Mira.
La mayoría de la gente soluciona problemas como quien tapa goteras: con trapos, cubos y parches rápidos.
Pero si el techo sigue teniendo un agujero, da igual cuántos cubos pongas.
Tarde o temprano, vuelve a gotear.
Por eso Cal Newport —y mucha gente brillante— nos dicen algo simple pero poderoso:
Para resolver bien un problema, ve a la raíz. Razona desde los primeros principios.
Eso mismo es parte de los aprendizajes que Shane Parrish y Rhiannon Beaubien nos comparten en The Great Mental Models.
Suscríbete para leer esta y otras muchas historias sobre innovación, tecnología y negocios.
¿Qué significa eso?
Imagina que eres ingeniero y quieres diseñar una nevera ultra eficiente.
No empiezas copiando lo que ya existe.
Seguramente empieces preguntándote: ¿cuáles son las leyes físicas básicas que rigen el intercambio de calor?
(Eso, en este caso, serían los principios: la termodinámica.)
Desde ahí puedes construir algo realmente nuevo.
Algo mejor.
Copiar esta bien, sirve en muchos contextos de la vida. Pero para innovar, no siempre es la mejor opción.
Copiar implica adoptar tanto lo que funciona como lo que no.
Si te gusta lo que estas leyendo, no olvides que también tienes disponible el podcast de Innovation by Default 💡. Suscríbete aquí 👇
Otro ejemplo: el consumo masivo de carne.
Podrías dedicarte a buscar formas de hacer que las granjas contaminen menos.
O podrías preguntarte:
¿Por qué comemos carne en primer lugar? ¿Qué buscamos en ella?
Y la respuesta no es el animal.
Es el sabor, la textura, el aroma.
Es la reacción química que ocurre cuando la carne se cocina.
Eso pensaron algunos científicos en los años 70.
Y en vez de seguir criando más animales, empezaron a investigar cómo replicar esa experiencia… en el laboratorio.
Actualmente hay más de 30 empresas en el mundo que desarrollan carne cultivada en laboratorio, también conocida como carne sintética o fabricada, según la terminología que se prefiera.
Y puede que en unos años, el filete que te comas no venga de un animal, sino de una idea.
Ese es el poder de razonar desde primeros principios.
No preguntas “¿cómo arreglo esto?”
Preguntas “¿de qué está hecho esto?”
Y desde ahí, vuelves a construirlo todo.
¿El reto?
Es más difícil.
No tienes modelos que copiar.
No hay tutoriales de YouTube.
Pero si estás buscando algo verdaderamente diferente, esa es la única forma de llegar.
Que nunca te falten ideas, ni ganas de probarlas.
M.
PD – ¿Tienes algo que no funciona? Ya sabes, antes de buscar soluciones… pregúntate si estás entendiendo bien el problema.
Gracias por acompañarme en un nuevo Diario de Innovación, ¡y te espero mañana en Innovation by Default 💡!