Mira.
La gente suele pensar que las buenas ideas llegan de repente.
Que hay días “creativos” y otros que no.
Que la inspiración te encuentra, o no, como si fuera caprichosa.
Pero Todd Henry (autor de The Accidental Creative) tiene otra teoría: la creatividad no es cuestión de suerte. Es un sistema.
Como un músculo.
Y como todo músculo, necesita que lo entrenes. Todos los días.
Lo llama ser un creativo accidental: alguien que se ve forzado a entregar ideas brillantes,
bajo presión, con plazos, en contextos donde la creatividad no solo se espera… se exige.
Y si no tienes un sistema, tus ideas acaban desvaneciendose.
Porque no basta con ser brillante.
Hay que ser brillante, sano y prolífico.
Y mantener ese equilibrio no es nada fácil.
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La mayoría fallamos en alguno de estos tres aspectos:
Brillantes pero quemados.
Sanos pero improductivos.
Productivos pero planos.
Y encima, nos rodea un entorno que premia la velocidad, la seguridad, el resultado medible.
No hay tiempo para el error, para explorar, para jugar.
Todo tiene que ser colorín colorado, como le decía un CEO al autor: más vale asegurar la base que intentar un jonrón (home run).
¿El resultado?
Creativos que ya no arriesgan.
Que repiten fórmulas.
Que sienten que están vaciándose, no creciendo.
Porque lo que mata la creatividad 💀 no es solo la falta de tiempo.
Son tres enemigos invisibles:
La disonancia entre lo que haces y por qué lo haces.
El miedo al fallo.
La escalada de expectativas.
Y frente a ellos, hay una receta que funciona: mantenerse FRESCO (FRESH).
F de Foco: no todo lo que brilla es un buen brief. Aprende a priorizar y proteger tu atención.
R de Relaciones: rodéate de gente que te inspire, rete y acompañe en el camino.
E de Energía: no puedes producir si estás fundido. Descansa antes de explotar.
S de Estímulos: sal de tu burbuja. Consume ideas diversas, complejas, inesperadas.
H de Horas: la clave no es cuántas, sino cómo las usas. Invierte en tu creatividad como una cartera: a largo plazo.
Henry insiste en algo contraintuitivo: haz cosas que no necesitas hacer.1
Dibuja. Escribe. Cocina. Haz acuarelas, como Robert, el creativo que recuperó el gusto por su trabajo gracias a una vieja afición olvidada según describe Todd en su libro.
Crea por crear.
No por obligación.
No por encargo.
Por ti.
Porque si no alimentas ese fuego, acabarás haciendo tu trabajo en piloto automático.
Y el mundo ya tiene suficientes robots y muchos más que llegarán.
Que nunca te falten ideas, ni ganas de probarlas.
A.
PD – Un amigo de Todd decía que los cementerios son el lugar más valioso del planeta. Están llenos de ideas que nunca llegaron a salir. No dejes las tuyas sin usar.
Gracias por acompañarme en un nuevo Diario de Innovación, ¡y te espero mañana en Innovation by Default 💡!
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Si quieres indagar en este concepto,
ahondaba más en este concepto en el episodio 165 de : La utilidad de lo inútil.