio ambiente?
Las empresas ahorran dinero cuando aumentan su productividad, lo que pueden hacer reduciendo su consumo de energía y recursos. Se benefician económicamente cuando son más respetuosas con el medio ambiente.
De hecho, la consultora McKinsey afirma que las empresas pueden ahorrar entre un 20 y un 30% de la energía que utilizan en la producción si se vuelven más ecológicas. De este modo, sus objetivos se alinean con los del planeta, porque si reducen su consumo de energía, ayudan al medio ambiente y a su cuenta de resultados.
Invertir en energías renovables también ahorra costes a largo plazo. Cuando una empresa pasa a utilizar fuentes de energía renovables, reduce su dependencia de los combustibles fósiles, que son muy caros.
Intel lo hizo en 2013, cuando compró 3.100 millones de kWh de energía verde, suficiente para cubrir sus necesidades energéticas en Estados Unidos. Esto ahorró el equivalente a las emisiones de CO2 de 320.000 hogares estadounidenses.
Hablaba en LinkedIn precisamente de un tema muy parecido sonre la IA Generativa y el consumo de electricidad y agua de los grandes centros de procesos de datos donde se entrenan LLMs como GPT-4 o Claude.
Aunque esta semana no me ha dado tiempo a grabar el episodio en formato audio.
Si te gusta lo que estas leyendo, no olvides que también tienes disponible el podcast de Innovation by Default 💡.
Empresas frente al CPS
Comités de sostenibilidad, productos y líneas de negocio 'green', acciones para frenar el cambio climático y la pobreza. ¿Qué más pueden hacer las empresas para enfrentarse a estos problemas? Problemas, a priori, complejos, donde el zeitgeist, la narrativa y el factor X tienen mucho que decir y aportar, tal y como explicaría el mismo
.Como habitantes de naciones occidentales ricas, podíamos pensar hace años que las crisis mundiales no nos podían afectar, que esos eran problemas del tercer mundo. Obviamente, si piensas así estás muy equivocado. Piensa en que el calentamiento global nos perjudicará a todos, incluidos los más ricos de Nueva York o Beverly Hills.
Las catástrofes naturales como el huracán Sandy son especialmente peligrosas, y no solo para los habitantes de las zonas afectadas. El huracán Sandy causó daños por valor de 50.000 millones de dólares en el noreste de Estados Unidos y dejó sin electricidad a 8,5 millones de personas.
De hecho, algunos expertos creen que la Primavera Árabe fue en parte resultado de la escasez de alimentos y el aumento de los precios de los alimentos, que a su vez, fueron resultado del cambio climático.
¿Pero cuáles son los primeros pasos que debe dar una empresa para implantar prácticas sostenibles? El manual de primero de management nos diría que montar un comité.
Como hemos visto, ayudar al mundo ya no es solo hacer lo correcto: también puede generar mayores beneficios y un mejor rendimiento de la marca, ¡y ayudar a sofocar catástrofes naturales que podrían acabar con sectores de su mercado!
El comité debe ayudar al consejo a desarrollar, aplicar y supervisar su estrategia de sostenibilidad. Debe informar periódicamente al consejo sobre los resultados de la estrategia, y el consejo debe comprender la importancia del comité.
Como referencia tomemos al comité de sostenibilidad de Nike, tiene una responsabilidad considerable, porque no solo se ocupa de las cuestiones energéticas de la empresa. También se encarga de revisar todas las políticas y acciones de Nike, y ofrece asesoramiento sobre otros asuntos, como el trabajo, las contribuciones benéficas y la diversidad en la empresa. Un comité de sostenibilidad puede convertirse en un activo muy útil, así que no subestimes el valor que aportará a tu organización. Recordemos las acusaciones de empleo de mano de obra infantil en países en vías de desarrollo, eso al fin y al cabo también es sostenibilidad.
Una encuesta de Harvard Business Review reveló que la gente confía más en una empresa y está más dispuesta a comprarle si confía en sus directivos y la empresa participa en los medios sociales.
Las empresas pueden ganar mucho colaborando con las ONG para alcanzar sus objetivos comunes. A menudo, las empresas y las ONG pueden lograr mucho más juntas que por separado.
Las ONG tienen mucho que ofrecer a las empresas. Pueden aportar experiencia y oportunidades de establecer contactos, y aumentar la credibilidad de su empresa a los ojos de sus clientes, empleados o inversores. También tienen sus propios enfoques probados para resolver importantes problemas sociales, medioambientales y económicos. Estas habilidades son vitales para cualquier empresa que intente implicarse en estas cuestiones.
The Dow Chemical Company, por ejemplo, colabora con Nature Conservancy. Juntos han desarrollado metodologías que reducen drásticamente los costes y riesgos para ambas organizaciones. De hecho, sus metodologías han tenido tanto éxito que pronto serán adoptadas por otras cuatro empresas.
La Iniciativa Global Clinton, fundada por Bill Clinton, es un ejemplo de colaboración eficaz. Está formada tanto por empresas como por ONG, e invita a personas y organizaciones influyentes de todo el mundo a reunirse para debatir y resolver problemas comunes.
La Iniciativa Global Clinton ha mejorado la vida de más de 400 millones de personas en más de 180 países. Cuando las empresas y las ONG colaboran, pueden hacer mucho y bueno.
Y para terminar, déjame que te deje una recomendación, un documental que tiene mucho que ver con todo esto, empresa, filantropía y propósito. Este es el espíritu de la Fundación Gates, y si quieres saber más sobre cómo abordar retos que la humanidad tiene en su conjunto y darle una visión y aplicación empresarial, te recomiendo que veas el documental de Netflix titulado: Inside Bill's Brain: Decoding Bill Gates.
Food for thought
Para terminar la edición de esta semana, me gustaría dejar una visión optimista y esperanzadora, no todo está en manos de las grandes corporaciones. Nosotros, los usuarios finales, los ciudadanos, los individuos de a pie tenemos una responsabilidad y un impacto en todo lo que hacemos. Cuando elegimos un producto en lugar de otro, votamos a un partido en vez de a otro, compramos un coche eléctrico en vez de uno de gasolina, compramos productos de kilómetro cero en vez de otro que ha venido del otro lado del océano… en todas y cada una de nuestras acciones diarias estamos moviendo la aguja, por desgracia tan, tan poquito que no nos parece relevante.
Sin embargo, sí que es cierto que quienes mueven realmente la aguja y pueden actuar para revertir el inegable cambio climático, son realmente las empresas.
Las grandes empresas no son enemigas del planeta, sino sus mejores aliadas potenciales. Están en mejores condiciones para ayudar que los gobiernos o las ONG. Y las empresas no solo deben luchar contra el calentamiento global porque es lo correcto, sino que también pueden aumentar drásticamente sus beneficios y reducir sus costes. Cuando las empresas luchan contra el cambio climático, todos ganan.
Mi consejo, esos que vendo pero para mí no tengo, es que te des la oportunidad de colaborar con una ONG y/o también con sus grupos de interés: sus clientes, empleados, inversores y comunidad. Cuanto más colabores con personas que puedan aportarte una amplia gama de ideas y conocimientos, más fácil te resultará ver el impacto de tus elecciones del día a día, ayuda a limpiar el cauce de un río, retirar basura de un bosque... Al final del día, todo suma.